viernes, 20 de diciembre de 2013

FanFic CROSSOVER: Moon´s Lover

NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Los personajes de CLAMP son creaciones exclusivas de CLAMP
Los personajes de Kuroshitsuji que podáis encontrar tampoco son míos
Pero la historia, perversión y otros personajes que no identifiquéis sí son míos
Aviso: Cambié ligeramente el nombre de Clow de modo que se pudiesen distinguir sus dos personalidades por John (el más parecido que he encontrado) ya que aquí la historia está planteada así siendo el Mago Clow una especie de rol adoptado inconscientemente por el protagonista al igual que Yue sería otro rol, obligado, que la victima ha de tomar como bien podría ocurrir en la realización de una fantasía sexual e_e (Amo/sirviente, profesor/alumno, policia/delincuente...) 
ONESHOT Podría denominarse un ClowxYue 


"Él camina el sendero de la vida
Siguiendo la misma búsqueda, como un fantasma
Tonto amante, romance tonto, qué patético!
Desencanto constante, permanente"



FanFic Crossover
Welcome to Hell - CLAMP

Moon´s lover

Arrugó la frente mientras conseguía abrir sus ojos de pálido azul y a pesar de la borrosa imagen que éstos le concedían acertó al pensar que no estaba solo. Se incorporó y quedó sentado al igual que la figura que no le había quitado ojo en todo el tiempo de inconsciencia. Su respiración se agitó al ritmo que su corazón se aceleraba al notar como dos firmes manos le agarraban por los hombros cubiertos por su largo y sedoso cabello iluminado por la impasible y hermosa luna llena que se atisbaba grande sobre ellos, en las partes que faltaban del alto techo de piedra. Tragó saliva con dificultad al contacto de su piel fría y desnuda contra la cálida y suave seda, sus ojos se humedecieron y tuvo que apretar sus dientes para no desmoronarse, más de lo permitido. La voz que acompañaba al delicado sonido que emitían sus largos dedos al recorrer su largo cabello hasta el cuello no era desagradable ni amenazadora, sino todo lo contrario, calma y amable, melodiosa aunque insinuante y determinada contra su oreja.


-Tras muchas noches de espera, por fin volvemos a estar junto, mi jiāo yàn yuè. -Le hacía saber aquél que sin él comprender como se había convertido en su amo. Al cuál se entregaba en cuerpo y alma aquella noche de luna llena, incapaz de racionalizar, con una percepción de sí mismo limitada, no más allá de lo que su amo quisiese ver en él. -¿Me has extrañado? Yo nunca dejo de pensar en ti. -Agregaba, tan atrapado en la fantasía que le daba vida e impulsaba sus deseos más ocultos. Con ojos brillantes como dos zafiros fijos en él. 


-Sí, Amo Clow. -Confirmaba disimulando el temor en su voz, afeminada como la de un castrati en cada prosa cantada. Rápidamente y agachando la cabeza, apartó la mirada de su señor ya que nunca estaría a su nivel. Ni siquiera fuera de la fantasía en ese mundo dividido por clases y posibilidades. 


Un sonido de aprobación brotó de la boca del Mago, que tomando su rostro entre algunos dedos a fin de sostenerlo y elevarlo de nuevo, le besó. Primero un beso en su arrugada frente bajo un sin fin de mechones plateados para dar un sutil comienzo a los eventos siguientes o también a considerar ritual, todo con la principal intención de aplacar a su tímida Luna, amante huidiza pero atrayente guardiana de la noche, señora de las mareas y aliada poderosa. Finalizado ese acercamiento, el siguiente movimiento se tornó gradualmente más atrevido pero al Mago no le importaba ya que sabía bien que su amada Luna no le contrariaría, no, cuando dentro de la fantasía ambos sabían bien que sin él no era nada, su cuerpo se desvanecería y su esencia retornaría a la antigua esfera de blanco fulgor sobre la oscura bóveda celeste. Con el rubor coloreando sus claras mejillas, se dejaba hacer apenas emitiendo ruido de queja, se limitaba a cerrar sus bellos ojos sintiendo la presión de los labios de él debilitando la fuerza en el puño que mantenía contra el pecho de él hasta que jadeante volvía a abrirlos. Sólo era un largo fundir de labios hasta que las manos del Mago descendían por su cuerpo desprovisto de telas níveas. Bordeando el collar de pesado material que cubría parte de su pecho, reconociendo sin necesidad de mirarlas las gemas de diferentes tamaños pero idéntico color sobre la flexible tela central y sintiendo doble orgullo ante su simbolismo. 


-Me perteneces. Yo te dí esta existencia, mí jiāo yàn yuè. -Rememoraba ligeramente sofocado por la pasión que se liberaba en su interior, manifestándose en su esbelto cuerpo bajo los ropajes. Él asentía respirando costosamente y respondía con gran esfuerzo:

-Lo sé, Amo Clow. -El breve gruñido le indicó que no le bastaba una mera confirmación. -No soy nada sin Usted. -Exageraba su ficticia devoción.

Un agotador unir y desunir de labios y en algún que otro instante, una animada lengua que comprometía a su compañera hasta que los dedos que se pararon en cada pezón del muchacho, ya bastante endurecidos a causa del frío y el roce se aferraron a cada uno con la perversa intención de estrujarlos, surgiendo de ese sucio modo un deseado gemido, que duró todo lo que el Mago quiso pues el escozor no se mitigó hasta que sus dedos no se detuvieron. Tanto el color de los pezones como el de sus mejillas cobraron un color intenso nada más que el pícaro Mago retirase sus manos, se tomaba su tiempo en disfrutar de cualquier reacción de su amada Luna, cualquier pequeño acto le maravillaba proveniente de ella. Bien era cierto que él marcaba las pautas, que él dominaba a esa representación de la Luna pero siempre desde una admiración y deseo superior incluso a sí mismo.


-A-Amo Clow, yo... -Iba a disculparse totalmente lleno de pudor pero quedó silenciado por otro largo beso y le comunicó al oído con aliento abrasador:

-Quiero oírte gemir así y mucho más fuerte. -A lo que el muchacho sólo pudo tragar saliva mucho más abochornado ante el desafío que supondría complacer a su amo en eso, poca cosa teniendo en cuenta el aumento de exigencias. -Gime para mí, gime para tu amo. -Añadió en tono autoritario sin perder un ápice de sensualidad.

Dicho eso deslizó su lengua por el interior de su oreja previa bajada por su cuello de cisne imponiéndose nuevamente sobre él hasta no dejarle otra opción, que echar su espalda tan hacía atrás que quedó tumbado boca arriba, sintiendo por fin algo de cobijo en la amplía túnica de oscuro color y ornamentos dorados bordados a mano. Ya no tenía escapatoria, sucediese lo que sucediese, estaba plenamente expuesto y a disposición de los bajos instintos de su amo, encima suya. A cada beso y caricia que su cuerpo recibía se concentraba en dar buena seña de gusto lo mejor que podía, a veces más preciso que en otras pero en general con todo el remolino de sensaciones que se despertaban tal y como buscaba producir el Mago, más y más rendido a su propia y egoísta pasión, que no dejaba ni un tramo de piel por degustar quedando muy, muy poco para llegar a su parte favorita en el bello y estilizado cuerpo bajo el suyo. Aunque hizo lo imposible, el muchacho no pudo contener el hormigueo que se intensificaba al rededor de su ombligo, insistente gracias al repetido y húmedo paseo de la lengua del Mago, extasiado ante los agudos e incesantes aullidos de exaltación y desenfreno. Seguro de no recibir ningún golpe, perdonable, no paraba e iba más allá al introducir su ágil lengua en el interior del ombligo deleitándose en cada suplica sofocada por la doblemente agitada respiración. 


-Eso sí ha estado bien. -Anunció también jadeando un poco, mostrando una sonrisa de incontenible satisfacción e innegable triunfo. En sus ojos entornados se apreciaba un brillo fulminante, que nadie hubiese podido apagar. -Pero no es nada en comparación con lo que me gustaría hacerte ahora. -La mirada de desconcierto y pavor le obligaron a agregar con voz muy suave además de afectuosa mientras acariciaba su rostro de exquisitos rasgos, todo empapado en sudor frío. -Vamos, no te asustes, te haré sentir realmente bien, mi jiāo yàn yuè, sabes que jamás sería capaz de hacerte daño. -


A pesar de esa momentánea desconfianza consintió a su amo aquello que alguna parte dormida sospechaba no debía permitir pues era algo por lo que él mismo de hacer le originaría problemas. No comprendía bien la mayoria de cosas que el Mago compartía con él entre besos por mucho que siguiese las indicaciones a medida que sentía sus dedos tocar el lánguido trozo de carne que era su falo en ese momento. Dedos que descendían y ascendían marcando un ritmo lento pero constante y poco a poco desmedido conforme su respiración y sus pulsaciones variaban, en principio tenso ante la llegada de una nueva ola de emociones que de seguro le desbordarían nuevamente pues ese imperceptible hormigueo crecía y crecía pero además se desplazaba velozmente por todo su sistema nervioso como un rayo aumentando una sensación de calor que le asfixiaba. Su sexo blando y de un suave rosado ganaba forma bajo los dedos del Mago, de los cuales, la yema del gordo se frotaba con mayor fuerza por el emergido glande. Ya no podía parar, los gemidos eran más y más altos a cada pasada y los giros de cabeza más seguidos y bruscos. En todo su cuerpo se concentraba una energía que no hacía más que crecer y crecer, era espectacular. Para quien entendiese de esas cosas, era un espectáculo magnifico aunque por mucho que esa energía brotase y brotase contenida, no era de larga duración. Tal lo sabía el Mago, que se moría por tenerla dentro. Al retirar sus dedos, en efecto, éstos estaban cubiertos por una sustancia pegajosa del color de la leche. Sin ningún reparo, ante los asombrados ojos del muchacho, los lamió produciendo un sonido de regocijo como si realmente poseyese un sabor delicioso.


-¿A-Amo Clow? -Logró decir perdido en total extrañeza, arrugando la frente incapaz de hallar sentido a ese acto.


Su amo encaminó sus ojos azul profundo hacía él y levantando una de sus finas cejas oscuras, de igual oscuridad que sus lacios y revoltosos cabellos, respondió:

-Sí mi jiāo yàn yuè, no tengo reparos en lamer tus fluidos. ¿Te parece mal? -

Negó lentamente con la cabeza y haciendo acopio de mayor fortaleza, escuchó lo que su amo iba a solicitarle, resultando ser la última pero más compleja petición a cumplir, porque él tendría que realizarla. Chupando sus labios y por primera vez haciendo gala de cierta vulnerabilidad, el Mago confesó su gran deseo. 


-Desearía tanto tenerte dentro, sentir todo tu poder en mí mientras nos fundimos... Nunca tengo suficiente y aunque bien puedo figurarme el motivo, es lo que más deseo. -Dijo y al rato de terminar la frase, su sonrisa se desdobló sutilmente. -Dicho de otra manera menos rebuscada, deseo que me penetres. Introduce tu pene en mi ano. -Agregó con tono suave pero con firmeza como había ido saliendo en cada demanda pero con un ligero añadido de emoción. El muchacho quedó mudo y cien por cien ruborizado, su boca estaba abierta y sus ojos engrandecidos y negaba con la cabeza apartándose de su amo lentamente. -Por favor, concédeme ese último placer, concédeselo a tu amo. -El Mago insistió avanzando hasta el muchacho, totalmente superado. Buscando recuperar su confianza como en otras ocasiones, confianza que se minaba y su minaría llegado el éxtasis.


-No... Yo... No... Podría. -Rehusó al encontrarse con la mirad de su amo y negando con furia su cabeza aulló sintiendo entre la espada y la pared.. -¡Si no lo hago bien, le lastimaré! ¡Haré daño al Amo Clow! -Gritó notando un gran peso en su pecho, una idea igual de aterradora que el castigo a ejecutar contra él sin embargo negarse a ello también sería penalizado como gentilmente le recordó el Mago elevando la voz:

-Pero me decepcionarás mucho si vas contra mis deseos. Los deseos de tu amo. -Sólo cuando el abrumado muchacho cesó de agitar su cabeza pestañeante, le sugirió comprensivo como cualquier padre ante los ataques de pánico de su pequeño. -Si te ofreciera ciertas indicaciones durante ello, lo harías, ¿verdad? -

Volviendo a pestañear, asimilando las palabras de su amo, asintió respirando hondo varias veces, aparentemente calmado. Ignoraba el motivo pero volvía a sentirse dispuesto a actuar conforme su rol, por consiguiente guiado por la voz de su amo actuó como un amante suele actuar, desvistiendo al otro. Deshaciendo con cuidado los nudos dorados que albergaban las ropas de su amo, azul brillante al pasar sus manos por ellas, frunciendo el ceño altamente absorto en cada uno hasta no hallar más. Sentado observaría como su fibroso torso quedaría igual de expuesto al frío que el suyo sosteniendo entre sus manos su sexo, cuyo porte rápidamente se recobraba con pocos frotes de esos dedos pálidos y fríos. Tumbándose boca abajo con naturalidad, entusiasmado de ser observado por su amada Luna, dió inicio a la introducción de algunos dedos en su único y pequeño agujero. Por supuesto, previamente lubricados por su propia saliva de lascivo modo. Apretando sus dientes y cerrando sus ojos azules rememoró la primera vez, el dolor ya no parecía igual de intenso, sólo un fastidio hasta que el agujero fuese dilatándose, lo que se podía obtener añadiendo dedos que se adentrasen en tan oscuro lugar. Su sonrisa se amplió al notar como su miembro se endurecía y gimió sonoramente al retirarlos uno a uno pero no de dolor sino de puro placer. Con la suficiente agilidad, apoyado en una rodilla, levantó un brazo para tomar una de las manos del muchacho y prosiguió guiándolo.

-Parece doloroso... -Musitó él con las mejillas al rojo vivo. 

-No tanto como crees. -Le aseguró el Mago con arrogancia. -Es más, la primera vez que lo hice sinti tanto dolor y luego tanto placer, que no sólo me vine, me oriné encima. -Como para él ese acto no tenía nada de vergonzoso ni perverso, hablaba de ello con tanta ligereza levantando ambas cejas negras. Justamente la reacción contraria a la hubiese podido tener John. -Siempre he querido revivirlo. -Admitió contra la oreja del muchacho cargado de picardia.

De la manera que le señaló el Mago, el muchacho se posicionó detrás para entrar por el estrecho agujero. A pesar de la visual demostración, no parecía del todo convencido de que fuese a caber por lo que tendía a echarse para atrás, alargando el momento de la penetración. Con paciencia y un deseo que le inflamaba el Mago animaba a su amada e insegura Luna a continuar jadeando al compás de los jadeos de ésta, obligada a embestir en desesperados intentos de traspasar el pequeño orificio hasta sumirse en ese cálido y oscuro lugar, totalmente echado sobre la extensa espalda del Mago, notando todo su calor, No era suficiente, aún estando dentro, su amo deseaba más acción, quería más embestidas. Para el muchacho era desconcertante pues ya estaba dentro sin embargo obedeció. Las primeras fueron taimadas y cuidadosas pero sin darse cuenta el ritmo que marcaba su amo con sus movimientos le lanzaban a acelerar la frecuencia y la intensidad de las siguientes aumentando su sensación de fatiga pero también un cumulo de poder que le quemaba al mismo tiempo que le animaba. Ambos, poseídos de parecida forma o potencia, gemían y aullaban como dos criaturas enloquecidas creando una interesante sonata. Era como correr pero sin mover los pies, sólo las caderas al entrar y salir, Aferrando sus dedos al suelo, retorcidos sobre la tela ya rasgada. Llegado el momento culminante, ese momento en que su glande se encogía como si fuese la cabeza de una serpiente, abriendo la boca y poniendo los ojos en blanco, inundó aquella oscuridad de su blanco jugo. Cerrándose sin que él pudiese hacer nada para evitarlo, su cabeza cayó sobre el sedoso cabello del Mago que cubría todo su cuello, al flojear el nudo que los mantenía más o menos peinados. El Mago entreabrió los ojos ya que a pesar de haber experimentado tal brutal sobrecarga de energía durante el orgasmo, no sentía tanto cansancio. 

A la luz de la impasible luna, la imagen del muchacho parecía doblemente embellecida, como si realmente fuese una criatura celeste caída de ese cielo nocturno. Vistiéndose como le correspondía tras saciar sus deseos una noche más de luna llena no podía apartar la vista, era demasiado hermoso, con los destellos de la luna sobre su desnudo cuerpo y su largo cabello liso desparramado como una plateada capa mal puesta por encima. Era en esos momentos que de verdad lamentaba hacer lo que consideraba debía hacer. Tomando con delicadeza la túnica y limpiándola con un paño humedecido de agua se la colocaría sobre los hombros de modo que gran parte de su atuendo azulado quedaba oculto, sólo siendo apreciable la dorada linea en la que estaban los dorados cordones atados mucho antes de despertar al muchacho. A su bella Luna, cuyo tiempo de permanencia o existencia en esa forma entre mágica y humana se había agotado. En sus ojos azules, algo de brillo había regresado. Frotándolos, pestañeó y mirando con reveladora claridad al hombre puesto en pie frente a él, preguntó desorientado:

-¿Quién es Usted? -Examinando el lugar mientras se ponía en pie al mismo tiempo que el hombre de extrañas ropas y lentes redondeadas se acercaba. -¿Dónde estoy? -Y finalmente bajando la mirada, descubriendo su cuerpo carente de ropa, excepto el collar parecido al que se le podría añadir a una armadura inusual, gritó. -¡¿Por qué estoy sin ropa?! -Su voz aún propia de un joven, había perdido ciertos matices que agradaban al Mago.

Suspiró largamente y disminuyendo la distancia entre ellos, quedando muy cerca, peligrosamente cerca del muchacho, agarrándolo por última vez a fin de abrazarlo y besarle, respondió:
-Ya nada de eso importa, duerme, tan sólo duerme, hasta que una nueva luna llena nos vuelva a unir. -

Con la misma rapidez y elegancia con que había tomado su rostro para besarle, las deslizó por su cuello para quitarle la vida. El muchacho se debatía pero al cabo de un rato, el Mago notó como su espíritu huía de ese cuerpo inerte silenciosamente. 

Otra historia crossover y totalmente AU (Realidad alternativa) que ha salido hace poco de mi cabeza o que estaba pero no me atrevía a escribirla hasta que me vinieron mil reflexiones y paranoias al leer un FanFic buenísimo sobre Clow y Yue :3 Algunas cosas son perversiones mías, avisados quedáis, porque me da morbo eso o porque cada vez que lo pienso, siento un cosquilleo travieso XD Ahora también digo que es bajo un contexto trágico, mitad cuento, mitad realidad macabra como viene siendo en WtH n_nU Clow es el alterego de John aunque como sucede con la múltiple personalidad, John no sabe de Clow, Clow sí porque es la personalidad que tiene todo lo que John se ha negado durante años y años... 

MARYXULA