martes, 21 de julio de 2015

FanFic FFVI Puppet Crown

NOTA DEL AUTOR:
Los personajes de Final Fantasy VI no me pertenecen, son creación exclusiva de Square-Enix (Squaresoft) y sus respectivos colaboradores
Si eso, sólo los posibles OCs que aparezcan sí son cosa mía n_nU
Historia contada en tercera persona (en primera sería más intensa pero intento hacer así los one-shots)
Buenoo, siento ganas de retomar el lado oscuro del personaje que tanto me gusta... La verdad, escribo bien poco con él historias o escenas violentas y la verdad, aunque me he ido restringiendo, lo en esos parámetros lo encuentro realmente cruel, es más, hay historias dentro de mis favoritas que él es un verdadero monstruo n_nU (Sin dejar a un lado esa cosita que amo infantil y excéntrica en sus maneras)
Ah, sinceramente no me gusta como suena en español la traducción de Slave Crown, por lo que suelo deleitarme con la denominación Puppet Crown porque Terra en sus manos es como una muñeca e_e

FanFic Final Fantasy VI
La corona para la muñeca

Sentada, aguardaba en silencio, tal y como le habían ordenado los dos individuos de grandes y bruscas manos arrastrándola hasta la dependencia con innecesaria fuerza a causa de su lentitud, con los ojos fijos en el suelo, apenas distinguible entre las sombras pero si ella se esforzaba lo suficiente podría distinguir el color que poseía la larga alfombra con bordes dorados. Rojo como el sencillo vestido que cubría su delgado y casi etéreo cuerpo o sus botas de cuero, esperaba sin estar totalmente segura el qué.

Ella no era capaz de precisar el tiempo trascurrido hasta que el sonido de la puerta siendo abierta la forzó a levantar la vista, ligeramente sobresaltada por la novedad. No fue agradable la luminosidad que la lámpara, con diversos brazos de bronce que sostenían las velas encendidas, sobre su cabeza en mitad del alto techo ofreció hasta que sus sensitivos ojos se acostumbraron a ella. Ante sus ojos entrecerrados, de iris azul verdoso como el agua marina, un hombre entró. A medida que la niña podía identificar con claridad la figura parada a pocos metros de ella, el estado de sorpresa rápidamente se tornaba en miedo. Tragando saliva lo observaba consciente de su sino. Ese no era un soldado normal, no sólo era un hecho apreciable en los colores y formas de sus ropas, había algo en sus ojos distantes y claros como el cielo por encima de la neblina que parecía rodear la ciudad que lo indicaba o era la tonalidad atípicamente blanca de su piel, no sólo aquella bajo el excesivo maquillaje,  apreciable en las pocas zonas de su cuerpo expuestas. Fuese lo que fuese, ahí estaba frente a ella rodeándoles una vez fue cerrada la puerta desde afuera.

-Terra, mi dulce brujita... -Terra le oyó decir su nombre e inmediatamente un fuerte estremecimiento la asoló. Su voz perturbadoramente suave y sutilmente aguda pero melodiosa se acercaba a la de una amorosa madre, nada que se correspondiese con su imagen. Ella solía imaginarla igual de desmedida y cruel que sus actos. Además la sonrisa que la acompañó fue especialmente espeluznante, probablemente gracias a la prolongación de sus labios carmesí mediante el trazado de una curva roja desde las comisuras hasta las mejillas o quizás a causa de la fuerza con la que sus finas cejas se habían fruncido. -Tengo una cosita muy especial para ti. ¿Quieres saber por qué? -Continuó hablando, con calma, como degustando cada palabra mientras la rubia contenía el aliento, sin moverse, más y más paralizada por el terror. Sólo con los ojos fijos en él, que encantado de ser su centro de atención, reveló tras su extensa y granate capa de terciopelo una caja mediana de un material que parecía demasiado liso para ser madera. -Porque gracias a este sofisticado accesorio, ¡Me pertenecerás! -Anunció previa escapada de una risa que amenazaba en convertirse en una desagradable carcajada.

A pesar de la belleza del objeto que el perverso hombre ya había sacado de la caja con una mano mientras con la otra volvía a ocultar la caja que lo había contenido largo tiempo a la espera de su colocación, no era una ciara inofensiva como su aspecto pretendía hacer creer. La mera idea ya no sólo de pertenecer a alguien sino de que ese alguien no le atrajese más que pánico, la horrorizó tanto que comenzó a chillar agitándose en la silla. Sonoros noes y alguna que otra suplica brotaban de sus labios rosados asemejándose a hermosas melodías interpretadas por dotadas divas de la música para Kefka que en vez de sentirse ofendido ante semejante reacción, agarrándola con una sola mano insistió en que aceptase su destino.

-¡Sí, sí, querida mía, lo serás! -Elevaba su voz, cada vez más animado, nadie podía negarle eso, ni siquiera ella, ese momento altamente deseado era una realidad. Imponiéndose a la rubia de rizos perfectos como los de las muñecas, incluso era capaz de romperle ahí mismo el brazo entre carcajadas, no le importaba continuar presionando la zona de su pequeño y menudo cuerpo. Ella, notando el malestar, acabó por ceder recobrando una fingida calma. Al fin y al cabo, enfrentarse a él no era una opción inteligente, el tiempo y el propio Palazzo se encargarían de recordárselo. -Serás mía y sólo mía. -Sentenció levantando la cabeza de Terra, que le miraba arrugando la frente con ojos húmedos y labios fruncidos, esta vez se pudo percibir cierto deje de amenaza aunque sus labios pintados se posaran sobre su pálida y cálida piel, cerca, muy cerca de esos labios, coloreándola.

Se deslizó sobre su cabeza hasta quedar perfectamente encajada, brillando sobre su frente cuyos rizos resbalaban por encima. Él había sido cuidadoso en no atrapar ninguno durante su posición. Pronto la niña sentiría algo peor que un dolor de cabeza a medida que el circulo dorado empezase a funcionar con el añadido del horripilante sonido que parecía ganar agudeza o la sensación de pesadez en cada parte de su cuerpecito por pequeña que fuese, pues el dolor sordo que la molestaba no menguaría hasta provocar un inesperado desmayo, nada después de eso sería tampoco placentero pero su consciencia ya habría sido anulada por completo. Ella no lo sabría nunca con certeza pero se sumergía en hipótesis que explicaran de algún modo esa reacción de su cuerpo, claramente en contra de lo que el artilugio se proponía como si el dorado metal se aferrase a su carne y éste consciente del ataque se negase, pues vagamente recordaba haber sufrido las dolorosas intrusiones de finos cables cargados de alguna clase de sustancia. Todo era posible viniendo de ellos que nunca la habían visto como una humana, más bien como un elemento a estudiar y utilizar en sus oscuros fines imperiales.

MARY (MARYXULA)

Espero que os guste, aunque he intentado ir en lo más canon posible, aquí me pasa lo que con Pitch Black y sus recuerdos sin embargo y porque es una de mis escenas favoritas del juego que hay entre ellos quería probar a escribirla n_nU Kefka es realmente espeluznante aquí y tiende a gustarme ese lado suyo aunque como siempre, no sé si he sabido darle el toque adecuado porque me gusta que sea cruel, que sea aterrador pero también me gusta que tenga un poco de ese encanto infantil que puede ser confundido por bufonesco e_e  Lo mismo me pasa con la corona porque sinceramente, vivimos a base de suposiciones pero a mí personalmente no me parece que el funcionamiento en el cerebro de Terra fuese tan intenso y hasta sangriento como en el fic que me inspiró para escribir este tipo de historias con ellos n_nU Yo me fijo más en las cosas que veo en la tele como un chisme que da calambres o en una serie de sueros que provoquen que el metal de la corona (uno especial que pueda canalizar magia o lo que sea) facilite el control mental... Pero lo mires por donde lo mires, todo es rebuscado, incluso lo del otro autor aún así estoy feliz de haber podido escribir esto y espero que os guste o al menos no os deje indiferentes, como me gustaría con todo lo que comparto ^u^