-No lo quiero.
Le ofrecieron toda clase de cosas pero este individuo las rechazó al igual que el dinero.
-No las necesito.
Todos pensaron que o bien era un engreído, un estúpido o un loco. A la tercera, la vencida, o en este caso la correcta. Quieran tenerlo atado con lo que fuese, material o verbal pero no lo lograron, claro que haría ciertos trabajillos para el jefe pero a su manera, sin ataduras. Además de, en mi opinión, caradura, tenía tanto talento en lo que hacía que así tenía a tantos admiradores, admiradores con poder pero a él el poder le daba igual. Era un animal escondido en un caballero, el jefe buscaba a un individuo así. ¿Quieren saber donde le encontraron? Fue en un club nocturno, uno que solía frecuentar sólo para verme a mi, al igual que media población masculina. A pesar de todo el tiempo que lleva viniendo nunca se ha comportado como los otros clientes, es decir, no grita obscenidades, no intenta meternos mano. Por eso digo que es un animal escondido en un caballero, cuando habla conmigo es tan educado pero mata y de una manera muy cruel, inolvidable. Tiene un aspecto tan extravagante, le gusta aparecer dónde y cuando menos te lo esperas, no es trigo limpio pero me enloquece.
-Me alegro, se me da bien enloquecer a la gente.
-Algún día acabarás en el manicomio ¿Lo sabes?
-Si precisamente me pasó media vida allí... Bueno, ahora me gustaría pedirte un favor. Es importante así que nada de bromas.
-¿Un favor tan importante con el que no podemos bromear? Estás de broma...
-¡Claro! Siempre y cuando lo hagas, preciosa.
Creedme, es peligroso contrariarle. Yo lo aprendí a las malas, casi me mata. Supongo que el jefe ha encontrado a todo un matón, el problema es que cuando el matón se canse o se aburra de jugar a su juego y ellos le fuercen a seguir, bueno, habrá mucha bulla por la zona.
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