Tras el largo sueño,
una dulce, dulce y extraña sensación,
se despierta conmigo.
Tras la larga soledad,
una dulce, dulce y extraña mirada,
me recibirá.
Mirada que sugiere cercania.
Mirada que sugiere amor.
Mirada que calma mi alma.
Tras el largo silencio,
un dulce, dulce y extraño mundo,
se muestra ante mí.
¿Debería asustarme?
Debería caminar, caminar y descubrirlo.
Toda la magia que puede abarcar,
toda la hermosura también.
Sin olvidar, sin olvidar, que es como formar parte de un juego.
2 comentarios:
Este poema mola, Mary. Sigue escribiendo. Un abrazo.
cierto no dejes de hacerlo
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