viernes, 24 de junio de 2011

WeLcOme To HeLL DEMONS



Bueno queridos mios y mias, durante dos semanas os dejare tranquilos XD Me voy de vacaciones unos dias, luego os contaré... Conque hasta que regrese ^^ Ahora con el post ^^


NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):

Durante estos días iré preparando algunas historias o bueno, iré escribiendo pa que no se me vaya de la cabeza el FanFic estoy preparando... Me va a dar un poco de cosa escribir ciertas cosas pero bueno XD Todo es en plan protesta òó

La advertencia de siempre, tema chungo pero que procuro tratar con delicadeza ^^'

Narrado según distintas perspectivas ^^


Las introducciones grandiosas nunca han sido lo nuestro. Nosotros, especialmente yo, nos limitamos a contar acontecimientos sorprendentes de un modo que pocos acaban comprendiendo pero podriamos empezar contando que Juliette no sólo atrapó a unos cuantos lobitos malos, en su admirable cruzada se metería en un terreno aún más peligroso... A ciertas personas perversas o alejadas del camino que Dios ofrece las damas de buen hacer les gritan a la cara comunmente adjetivos como demonio o seguidor del diablo. A mí me lo habrán mencionado tantísimas veces, sin embargo, las apariencias engañan. Muchos de sus amados maridos son los verdaderos oradores del diablo pero eso es algo que sólo sabemos nosotros, los residentes del Infierno.

Nuestro ya de por sí infernal terreno se llenó de curiosos elementos durante un largo tiempo. Supongo que algunos de ellos aún seguirán por aquí pero dudo que los buenos y temerosos ciudadanos los reconozcan como esas diabolicas criaturas que aparecen en las historias de terror. Lautremont ya se lo comentó a Jack N.

-Jack, amigo mio, los señores del Infierno van a hacernos una visita. -

-¡Estupendo! Entonces habrá que preparles algo salvaje. -Bromearía Jack N.

La gente no se lo tomó muy enserio que digamos pero Lautremont ya había cumplido con su misión de advertir a las gentes sobre ellos y lo importantes que eran o que podían ser. Lautremont no tenía pinta de satanico ni lucerano ni nada de eso pero le gustaba leer toda clase de cosas, desde cuentos infantiles hasta las investigaciones más complejas de algún individuo prestigioso. Su biblioteca era increible, una maravilla, encontrabas esa clase de libros que no debías encontrar. Comprensible que acogiese con agrado a alguno que otro. Uno de los que se pasaría por su hogar, sólo pasaría en busca de su señor, aquel humano que le había invocado logrando sobrevivir y con el cúal había hecho un fuerte pacto. Un tipo bien parecido, de cabello oscuro, ojos castaños sangrantes y vestido como un mayordomo. Para Lautremont fue toda una sorpresa ya que los otros demonios con los que había tenido contacto nunca aparecieron ante él vistiendo ropas de mayordomo o sirviente. Claro que uno de ellos era terriblemente arrogante. Descubrimiento de Williams unos cuantos años atrás, jugando con la magía negra. Un tipo interesante. Siempre vestido de negro adoptando la identidad de maestro y amo de la magía negra, gran orador, ojos penetrantes y oscuros como la noche, un magnifico oponente en cualquier juego al que se le desafie. Le llamariamos Rasputin pero eso no sería correcto, en su lugar nos referimos a él por el nombre de Szador. Cada demonio tiene una visión muy distinta de lo que significa seguir el camino del diablo. Cada demonio tiene un modo de vida y de conseguir almas muy diferente también. Yo no soy un demonio pero por algún motivo que me complace varios de ellos creen que sí. La llegada de esos oscuros individuos trajó cosas muy excitantes pero muy malas a su vez. Mucha muerte y mucha locura. Muchos ya no lograban distinguir la realidad de la ilusión. Otro demonio que llamó mi atención y creo que yo la suya fue uno de esos con historia, ancestrales, lejanos pero siempre poderosos. Un genio del engaño, un genio retorcido con aspecto de joven y encantador caballero de rojas ropas.

La época más oscura y demoniaca que se vivimos en El Infierno y todo gracias a la curiosidad de unos cuantos ricachones y a la desaparición de un joven adinerado londines.

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