miércoles, 27 de abril de 2011

FanFic Slayers OZELL



Dibujo en blanco y negro de Ozell ^^ La linda chica-muñeca que fue creada por Rezo para proteger el jarrón magico en el que se encuentra su alma en Slayers Evolution-R. Espero que os guste, me he esforzado mucho ^^


NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):

Ozell no varia mucho que digamos entre el manga y el anime, sin embargo en el manga se pueden apreciar más cosas de ella que en el anime ^^ Entre vosotros y yo, tiene más pinta de sirvienta victoriana que medieval, por lo que es seguro que me esfuerce en adaptar su aspecto más al de la epoca ^^' Ozell en Slayers es una especie de muñeca como aquellas que se fabricaban en la era victoriana pero yo voy a cambiar un poco eso, en mi FanFic Eterno Poder ella será humana pero una humana especial. La relación que tiene con Rezo en mi historia no variará mucho ya que me gusta emparejarlos y según Amber Rezo pudó basarse en su esposa a la hora de darle un aspecto a Ozell ^^ Dedicada a Amber, que le encanta Rezo y Ozell ^^


-¿Éstas bien? -Preguntaba una suave voz de hombre. -Espero no haberme excedido con ese hechizo... -

-S-Si. -Respondió ella abriendo los ojos lentamente.

El joven que se encontraba a su lado era un joven agraciado, de rasgos finos y equilibrados aunque sus ojos pareciesen fuertemente cerrados. Sus cabellos eran oscuros como la noche y aunque en ese momento algunos mechones se habían separado del resto, apenas se encontraban desordenados. La muchacha se incorporó de inmediato al ver el vivo color rojo de sus ropas. Realmente temía encontrarse ante un brujo rojo, uno de los servidores del Dark Lord más violento y temido por ello, Ojos de Rubí. Con la misma rapidez con la que se había incorporado, se disponía a apartarse de él pero la bonita y calmante voz del joven le hizo cambiar de parecer.

-No tengas miedo. ¿Cómo sería capaz de dañar a quien acabo de liberar? -Fueron sus palabras.

El modo en que el joven hechicero de rojas ropas con el que trataba de hacerla comprender que sus intenciones no era malignas le indicó a la muchacha que posiblemente no era un enemigo pero ¿cómo confiar en alguien trás todo lo que había padecido? Ella se limitó a observarle antes de aceptar la propuesta que le sería planteada a continuación:

-Comprendo que no confies en mí pero no puedo dejarte aquí sola. ¿Vendrías conmigo si te lo pidiese o me vería obligado a usar de nuevo la magía? -

Al poco de lanzar la propuesta, el curioso bastón que poseía rodó por el suelo como si en verdad estuviese vivo hasta llegar a su amo. Era un bastón plateado, en su cima se encontraba una pequeña gema roja y a los lados de la figura hexagonal unas anillas del mismo material plateado habían sido colocadas de modo que se rozasen cada vez que el bastón fuese usado. La muchacha comprendió entonces que ese hechicero era ciego y que además debía poseer un rango de gran importancia pues él fue el primer hechicero que vió con semejante bastón. Con el bastón en su mano derecha, como si de un soporte se tratase, el hechicero se levantó pero no echaría a andar hasta haberle ofrecido de nuevo que viajase con él.

-Por favor. -Insistiría. -Ven conmigo. -

La muchacha terminaría aceptando, al principio no muy segura pero al echar un rapido vistazo a la lejania, pudiendo apreciar que el lugar en el que había sido retenida estaba derrumbado, tomando su mano se encaminaría a una nueva vida. El joven se cubrió practicamente todo el rostro al echarse hacía delante la capucha del mismo fuerte rojo que la prenda que le cubría entero. A lo largo del camino la muchacha no podía evitar sonreir cada vez que él daba un paso pues el bastón emitía un sonido tán curioso como sonoro. A pesar de lo repetitivo o grillante que pudiese resultar, a ella acabó por gustarle. Tras varios pasos, en cuanto el joven hechicero advirtió que un vehiculo se aproximaba, el viaje se volvió no sólo más agradable sino que se volvió más rapido. Durante ese trayecto, tanto la muchacha como el hechicero trataron de averiguar algo el uno del otro.

-¿Es Ud hechicero? -Se lanzó a preguntar la muchacha sin cortarse un pelo.

-Así es aunque por estas tierras no es dificil encontrarse con hechiceros. -Le respondió con una sonrisa demasiada comprensiva por su parte. -¿Y tu has sido bendecida con el don de usar magía? -

La respuesta de la muchacha dejó bastante confuso al pobre hechicero.

-No lo sé. ¿Cómo se sabe que se sabe usar magía? -

-Pues... Interesante pregunta. Si no puedes usar magía, tampoco es algo malo. -Acabo por decir el hechicero, sin saber del todo como explicar esa cuestión.

-Entendido. -Dijo ella y pasó a otro tema. -¿Puede Ud decirme por qué me liberó? -

-Aquellas personas iban en contra de Dios usando la magía para sus perversos y egoistas fines. -Le comentó. En su tono de voz aún podía notarse enojo aunque lo estuviese conteniendo.

-Gracias. -Acabó por decirle casi en un susurro.

Al instante siguiente, el hombre les indicó que habían llegado a la ciudad de Vezendi, por lo que el trayecto había acabado. El hechicero se sorprendería de lo corto que se le habría hecho ese largo camino. Dilgear tenía razón, le gustaba demasiado estar con la gente y eso en su situación no era bueno. En cuanto la muchacha encuentre un buen lugar en el que vivir, continuaré con mi investigación pensó escuchando como el vehiculo que les había llevado hasta allí se alejaba. Antes de llevar a la muchacha a lo que no sólo podría ser su nuevo hogar, el hechicero quisó saber como dirigirse a ella. El nombre que ésta le daría le dejaría realmente sorprendido.

-Me gustaría saber tu nombre, ¿serías tán amable de decirmelo? -Le preguntaría con la mayor amabilidad posible.

-Alguien solía referirse a mi llamandome Ozer. -Respondió ella agarrandose a el.

Con mayor rapidez su desconfianza hacía él se volvía menor. Algo había en ese hombre que la hacía sentir a salvo de todo mal. Cuando él se marchó dejandola no sólo en un hogar y con un trabajo, lo supó.

lunes, 25 de abril de 2011

FanFic Slayers RED INTENTIONS



Este dibujo lo he hecho para que podais imaginaros mejor como son los bisabuelos paternos de Zelgadiss ^^ Hijos de Cerberuss ^^ Él es el principe de Aerothus y ella su hija bastarda, ya que no llegó a matar a esa brujita... Espero que os gusten y este pequeño FanFic centrado en ellos también ^^ Estas historias surgen de mi FanFic más largo y complejo, Eterno Poder.


-Ten, es lo último que deseo enseñarte. -Le indicó el joven de rojas ropas colocando sobre las pequeñas manos del niño lo que parecía una piedra que adoptó un fuerte brillo rojizo. El niño la observó con los ojos muy tán abiertos como pudo. -Es hermosa, ¿verdad? -Le preguntaría consciente de la fascinación que despertaba en el jovencísimo principe.

El niño asintió y logrando alejar sus ojos de la piedra, encaminandolos al rostro de su tutor, preguntó:

-¿Me permite quedarmela? Es tán hermosa. -

-Por supuesto. Yo, en verdad, nunca la he necesitado. -Le comunicó con voz tranquila y una sinceridad aterradora mientras le dedicaba una amplia sonrisa. -Será tu regalo de cumpleaños. -Añadió.

En cuanto el niño escuchó como la puerta, la hermosa puerta de la mejor madera, se abría corrió hacía ella como un animalillo incapaz de contener sus ganas de saludar a su amo. El hombre que apareció a medida que la puerta se habría, era un hombre apuesto, cuya vestimenta y caracter rezumaban carisma, a pesar de que en sus preciosos ojos verdes no se apreciase apenas vida. Sus cabellos se encontraban lo más domados posible aunque algunos mechones tapaban parte de su frente, todos de un castaño de fuerte tonalidad, más suavizado en aquellos que correspondían a su fina barba. El niño se detendría ante él alzando los brazos y exclamaría:

-¡Padre! ¡Padre! ¡Mirad lo que me ha regalado mi tutor! -

Alzandolo del suelo, tomandolo en sus fuertes brazos, caminaría hasta el interior del la lujosa habitación, cuya razón de ser principal era la de ser un despacho. Toda una pared, por no decir, gran parte de las demás, se encontraba llena de libros, exquisitamente ordenados en las elegantes estanterias. Una gran mesa rectangular se encontraba donde antes se habría encontrado una cama, con diversas sillas colocadas a su alrededor talladas con hermosos relieves de oscura madera. En cuanto el hombre dió algunos pasos, el joven de rojas ropas se levantó del elegante sillón en el que solía sentarse, no sólo a meditar.

-No tiene por que levantarse cada vez que me vea entrar, mi señor. -Quisó recordarle pues aún siendo el rey todavía se sentía como un humilde sirviente. Nunca logró sobrellevar su cargo, por lo que a diferencia de su hijo, él siempre trató con demasiada cortesía a aquel que todos consideraban su consejero.

-Pero, su alteza, como bien sabrá, es algo que ha de hacerse en su presencia. -Replicaría el hechicero con aspecto juvenil con un tono de voz educado pero socarrón.

El niño le miró y luego miró a su padre, no comprendía el motivo por el que su padre, el rey de Aerothus, llamaba Señor a su educador. Cerberuss lo hacía inconscientemente, debido a la fuerte influencia que siempre ejerció El brujo carmesí sobre él. Por lo que simplemente le decía a su hijo que si no le llamaba así se sentía muy mal consigo mismo. El hombre observaba la cara radiante de felicidad de su hijo, mientras éste seguía hablandole.

-Creo que es de los mejores regalos que he recibido hasta ahora. ¿No le parece, Padre? -

-Si mi amor. -Terminó respondiendole pues el niño parecía impacientarse.

-Me agrada que os guste. -Dijo el hechicero de rojo acercandose a ellos. -Pero debes prometerme una cosa, que nadie más que tú lo usará, por lo que guardalo, guardalo en un lugar que sólo tu conozcas. -

El niño asintió con ojos brillantes. El hechicero sabía que así sería, por lo que se despidió del niño tál que así:

-Buen chico. Ahora ve con tu padre y disfruta de tu fiesta de cumpleaños. -

Cerberuss abandonó la habitación con su hijo aún en sus brazos. El hechicero de rojas ropas e incomprensibles propositos, regresando al sillón en el que había sido encontrado sentado, dando un largo suspiro, volvió a acomodarse en el. Observando, observando desde ese rincón por la ventana como las nubes formaban caprichosas figuras en un cielo que comenzaba a clarear, pensó en lo cerca que se encontraba de la muerte y con una sonrisa maliciosa, dijo en voz ligeramente alta:

-Ahora comprendo a lo que se referíen los hombres de Dios cuando hablan de La pasión y muerte de El Cristo. Más, yo no lo veo como un deber sagrado, para mí no es más que una provocación más. -


Lejos, muy lejos del Palacio Real del Reino de Aerothus, una niñita de hermosos rasgos pero ferrea actitud se negaba a aceptar las palabras de su madre pues esas palabras resultaban más dolorosas que las piedrecitas que se clavaban en sus piececitos.

-¡No! ¡Estoy segura que si sabe cúal es nuestra situación, Padre nos ayudará! -Gritaba con la cara enrojecida por culpa del enfado y el frio que estaba sintiendo, con unas lagrimas que no paraban de recorrer sus mejillas a gran velocidad, una trás otra, sin detenerse.

-Tesoro, tú padre... -Trataba su madre de apaciguar ese enojo que consumía a su hija a tán temprana edad pero su voz se apagaba cada vez que pensaba en ese hombre. Ese joven hombre que estando a punto de matarla, llegó a otra solución. Ese joven hombre maldito, encadenado a los oscuros propositos de un diabolico individuo. -Tu padre no nos ayudará. Debemos seguir aguantando esto solas. -Alcanzaría a decir trás mucho esfuerzo, logrando detenerla, estrechandola en sus brazos, aquella fria tarde de otoño en mitad de ninguna parte. La niñita se esforzaría por liberarse de los brazos de su madre y continuar su camino, camino incierto desde luego pero esperanzador pues le llevaría hasta su querido padre, gritando hasta quebrar su bonita voz:

-¡No te creo! ¡Padre hará que mejore! -

-¡No, tesoro mío, no lo hará porque aún queriendo, aún siendo el rey, él no se lo permitirá! -Le confesaría finalmente a su hija, a pesar de no desear ni siquiera mencionarle pues mencionar su nombre era como tragarse un puñado de clavos o cristales. Tán doloroso como cortante. Por mucho que pasaba el tiempo y por muchos años que siguiese viva y alejada de ese individuo, no lograba desenterrarlo de su memoria. Por lo que sería la mujer la que se desharía en lagrimas, estrechando con mayor fuerza a su hijita, la cúal dejaría de zarandear al ver a su madre finalmente perder la entereza. La niñita sería la que acabase consolando a su madre diciendole:

-Ésta bien, madre, volvamos al hospicio. -

Aunque cada vez que su madre se refería a ese oscuro individuo que retenía a su padre la niñita sentía una curiosidad enorme, no le pedía más información a su madre porque ya la mera referencia la ponía muy mal, seguramente no sería capaz de darsela debidamente, su nombre, una definición de su aspecto y otros datos especificos. Sin embargo si le pedía saber más sobre aquel mercenario que le permitió vivir, su padre. Ella estaba convencida de que algún día el volvería con ellas y aunque su madre se esforzaba por hacerle comprender que eso no pasaría, si solía decirle que a pesar de la distancia y las circunstancia, él la quería. Con la entereza recuperada a lo largo del camino de vuelta, tanto madre como hija entraron al hospicio en el que vivían como bien podían. En cuanto la hermana al mando las vió, se dirigió a ellas con rapidez asombrosa para su edad y se dispusó a darles un señor sermón, que fue especialmente para la joven madre.

-¡En nombre de Dios todopoderoso! ¡Esta es la decima vez que Ud y su hija desaparecen sin decir palabra1 ¿Ha pensado Ud en lo preocupadas que nos tenía? ¿O acaso ha olvidado que Ud y su hija estan a nuestro cuidado? ¡Tenga más mano y no deje que esto vuelva a suceder! Porque si eso volviese a suceder, Dios no lo quiera, me vería obligada a echarlas de este hospicio. -Le dejó bien clarito La hermana con mirada recelosa y tono muy tajante. La joven simplemente asintió. Cuando aquella desagradable mujer se marchó, todas, no sólo la joven regañada, todas las mujeres presentes suspiraron de gozo. El hospicio era un lugar curioso en el que vivir, con diversas zonas, las cuales se encontraban separadas unas de otras, lo cúal siempre llamaba la atención a la niña. La niña, como tantos otros niños criados en esos lugares, no podía evitar odiar ese lugar, pues allí la gente aún siendo cuidada y alimentada, era trata de un modo tán severo. Mientras su madre colaboraba ayudando a otras personas por mandato de las hermanas, la niña se acomodó como pudo en la zona que correspondía a ella y a su madre y se dispusó a dibujar con el dedo toda clase de cosas en las rigidas paredes de piedra.

-Padre, si no puedes ayudarnos porque ese tipo te tiene atrapado, yo haré que puedas. -Murmuró. Poco a poco, esa idea, la idea de liberar a su padre se volvió más y más obsesiva, desencadenando un encontronazo temido por su madre con el diabolico individuo del que no se atrevía a hablarle, Kaos Lord Khem.

jueves, 21 de abril de 2011

RoJiTo BoNiTo



La imagen que pongo hoy me encanta pero no recuerdo si la encontre en el DA o en Internet XD


ROJO

Cuando él se aproxima

Lo sabes

Cuando pose sus ojos sobre tí

Lo sabes

Ya no salvación, ya no hay salvación


Pero cuando él se va

Siempre quieres más

Pero cuando él se va

Deseas más

Tu moralidad se va, tu moralidad se va


¿Acaso nunca pensaste que bello color?

Rojo como el fuego, Rojo como el fuego del infierno


SIN TÍTULO (Es lo que tiene ponerse a hacer poemas durante la noche XD)

Cada vez que me hablas,

Cada vez que me tocas,

Tu haces que mi rabia crezca


Cada vez que me miras,

Cada vez que engañas,

Tu haces que el odio nazca


Y tu sigues, y tu sigues

Y tu sigues, y tu sin darte cuenta


Cada vez me siento más enfermo,

Cada vez me siento más deshecho,

Tu éstas dejando a la bestía salir


Cada vez me siento más lejano,

Cada vez me siento más inhumano,

Tu éstas jugando con fuego


Y para cuando lo comprendas, arderás

Y para cuando lo lamentes, arderás

Arderas como bruja en el fuego de mi ira


Pues... Por el momento aquí os dejo estos dos poemas que se me ocurrieron anoche ^^ Hacía tiempo que no me ponía poetica XDD Espero que os gusten o al menos os aviven la imaginación ^^




lunes, 18 de abril de 2011

CISNE NEGRO


SINOPSIS:

El filme sigue la historia de Nina (Natalie Portman), una bailarina en una compañia de ballet de la ciudad de Nueva York cuya vida, como todos los de su profesión, se consume totalmente con la danza. Ella vive con su madre, también bailarina retirada, Erica (Barbara Hershey), que apoya las pretensiones de celo profesional de su hija. Cuando el artistico Thomas Leroy (Vincent Cassel) decide sustituir a su estrella Beth MacIntyre (Winona Ryder) para la producción que abre su nueva temporada, El lago de los cisnes, Nina es su primera opción. Pero Nina tiene competencia: la nueva de la compañia, Lily (Mila Kunis), que también impresiona a Leroy. El lago de los Cisnes requiere una bailarina que pueda interpretar tanto al Cisne Blanco, con la inocencia y la gracia, y el Cisne Negro, que representa la astucia y la sensualidad. Nina se ajusta al primer rol perfectamente, pero Lily es la personificación del Cisne negro. Mientras las dos jóvenes bailarinas amplían su rivalidad en una amistad turbulenta, Nina comienza a ponerse más en contacto con su lado oscuro con una imprudencia que amenaza con destruirla.


OPINIÓN PERSONAL:


Al principio puede resultar un poco sosa pero creedme a lo largo de la película la historia se vuelve apasionante de un modo que llegado el final te quedas estupefacto deseando más. Contando con la participación de una actriz además de muy guapa con mucho talento que encarna a la encantadora Nina y su transfiguración con maestria, no es de extrañar que Cisne negro haya recibido cuatro nominaciones a los globos de oro. Sin olvidar una banda sonora exquisita como sólo podría serlo la música que se creó para El lago de los Cisnes. Aunque para muchos, sobretodo, para aquellos que no gusten del ballet, podrá resultar bastante pesada pues la historia gira en torno a ese mundillo ya que tanto Lily como Nina son bailarinas de ballet. Bueno, seais o no seais muy amantes del ballet o la música clasica, Cisne Negro en mi humilde opinión, es una película que merece la pena ser vista.


MUY RECOMENDABLE

sábado, 9 de abril de 2011

SPECIAL POST


UNAS PALABRAS POR PARTE DEL AUTOR (O AUTORA XD):

Allá vamos, como ya comente en DA y aquí, me gustaría agradecer a unos cuantos grandes artistas y amigos lo mucho que me han aportado, no sólo durante el desarrollo de este FanFic, sino a lo largo de todo el tiempo que llevo conociendolos ^^ Para que veaís que lo que digo es verdad, me gusta y suelo coger muchas referencias de buenos artistas y de cosas que captan mi atención poderosamente XD

AGRADECIMIENTOS A:

-En primer lugar a QP Diana, creo que su FanFic Cronicas de una quimera me encantó, además me animo a acrementar mis conocimientos, muchos a punto de desvanecerse, para mejorar mis propios FanFics ^^ (Me encanta su visión de Rezo) http://homepage3.nifty.com/QPHOUSE/works/art/chimera/rezo_e.html

-En segundo lugar a Ameban pues fue ella la que tradujó ese maravilloso FanFic. Sin olvidar decir que sus propios FanFics son también verdaderamente buenos y es una gran dibujante, no sólo de Slayers ^^ (Tiene una ilustración muy tragica pero que a mi a la vez me parece maravillosa de Rezo con Zelgadiss siendo un bebe que me encanta) http://ameban.net/ZA/frame-galeria.html

-En tercer lugar a AmberPalette pues por ejemplo la visión que tiene ella del sabio Lou Groun me gusta muchísimo más que la que original o por que muchos de sus diseños y personajes salidos de su mente son simplemente geniales. Además en algunas conversaciones con ella, me han venido un montón de ideas muy buenas para explicar alguna que otra cosilla en mi FanFic Eterno Poder ^^ (Uno de sus dibujos, de mis favoritos, lo tengo en mi escritorio, con eso lo digo todo) http://amberpalette.deviantart.com/gallery/15513137offset=144#/d1upciz

-En cuarto lugar a las hermanas Miss-Whoa-Back-Off y WaterLillySquiggles porque a ellas se les ocurrió unos padres fantasticos para Zelgadiss, llamados Erik y Christine. Por no decir que los padres de Christine también me parecen unos personajes muy buenos, sin embargo ellos en mi FanFics, todos relacionados con el de Eterno Poder serían los abuelos maternos de Christine. Ambas, cada una a su manera, tienen unos dibujos y unas historias maravillosas ^^

-En quinto lugar a RagnaBlast pues la idea de que el quinto Gran sabio sea una mujer me encantó, además una mujer muy guapa y talentosa llamada Themis Ulcies, que enamorará a Lei Magnus y cuya hija será Yura, una nena muy linda. Personajes que le solicité poder utilizarlos en mis FanFics porque ya os digo que me encantaron y que creo que enriquecen mis FanFics. Sus dibujos también son geniales y ya os digo que esa historia suya de Themis Ulcies, buenísima ^^

-En sexto lugar a Dulcis-Absinthe porque ella dibujó a unos hijos preciosos y muy interesante de Zelgadiss y Amelia y porque sus dibujos son maravillosos, me gustan mucho ^^

-En septimo lugar a Psycho333. El fue y espero que lo siga siendo un gran seguidor. Hablando de algunos dibujos y peticiones, surgió Karin y el resurgir de Kaos Lord Khem. El personaje que me pidió dibujar me encandiló y quizás también aparezca en algún FanFic mio ^^

-En octavo lugar pero no por ello menos importante, a EugeneCh. Otra artista y fan de Slayers muy a tener en cuenta ^^ (Me encantó el único dibujo de Rezo con Zell) http://tsoc.new21.net/index2.htm

Supongo que también le debería agradecer a diversos artistas el haber visto sus dibujos y personajes salidos de su propia mente pues hay uno que además me gustarme mucho me gustaría ponerlo como ayudante de Rezo pero sólo sé su nombre y su aspecto y sin embargo ni idea de como se llama su creadora XP Lo cúal es una putada, en fin... Seas quien seas, te agradezco haberlo creado y te pido poder utilizarlo ^^' También agradezco a Hajime Kanzaka haber compartido con medio mundo esta historia tán buena que es Slayers y a Rui Araizumi, a Shoko Yoshinaka y demás artistas japones que se han atrevido a darle forma ilustrada a los personajes y sus aventuras en mangas o en animación ^^

BONUS TRACK Red Redemption:

-Es suficiente por hoy, gracias por tu tiempo. -Le anunció el joven cuyas ropas eran todas de vivos tonos rojizos.

La joven sacerdotisa cerró el pesado y polvoriento libro y antes de marcharse con él, dedicandole una bonita sonrisa, se despidió del joven con estas palabras:

-Ha sido un placer compartir mi lección contigo. ¿Mañana a la misma hora? -

-Por supuesto. -Afirmó el con rotundidad, deseo de escuchar y conocer gracias a la clara voz de esa sacerdotisa o aspirante a sacerdotisa más sobre la magía blanca y la magía sacra.

La muchacha abandonó la amplia biblioteca que disponía la institución dejando al joven de rojas ropas solo. Al entrar a la habitación que le había sido asignada, la joven sacerdotisa vió a varias jovenes de ropas similares a las suyas, en un rincón, cotilleando probablemente. La joven sacerdotisa ni las miró, siguió caminando hacía su cama y trás dejar el pesado libro sobre la mesita que la acompañaba elaborada con madera de clara tonalidad ambar, se dispusó a desvestirse, cambiando sus bonitas y suaves ropas blancas entrelazadas y unidas mediante alguna que otra gema de rojo color a unas más sencillas.

-¿Es cierto que tú y el invitado ciego...? -Se disponía a preguntarle una de las chicas que había visto reunidas en un rincón pero se vió bruscamente interrumpida por la joven sacerdotisa:

-Sea lo que sea que estuvieseis hablando, tán sólo leo en voz alta los textos que el maestro nos obliga a memorizar. Él simplemente se sienta a mi lado y escucha. -

Y desplegando las pesadas mantas recubiertas por finas pero calidas sabanas la joven sacerdotisa se acostó sin decir ni una palabra más. Al poco de aceptar la petición del joven, se crearon diversos rumeros, algunos realmente ofensivos, sobre su relación con él. Ella tenía muy claro que eran mentiras fruto de la envidia que despertaba reunirse con él a atardecidas horas de la tarde por lo que trataba de continuar sus estudios y su rutina con la cabeza bien alta. Un monje, de aquellos conocidos como cristianos no podía mantener ninguna clase de relación amorosa con una muchacha al igual que una sacerdotisa no podía mantenerlas por lo que su relación era como la que podría mantener un tutor y su protegido.

-He recibido un sermón larguísimo sobre las normas que han de aceptar las sacerdotisas. -Le comentó el joven de rojo la tarde siguiente. La joven sacerdotisa apreció que en su voz no había ni rabia ni enojo. Aquel muchacho era un joven muy extraño pero le gustaba estar con él.

-Rezo, ¿puedo preguntarte algo antes de comenzar a leer? -Preguntó preparando cuidadosamente la pregunta que deseaba formularle a continuación. El joven asintió. -¿Cómo es posible que alguien como tú haya acabado en un lugar como este? Los hombres estudian magía sacra en otro lugar. -

La expresión del joven cambió brevemente. Quizás no era correcto permanecer allí si eras un chico. A sus cuarenta años seguía sin comprender del todo las normas y costumbres del mundo magico. Suspiró y dijó:

-En cuanto logré saberlo, te lo explicaré. -

La joven sacerdotisa se le quedó mirando un buen rato como aturdida pero se pusó a leer en voz alta en cuanto supusó que era que un monje cristiano no supiese de esas cosas. A veces aprovechaba para mirarle, era un joven hermoso aunque nunca llegase a ver el color de sus ojos y en su rostro apenas se apreciaba esos pinchantes pelillos que salen en la pubertada camino de ser una expesa barba. Cuando le preguntaba por el motivo en que cesaba de leer, ella se ponía a ello de inmediato. Ella poseía una hermosa melena oscura pero los cabellos de él eran aún más oscuros como muchos demonios. A diferencia de sus ordenados cabellos, los de ella adoptaban una forma caprichosa, unos mechones se amontonaban a un lado y otros a otros ofreciendo a la gente la creencia de que la joven sacerdotisa no era muy amiga del peine. Acabado el tema de esa tarde, la joven se disponía a marchar a su dormitorio con el libro a cuestas pero un pequeño gesto de aprecio por parte del joven de rojo haría que el gran libro cayese casi desgarrandose sus costuras.

-Gracias. -Le dijó al instante. -Estoy seguro que algún día... ¿Ceiphied? te recompensará por toda la amabilidad que estas teniendo conmigo. -

Los años pasarían, muchos años, tantos que la joven sacerdotisa ya era debidamente considerada una sacerdotisa, a la espera del destino que le sería en breve comunicado. Estando sentada en un banco de pulida roca de fuerte color gris en los jardines que la institución disponía vería acercarsele un joven de bonitas ropas y capa con un emblema curioso. En sus manos parecía llevar un objeto envuelto con por un elegante pañuelo.

-Mi señor me ha pedido entregarte en mano esto. Felicidades por tu graduación. -

Y al poco de entregarselo se marchó de la misma forma que había llegado. La sacerdotisa lo abría sin dilación, embriagada por una emoción entre sorprendida y turbada. Lo que encontraría al retirar con impaciencia sería un libro de gran tamaño, similar al que rompió hacía años y años de adolescente sin embargo mucho más nuevo, con costuras fuertes y piel de vivo color. Con letras y detalles dorados que dejaron sin aliento a la sacerdotisa. LOS SECRETOS DE LA MAGÍA KAOTICA pero no sería hasta abrirlo y encontrar en el una dedicatoria que comprendería quién le había otorgado tán valioso e inalcanzable libro.

-Tratado sobre la Magía Kaotica por El Gran Sabio Rezo. -Leyó en un murmullo -Para aquellos que fueron una luz en un tiempo de oscuras tinieblas.

viernes, 8 de abril de 2011

DA´S WONDERFUL FRIEND


Aquí teneís el retrato de una de mis más recientes amigas en Internet ^^

Ya sabeis o ya deberiaís saberlo porque lo digo demasiado a menudo no soy una gran dibujante dentro del ambito realista pero desde hará unos años me ha ido dando por hacer o intentar realizar retratos y no sólo de gente famosa o que admiro.

Quizás eso de dibujar a amigos o conocidos me vinó de una vez que me pidieron realizar un retrato, no sé, quizás simplemente trato de dibujar a aquellas personas que considero no sólo grandes amigas, sino personas de gran corazón, que me han aportado mucho o que me ha agradado conocer y comprobar que no sólo son bellas en su interior. Sea lo que sea, me gusta la idea de al menos ir guardando sus retratos, así algún día los miraré y pensaré en esas personas dibujadas con esfuerzo y cariño.

A ella la conocí en DeviantArt de un modo casual. Como me suele suceder en internet, me metí sorprendida y encantada en un grupo de artistas fans de Slayers, cosa que acrementó mi gusto por esa serie de animación que hacía años que no veía. El dibujo más antiguo que tengo de Lina lo realice a los nueve años, creo. Lo que provocó que dibujase o tratase de dibujar personajes, momentos o locuras más a menudo y como no, a que me pusiese a ver toda la serie de nuevo en Youtube, apreciando y valorando de un modo más adulto y más absorbente no sólo a los protagonistas, sino a los villanos o a personajes cercanos a los villanos, entre ellos, a Rezo, el monje rojo. Ella, no sé si debido a mis multiples favoritos en sus dibujos o al encontrar los mios de Rezo y Zelgadiss, se me hizo seguidora y como yo a mis seguidores los considero amigos, pues fui formando lazos con ella... Ella al igual que Lidia o Tamy, no sólo me tiene fascinada con sus dibujos, me muestra su aprecio con detalles como rezar por mí o mis familiares o al exponerme algunos conceptos más claramente. Es como se suele decir una bellisíma persona y merecía un retrato.

Además les propuse a todas las demás artistas consideradas amigas la idea de hacer una especie de dibujo en que apareciesen ellas (o como se ven a si mismas en plan manga) y ella además de mostrar interés me mostro una foto suya. Esque al principio pense en dibujarnos junto a Zell pero a lo mejor pongo otro dibu XD

martes, 5 de abril de 2011

FanFic Slayers MAILSTAR´S MELODRAMA


NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD)

Gracias a QP Diana y a Ameban he tenido la oportunidad de sentir cariño hacía Jeffrey y su madre, una mujer de cuidado XD Yo sólo conocía al Jeffrey del manga y la verdad parece más apto para la pelea que el Jeffrey que aparece en los OVAS de Slayers, sin embargo luego resulta que no quiere ser un caballero... Así que a mí también me gustaría escribir alguna historia en la que aparezcan Jeffrey y su madre Josephine. Sin embargo en mi historia no sólo Rodimus se queda de patata al conocer a Jeffrey, porque Rezo se lleva con él a sus otros dos hombres, Dilgear y Zolf sin olvidar a Zelgadiss. Cachondeo asegurado XDD


Sería bien temprano cuando alguien comenzó a golpear varias veces la puerta de vieja madera, a cada golpe, con mayor fuerza, despertando subitamente a todos los residentes de la sencilla cabaña. Dilgear, echado en el frio suelo, acomodado como suelen hacerlo los animales dómesticos fijó sus amarillentos y rasgados ojos de viejo lobo sobre su señor, que se apresuraba a salir del calentito lecho para descubrir quien llamaba con tanta insistencia.

-Mi señor... -Se dispusó a hablar el hombre-bestia pero su señor le interrumpió:

-Ya me encargo yo, Dilgear, tu sigue durmiendo. -

Pero Dilgear acabó por levantarse, de todos modos, tampoco esque hubiese logrado dormir. A los pocos instantes el impaciente desconocido fue recibido por el señor de la casa. Dilgear, a lo lejos, observó al intruso. Era un joven bien vestido, con cabellos revueltos bajo un gorro de brillante color a juego con su camisa. Junto a él, había un saco de piel de tamaño mediano. Dilgear pronto dedujó que debía de tratarse de un mensajero. Su señor le hizo pasar, tras dar una leve palmada las pocas velas que disponía esa habitación se encendieron. A Dilgear aquello siempre le llamaba la atención, ya que su señor era completamente ciego, un ciego muy particular. Aunque su señor invitó al muchacho a tomar asiento, el joven, muy educadamente, lo rechazó diciendo:

-No es necesario, tán sólo he venido a darle un comunicado urgente. -

Tan sólo Dilgear pudo percibir como aquellas palabras alteraron al buen Monje rojo, pues su rostro no parecía albergar cambios muy visibles. El monje rojo si tomó asiento, si iba a escuchar algo importante, solía hacerlo sentado.

-Bien, ¿de qué se trata? -

El muchacho se colocó frente a él, tomó aire y se dispusó a recitar lo siguiente:

-La señora Mailstar reclama la presencia del Monje rojo pues su queridísimo hijo se ha puesto gravemente enfermo y le suplica, al mejor de los mejores, que le devuelva a su Jeffrey la salud. -

El monje rojo meditó sobre lo que aquella dama, que seguramente debía ser una dama de buena familia, le pedía. El muchacho esperó su respuesta tal y cómo había aprendido hasta que una voz apagada le hizo girarse para dislumbrar al dueño de esa voz. Un hombre alto, delgado pero sin resulta esmirriado, con begote pero hermosas y masculinas facciones le decía:

-Dile a esa tal Mailstar que Mi señor Rezo tiene mejores cosas que hacer que curar a un crio mimado. -

Al rato otro hombre le reprendió. Un hombre de aspecto robusto pero sin resultar demasiado mosculoso y de barba castaña.

-Zolf, ¿por qué no iba Nuestro señor Rezo a hacer eso? Los buenos hombres hacen bien sea a quien sea, sin mirar las riquezas de sus pacientes... -

Zelgadiss se encontraba al lado de Rodimus sin decir palabra, simplemente les miraba con ojos entrecerrados a causa del sueño que aún tenía.

-Mmm Dile a la señora Mailstar que ire. -El monje rojo dijo finalmente con voz calmada. -Pero que tán sólo ire a echarle un vistazo, si en verdad está tan grave, me quedaré unos días. -

Habiendose marchado el joven mensajero cargando como bien pudiera el saco que llevaba consigo. El monje rojo y sus hombres mantendrían una charla antes de encaminarse al hogar Mailstar. Zelgadiss, les contemplaría y escucharía sentado en su rincón degustando su temprano desayuno, un buen tazón de leche tibia. La voz de Zolf resonaba más alta que las otras, desde luego era un tipo con muy pocos modales pensaba Zelgadiss, acostumbrado desde bien pequeño a tratar con gran respeto a todo el mundo. La voz de Rodimus era energica pero modulada como Zelgadiss suponía que debían de ser las voces de los caballeros pero la de Rezo, era sin duda, la más fascinante, fina, melodiosa y calmada. A veces a Zelgadiss le gustaba pensar que su tutor tenía buena voz para haber sido miembro del coro de cualquier monasterio. Cuando la conversación o pequeña discuta llegó a su fin. Zelgadiss se vió obligado a vestirse.

-¿Por qué he de vestirme con mis mejores ropas? -Refunfuñearía mientras el paciente Monje rojo le ayudaba a ponerse su ropa más bonita.

-Pues... Por que hoy es un día muy especial. -Le respondería con la astucia que sólo los mayores tienen. Zelgadiss le miraría curioso. -Vamos a visitar a un futuro caballero. -Añadiría Rezo imaginandose la mirada de curiosidad que le estaba lanzando el chiquillo. Zelgadiss dejaría de protestar dandose cuenta de que en efecto, debía presentarse ante aquella persona, como era debido. Nada de ropas de colores apagados o con diversos cosidos. La familia Mailstar le comentaba Rodimus a Zolf era una familia poderosa pues el Señor Mailstar era un caballero de los denominados Caballero de la espuela dorada, de buen linaje y uno de los más fieles caballeros del rey, por lo que al maduro caballero le resultaba un honor tener la oportunidad de conocer al siguiente caballero de la familia Mailstar. Zolf escuchaba a su compañero pero era obvio que todo aquello le daba igual, sabía que los caballeros tanto en los reinos magicos como en aquellos que no lo eran, eran personas importantes, con titulos y terrenos y mucho oro, por lo que Zolf siempre los consideraría como unos individuos pretenciosos y arrogantes, que no se merecían la atención del Monje rojo.

-Los santos -Replicaría -no deben perder su valioso tiempo con gente que puede conseguir a los mejores medicos del país. Los santos han de atender a todos aquellos que no poseen ni una simple moneda de plata para ser atendidos por cualquier medico.

Las distintas visiones que tenían Rodimus y Zolf a menudo provocaban grandes tensiones entre ellos, Dilgear, que se limitaba a esperar a su señor todo cubierto y encapuchado por una larga capa con capucha de oscuro color, nunca se metía en esas conversaciones tán triviales pues ambos tenían razón. Algunos individuos podían lograr ser caballeros por otros modos, eso sí, debían provenir de familia noble y con respecto a lo que un santo debía o no debía hacer, al hombre-bestia le gustaba que Rezo mostrará su gran piedad sobre todo el mundo. Cuando vieron aparecer a su señor con el chiquillo, se dirigieron de inmediato al pueblo más cercano para conseguir unas monturas adecuadas. El viaje sería largo, el Monje rojo mediante un pertubador hechizo les ahorraría traspasar el largo oceano en barco. En tierras toledanas, con los caballos bien ensillados y habiendo obtenido las provisiones necesarias marcharon a los reinos magicos pues la familia Mailstar vivía en uno de ellos. El camino les llevó varios días pues con Rezo, recorrer los lugares de noche no era problema, haciendo así, menos paradas. La ciudad de Ragdo en realidad era un ducado, pertenecía a un duque, el cúal tán solo permitía a las familias nobles residir allí. Otro motivo más por el que Zolf odiaba encontrarse en Ragdo. Ragdo era una ciudad hermosa y limpia, a Zelgadiss le sorprendió no encontrar mendigos o gente de inferior nivel social por las calles. Un joven les condujó hasta la residencia Mailstar. Una de las mansiones que se encontraban cercanas al centro de la ciudad. Tras dejar los caballos en manos de su joven guia, todos se dirigieron a la entrada. Una mujer de rasgos envejecidos se encargaría de abrirles las grandes puerta y llevarles al gran salón, en su interior se encontraban la señora de la casa y algunos familiares. Como bien le había hecho aprender Khem, Dilgear se quedó rezagado pues el sirviente nunca debe entrar antes que su señor. Rodimus y Zolf caminaban junto a Rezo. Demasiado cercanos pensaría el hombre-bestia pero llegados al salón, ninguno entraría. En cuanto vieron entrar al Monje rojo, el pequeño Zelgadiss comprobó cúan admirado era pues todos los presentes se levantaron de sus comodos y caros asientos. La primera, a la que más le convenía, fue la señora Mailstar, cuyo aspecto dejaría bastante impresionado al chiquillo. No tenía nada con ver con las esbeltas y arrebatadoras doncellas que aparecían coronando caballeros en sus novelas de caballeria pues Josephine Mailstar era más bien regordota, muy regordota, con rostro redondeado, grandes ojos castaños con fuerte color rosa en sus parpados, naricita respingona y rojisimos labios de gran tamaño. Tez de un antinatural blanco y rosadas mejillas a juego con el color de sus parpados. Al igual que sus ropas más elegantes, el vestido de la dama era de vivo color rosa, con flecos y otros detalles de intenso rojo. El peinado también se le antojó excesivo. Sus cabellos estaban cardados y recogidos en un moño de gran tamaño. Zelgadiss la miraba con los ojos muy abiertos, llevandose una mano al mentón, con expresión pensativa, no le sería facil describirsela a su buen tutor sin soltar alguna palabra ofensiva. Los demás también llevaban ropas vistosas pero Josephine realmente les superaba. Como si una alegria incontenible la poseyese y la hiciese incapaz de salvaguardar los extrictos modales que un noble ha de poseer, la señora Mailstar corrió hacía Rezo y tomandole la mano exclamó con una voz tán aguda que pareció un chillido:

-¿Es Ud el hombre del que tanto he oido hablar, el que curará a mi Jeffrey, El monje rojo? -

-Bueno, así me llaman... -

-¡Oh Ceiphied! ¡Mi Jeffrey se va a curar! ¿Ven como nunca hay que perder la esperanza? -Le interrumpió la exaltada Josephine alzando su ya aguda voz a los cielos mientras fijaba sus ojos a los demás nobles, que ante la confirmación del joven todo vestido de rojo, se encaminaron hacía él formandose así un circulo a su alrededor. Dilgear, contemplando desde el pasillo la escena, no pudo más que sentir lastima de su señor, atender a semejante gente sin perder los nervios no parecía tarea fácil. Los fuertes perfumes que cada dama llevaba aunque al principio proporcionaran un agradable aroma, al mezclarse en tán reducido espacio, producieron al Monje rojo leves nauseas, por lo que, muy consciente, de la posición social de la que gozaba esa gente y lo orgullosos que solían ser, les pidió con el mayor respeto posible un poco de espacio.

-Señores, damas, ¿serían tán amables de apartarse un poco? Les agradezco su interés pero he tenido que realizar un viaje muy largo... -

Rezo no necesito decir más, Josephine los fue apartando y poco a poco el espacio se volvió menos asfixiante. El monje rojo antes de visitar al tán enfermo Jeffrey, se dirigió al lugar en el que se encontraban sus hombres.

-¿Va todo bien, Mi señor Rezo? -Preguntaría Rodimus viendolo dar un hondo suspiro. Zelgadiss también miraba a Rezo preocupado, aún agarrado a su brazo. Rezo notando la leve pero creciente preocupación, los tranquilizó antes de que el estado de sus hombres le comenzase a agradar:

-Si, si. Simplemente estoy un poco cansado. -

Dilgear se le acercó y le susurró:

-Si no te encuentras a gusto con esta pandilla de snobs, no tienes por qué permanecer aquí más tiempo. -

Entonces, como si acabase de recordar el motivo principal de su presencia, regresó al salón para pedirle a la señora Mailstar que le llevase ante su enfermísimo hijo. Ella, que se encontraba eufórica comentando lo afortunada que era de que un hombre de su prestigio hubiese accedido a ayudar a Jeffrey, dejó su charla y lo condujó sin tardar ni un instante.

-Se puede apreciar lo mucho que quiere a su hijo. -Le comentó Rezo sonriendo pensando en su propio regalo del cielo, Zelgadiss. La señora Mailstar con orgullo de madre, dijo:

-Por supuesto, mi Jeffrey es un amor de hijo, muy obediente y en cuanto se mejore retomará su entrenamiento como caballero. -

Zelgadiss no podía evitar mirarla como quien mira a un hombre con tres cabezas o a cualquier otro ser inusual. A su tierna edad, Josephine era la mujer más extraña e hilarante que podía haber conocido. Se preguntaba si en verdad, todas las mujeres de la corte serían así. Hasta el momento sólo había visto muchachas y mujeres de origen humilde, la gran mayoria muy enfermas y otras, de menor porcentaje eran consideradas brujas. El cuarto de Jeffrey era dos o tres veces mayor que la habitación que Rezo y él compartían. Zelgadiss se sintió brevemente disgustado pues Jeffrey parecía dormir en su propia y maravillosa cama pero al instante siguiente se le pasó, a Jeffrey seguramente no le contaban bonitas historias como las que Rezo le recitaba ni tendría a quien acudir al poco de tener una pesadilla. Jeffrey al dislumbrar la figura de su madre, dirigiría su rostro hacía ellos y diría con debil voz:

-Buenos días, madre. ¿Se ha encontrado ya un medico adecuado a mí problema? -

El monje rojo se sintió identificado pero no supó explicarse el motivo. Zelgadiss contempló con gesto entre serio y triste como la señora Josephine acariciando algunos cabellos de su hijo, le informó de la presencia del gran Monje rojo.

-Sí, cariño. Tras varios meses de busqueda, Madre ha dado con uno cuyo saber va más allá que el de los demás. Pronto podrás retomar tu entrenamiento, mi amor. -

Y tras decirle eso, dandole un beso con sus grandotes labios en la frente, les indicó a que se acercasen a la cama. Zelgadiss guiaría al Monje rojo con gran presteza. Rezo dejó caer una risita, su niño se tomaba muy en serio su deber de guia. Zelgadiss miró a Jeffrey detenidamente y lo que vió le decepcionó verdaderamente, en esa cama no se encontraba ningún futuro caballero, en aquella cama lo que se encontraba era un chiquillo como el o de edad similar cuya piel era tán fina que podía resquebrajarse con cualquier cosa, palido y de rasgos aniñados pero como los que Rezo poseía.

-Jeffrey parece un zombie. -Musitó.

-Quizás se recuperé adquiera mejor aspecto, su madre dice que está muy enfermo, mi niño. -Le recordó Rezo, que había oido la definición general de Zelgadiss.

Rezo se sentó lo más cerca posible de Jeffrey y comenzó a reconocerlo.

-Buenos días, Jeffrey. ¿Qué tal te encuentras hoy? -Sería lo primero que diría.

-Pues no muy bien señor. -Respondería Jeffrey con voz casi inaudible debido a lo debil que se sentía. -¿Cree que podré ser caballero? -Le preguntaría mostrado su principal preocupación.

El monje rojo arrugó la frente, mientras tocaba uno de sus delgados brazos, Jeffrey no parecía muy apto para utilizar la clase de atuendo y armaduras que usaban los caballeros, más, tratando de no desanimar al chiquillo pues Rezo también se figuraba que no podría tener más de once o doce años, simplemente le contestó:

-No lo sé Jeffrey, dependerá de lo mucho o poco que mejores. -

No sería hasta hacerle respirar varias veces que el Monje rojo comenzase a meditar una posible causa de su estado.

-Jeffrey -Le diría con su suave y melosa voz -ahora me gustaría, que tomes todo el aire que puedas y lo no lo sueltes hasta que yo te diga. -

-Si, señor. -Dijo el obediente Jeffrey y Rezo escuchó como Jeffrey tomaba aire, colocando una mano sobre su pecho el Monje rojo ante la atenta mirada de Zelgadiss y la inquieta mirada de la señora Mailstar, trató de examinar los pulmones del chico con ayuda de la magía, como había hecho en tantos reconocimientos anteriores pero Jeffrey a penas logró mantener el aire tal y cómo Rezo le había solicitado pues Jeffrey comenzó a sentir que se asfixiaba. Al Monje rojo no le costaría adivinar la dolencia de Jeffrey,

-¿Podrá Ud ayudar a mi Jeffrey? Como ya ha podido comprobar, esta muy enfermo. -Le preguntaría preocupadísima la señora Josephine con los dedos entrelazados en gesto de suplica.

Rezo pensando que se trataba de asma, le respondería que sí pero como tampoco se encontraba del todo seguro, añadiría:

-Pero me gustaría que otro medico me ayudase, ¿no le importará? Le aseguro que Fray Joseph es un medico de confianza y un gran amigo mio. -

Sí, el viejo Dilgear estaba en lo cierto, conociendo a Rezo, se quedarían una temporada en la residencia Mailstar pues Rezo cada vez que se topaba con una enfermedad o dolencia de la que no estaba totalmente seguro, hacía llamar a Fray Joseph y se metían de lleno contra ella. A primera vista parecía asma pero cuando Josephine le comentó que anteriormente había estado muy resfriado, Rezo no supó que pensar. Rodimus al principio también sintió mucha envidia de Jeffrey ya que Josephine comentaba, exageradamente como ya era normal en ella, que su Jeffrey no necesitaría servir en ninguna casa, que tenía una especie de derecho a la cabelleria desde nacimiento y que aprendería los criterios, la esgrima y equitación en casa. Fray Joseph tenía tán claro como Rezo que Jeffrey dado su enfermizo estado, desde la cuna, no valía para caballero. Le trataría y podría mejorar pero seguiría siendo inadecuado para la caballeria. Hacerselo comprender al propio Jeffrey no fue sencillo. Fray Joseph y Rezo se sentaron a su lado, Jeffrey, que pasado unos días, había ido mejorando lo suficiente como para abandonar la cama, estaba en el alargado sófa leyendo un libro de grueso forraje y amarillentas hojas pero finalizó su lectura al ver como tomaban asiento.

-Jeffrey, nos gustaría hablar de una cosa contigo. -Comenzaría la conversación Rezo, cuyo tacto a la hora de tratar ciertos asuntos solía desesperar al ya de por si nervioso Joseph.

-Haré que algún criado traiga a mi madre, creo que a ella también le gustará escuchar lo que tengan que decirme. -Dijó Jeffrey haciendo que un hombre de ropas sencillas se acercase hasta ellos pero Rezo le indicó que no era necesario. Joseph le miró con una ceja arqueada como con expresión divertida, en su interior no podía evitar querer reirse del joven, Rezo y el querían hablar con él sin Josephine de por medio y el sentía que debía avisar a su madre para que fuese participe.

-Mira, Jeffrey, está muy bien que tengas tán en cuenta a tu madre pero esto de lo que vamos a hablar contigo, es algo que tienes que decidir por tí mismo. -Le aconsejó Joseph.

-¡Exacto! -Exclamó Rezo - Ya que se trata de algo que tendrás que renunciar. -

-¿Renunciar? Preguntó el joven mirandolos sin comprender.

Rezo trataba de hacerle ver que eso que tendría que renunciar era su sueño de ser caballero pero temía destrozar su fragil espiritu por lo que se lo fue explicando de un modo lento y edulcorado hasta que Joseph, haciendo gala de su impaciencia infantil, lo simplificó tal que así:

-Chiquillo, debido a tu enfermedad no te es recomendable ejercitar ninguna clase de deporte o actividad de gran desgaste fisíco como por ejemplo, la esgrima. Tanto Rezo como yo coincidimos en que ser caballero no es la profesión más adecuada para tí. -

El monje rojo ante la rotundidad con la que se lo comentó sólo pudó echarse la mano por la frente y girar suavemente la cabeza. Sabía que esas palabras entristecerían a Jeffrey y afectarían muy negativamente a Jeffrey. Así fue ya que Jeffrey ya comprendiendo lo que ambos tramaban, con una actitud propia de un crio de menor edad, hizó a gritos llamar a la señora Mailstar.

-¡Madre! ¡Madre! ¡MADRE! -Gritaba Jeffrey lloriqueando, cada vez más y más agitado, con posibilidades de sufrir un fuerte ataque asmatico. Rezo intentó calmarlo:

-Jeffrey, no te conviene exaltarte tanto. Vamos, Jeffrey, aunque no puedas hacer algunas cosas aún puedes hacer muchas otras. -

Pero las palabras del Monje rojo no parecían apaciguar el espiritu herido de Jeffrey, que comenzaba a respirar de modo irregular y su rostro parecía volverse de un tono más palido de lo normal. El sirviente trajó a Josephine lo más rapidamente que pudo, la casa era bastante grande. Joseph observó como sólo Josephine logró calmar al mimado chico.

-Madre, ¿verdad qué algún día sere un caballero al igual que padre? -Le preguntaría abatido.

-Oh mi querido Jeffrey, claro sí. Yo diría que incluso uno de mayor talento. -Le comunicó la señora Mailstar sosteniendolo en sus fuertes brazos. Joseph se pusó sus almendrados ojos sobre las grandotas manos de Josephine, en sus dedos había una serie de anillos cuya gemas o joyas eran de un tamaño grandioso y de colores muy bellos.

-Qué mal repartido esta el mundo, Dios mio. -Susurraría, siendo Rezo el único en escucharle, sin pretenderlo, al Monje rojo se le escaparía una sonrisita.

-He estado pensando en Jeffrey. -Le soltaría Dilgear al encontrarse al Monje rojo paseando por el pasillo a altas horas de la noche. -A lo mejor si lucha contra Zelgadiss comprenderá que lo que Fray Joseph y tu le recomendais no es por fastidiarle sino por su bien. -

Rezo encaró su rostro hacía el del hombre-bestia pero no dijo nada. Dilgear añadió:

-Es tán sólo una idea... -

-Lo sé Dilgear pero Jeffrey podría sufrir otro ataque, uno de mayor intensidad. -Fue lo único que le respondió Rezo antes de regresar a la habitación que la señora Mailstar le habia concedido. A Joseph en cambio, con lo tercos que eran madre e hijo, no le pareció mala idea. A veces la gente no cree hasta que ve. Zelgadiss se quedó tán sorprendido como Rodimus cuando durante una comida en la habitación en la que solían comer y cotorrear los sirvientes de los Mailstar, uno de ellos comentó como vió a Joseph y Rezo proponerselo a Josephine.

.¿En serio? ¿Entonces al final van a poner en practica mi idea? -Quisó saber Dilgear con los ojos y la boca abierta cuando Zolf se lo contó.

-Al parecer Fray Joseph ha convencido a Nuestro señor Rezo y dice el sirviente que cuando regresaba les vio planteandoselo a la señora Mailstar. ¿Sabes? A los pocos instantes, se hizo una buena timba. -

Todos se habían apostado todas sus posesiones a que Zelgadiss ganaría pues Zelgadiss era un chiquillo no sólo más sano, sino también mucho más habilidoso. Jeffrey había recibido clases de esgrima al igual que Zelgadiss pero a diferencia de éste, de mano de los mejores profesores sin embargo como bien descubriría Zelgadiss su manejo con la espada era además de torpón, inadecuado. Aquella misma tarde, Zelgadiss pondría a prueba todo lo aprendido contra Jeffrey. Caminando hacía el gran salón, la única habitación en la que se podría desarrollar el duelo, Zelgadiss no paraba de formular preguntas a Rodimus.

-¿Tú crees que Jeffrey será mejor que yo? -

-Si es cierto lo que la señora Mailstar cuenta, es probable, de todos modos, tu tampoco lo haces nada mal, para tu corta edad. -Le respondía Rodimus con una calida sonrisa.

-¿Y crees qué su espada será tán bonita como la mía? -Preguntaba Zelgadiss observando con orgullo la espada que Rezo le regaló en su último cumpleaños, en sus jovenes ojos Rodimus podía apreciar un furor y una valentía propias de un gran caballero. Cansado de tanta pregunta, Rodimus concluiría con esa:

-Puede pero piensa que la tuya es única. Rezo la mando hacer especialmente para tí. Ahora concentrate en la batalla y deja de acribillarme a preguntas absurdas. -

Zelgadiss asintiría y desembainando la espada tomaría la posición que le correspondía. Jeffrey ya se encontraba en el salón, con una gran cota de malla que cualquiera habría dicho era de su talla y una espada de mano y media, un estoque dorado. Ambos jovenes se miraron colocando sus espadas, la de Zelgadiss a dos manos, como habían aprendido preparando el movimiento inicial, La guardia. Zelgadiss vió a Rezo, a Joseph y a la señora Mailstar por el rabillo del ojo, ellos presidirían y decidirían cúal sería el vencedor. El pequeño Zelgadiss dió un hondo suspiro, pues temía la derrota y lo que ella pudiese conllevar. Rezo no le castigaría ni le humillaría pero a Zelgadiss le invadiría una verguenza espantosa, a ojos de Rezo deseaba ser tán valido como Dilgear o Rodimus. Jeffrey no sentía ninguna presión, Jeffrey simplemente tendría la oportunidad de enfrentarse a otro valido aspirante a caballero como bien podría hacerlo en un torneo. Tras un largo silencio, sería Jeffrey quien comenzaría el enfrentamiento. Corriendo hacía Zelgadiss agitando la espada como un loco, gritando alguna insensatez atacaría a Zelgadiss, que a pesar de lo estupefacto que le había dejado ese arranque de Jeffrey, le esquivó sin problemas y se dispusó a realizar alguno de los ataques que Rodimus le había enseñado. No le resultaba fácil pues auque la espada había sido hecha con los metales más ligeros, era de metal pero haciendo grandes esfuerzos consiguió elaborar los pasos que requería ese ataque sin perder en el proceso el equilibrio. Un sabio una vez le recomendo llevar algo de más o menos bien peso en los bolsillos para equilibrarse con el peso de la espada. Jeffrey esquivó el ataque de Zelgadiss aunque quizás no del modo más correcto, el chico volvió al movimiento de guardia, limitando como había aprendido de Rodimus sus puntos más vulnerables. Jeffrey en cambio, parecía no tener eso muy en cuenta. Se desenvolvía de un modo que a todos los entendidos dejaría con la boca abierta, incluso a Dilgear sorprendió, cuyo manejo de la espada era bastante humilde en comparación con el de Rodimus o el propio Zelgadiss, contemplando a lo lejos, detrás de Rodimus el enfrentamiento.

-Khem le habría perforado las tripas al ver lo mal que usa la espada. -Masculló por los bajines.

Zolf disfrutaba observando a Zelgadiss, su caballo ganador. Rodimus se llevaba las manos a la cabeza y exclamaba:

-¡Esa no es la forma de realizar ese ataque! ¡Dios mio, así tampoco! -

Desde luego, Jeffrey usaba la espada pero la usaba como la suelen usar los crios cuando juegan con palos. Jeffrey era una verguenza para todos aquellos que si eran o habian sido caballeros. Trás tres o cuatro ataques más Zelgadiss empezaba a sentir sus brazos doloridos, todo su cuerpo parecía resentirse pero eso no sería nada con lo que le sucedería a Jeffrey, pronto un fuerte dolor en el pecho se manifestaría haciendo que Jeffrey soltase la espada para llevarse la mano a la zona por la que se estendía ese dolor, su respiración se volvería más y más costosa, emitiendo sonidos irregulares, caería al suelo. Joseph miró a la señora Mailstar con la esperanza de que así comprendiese que para Jeffrey la caballeria resultaba un trabajo peligroso antes de correr hacía Jeffrey, que seguía emitiendo esos extraños sonidos seguidos de unas toses terribles. Joseph se lo llevó a sus aposentos y Rezo le siguió. Zelgadiss les miró asustado. Rodimus, Zolf y Dilgear se apartaron de la puerta con rapidez. Las palabras de la señora Mailstar fueron duras pero las palabras de Joseph lo fueron aún más a la mañana siguiente.

-¡Fuera de mi casa! -Le ordenó con su dificilmente aguantable chillona voz Josephine a Joseph.

-¿Por qué? Fui llamado para ayudar a Rezo y eso he estado haciendo. -Protestó Joseph.

-¡¿Ud?! ¡Ud no ha ayudado en nada a mi Jeffrey! ¡Asi que prefiero que Rezo continue cuidando de mí Jeffrey sin Ud! -Apostilló Josephine disgustandose al oir las protestas de Fray Joseph quien según la propia señora Mailstar no había hecho más que entorpecer el excelente trabajo del Monje rojo. Si iba a ser echado porque ella no se dignase a aceptar el consejo porque no era capaz de ver la realidad, Joseph no se iba a poner a discutir con Josephine por algo así, si tenía que irse, se iría y eso hizo pero antes le dijo a Rezo lo siguiente:

-Rezo, sé que tu también quieres lo mejor para Jeffrey y harías lo imposible por convencer a Jeffrey de que siga nuestro consejo pero Jeffrey depende demasiado de las decisiones de su madre y como ella se niega a aceptar nuestro consejo, te aconsejo darle la mayor cantidad de medicinas posibles y que regreses a tus demás deberes. Es asma cronica es así y si le sumas al paciente la manera de ser de Jeffrey, es aún peor pero tu ya has hecho todo lo que has podido. -

Rezo le daría varias vueltas a las palabras de su amigo y llegaría a una conclusión inapropiada pero en el caso de Jeffrey, de las mejores. Los hechiceros no solían preparar brebajes o pocimas ya que a menudo los ingredientes o el modo de elaborarlas atentaban contra toda la etica y la moral con la que se esforzaban en utilizar la magía pero Rezo, que a veces consideraba a los hechiceros personas demasiado aferradas a las leyes, en alguna que otra ocasión llegó a desarrollar alguna. Una de ellas fue especialmente para Jeffrey, valiendose de la desesperación e ignorancia en esos terrenos de Josephine, con tán sólo decirle que se trataba de una medicina que Jeffrey debía tomar cada día a lo largo de su vida, Jeffrey podría ejercer cualquier tarea o deporte sin sufrir esos ataques tán graves de asma. La consecuencia sería que Jeffrey iría volviendose más valiente e iría comenzando a tener voz propia, convertiendose a sí, en el señor de la casa.

domingo, 3 de abril de 2011

LA LUZ EN UN MUNDO DE TINIEBLAS


O algo similar comentaba el Obispo de la zona por la que yo vivo tomando en referencia La sagrada lectura de este Domingo, aquella que narraba el encuentro entre Jesús y un ciego de nacimiento y la consiguiente curación de el ciego. Decir que no sólo fue una curación fisíca vendría a ser el mensaje o enseñanza que nos es ofrecida porque en cada acto o vivencia de Jesucristo hay más de lo que a primera vista puede verse. Debemos alegrarnos de saber quien es Jesús y debemos alegrarnos de darlo a conocer como hizo el ciego concluiría el Obispo en la carta escrita para este Domingo. Qué razón tiene... Ya decía Jesús en otra escritura que hay que ser la sal de la vida y la luz del mundo. Ser cristiano no sólo es hacer bien las cosas, compartir, ir a misa y tal, ser cristiano tendría que alegrarnos, llenarnos de orgullo e irradiar a los demás con esa dicha, no sólo cumplir y luego ser personas grisaceas. Cierto es, que vamos a revivir y celebrar una etapa muy dura y en mí opinión, triste dentro de la vida de Jesús, pero sólo será un tiempo en el que rendiremos nuestro respeto y admiración celebrando y reflexionando sobre La pasión y muerte de Jesucristo para así, con gran gozo, espero, celebrar su resurrección...

Pensar que siempre hay una compañera en El taller magico que se empeña en que diga algo, explique o comente algo no sólo me deja de patata, me hace sentir tán vergonzosa. Vendría a ser algo parecido a lo que hago aquí los Domingos pero frente a varias personas, cara a cara. Eso, además de ponerme muy nerviosa, hace que no me vea adecuada, yo sólo escribo un montón de pensamientos enrevesados o las tipicas dudas propias de alguien tán pensante y con poca vida social. Por el otro lado, me halaga mucho. Es bonito escuchar y que te escuchen. Cada día estoy más convencida de que todo eso del Taller magico y poder participar en él fue cosa de Dios, El Ser Supremo como me gusta definirlo en mis historias, la esencia de todo lo que existe y existirá.

Aaay qué cosas se me ocurren, bueno el proximo Domingo a ver que pensamientos salen XDD

viernes, 1 de abril de 2011

FanFic Slayers HANDSOME SWINE


NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):

Zolf en el fanfic de QP Diana es definido de un modo bastante encantador, me gustó muchísimo pero no me acabó de cuadrar. Yo lo veo más grosero, Lina en las novelas lo describe así, guapo pero grosero, más problematico y con tendencia a beber alcohol XD Por no decir, que aún siendo visto por hechicero de tercera, ese detalle me gusta porque en el manga Lina presume de saber más que él, al igual que Naga, si se lo propone puede ser tán bueno como Zelgadiss pero como en mis historias Rezo se niega a enseñarle magía negra más avanzada, el pobre Zolf tán sólo consigue dominar el Drag Slave... Ameban en su fanmanga sugería que cuando era estudiante no solía ser muy bueno XD teniendo eso en cuenta, se me ocurrió que trás intentar retomar los estudios de magía y pedir admisión en alguna torre, Zolf acaba como mercenario, al principio para costearse los largos viajes pero al ser rechazado, acaba por quedarse como mercenario, aceptando de paso, ese modo de vida. Surgiendo así el mote cariñoso que le da Rezo de canalla atractivo XD Me gusta que Zolf sea un tío de esos que la vida les da muchos golpes, resignado a ser visto como un indeseable pero en el fondo, con esperanzas de lograr eso por lo que luchaba.


Zolf había abandonado la idea de ser hechicero hacía ya varios años. En parte debido a la negativa por parte de los profesores encargados de enseñar magía mandados por La asociación de Hechiceros a su ciudad natal. Todos estaban deacuerdo en que el joven Zolf ni siquiera merecía haber sido obsequiado con esa capacidad que poseen algunas personas de usar magía ya que parecía incapaz de recitar conjuros correctamente o porque no se tomaba en serio las explicaciones y consejos que daban en clase. Inteligente pero despreocupado y a menudo olvidadizo. Zolf les solía replicar que él no tenía la culpa de que los conjuros más interesante tuviesen un proceso de dominio tán aburrido, con formulaciones tán largas. Su padre, encargado de La asociación de Hechiceros, durante varios años trató de convencerles de que Zolf también podía llegar a ser un gran hechicero pero a medida que Zolf fue creciendo, sin haber logrado graduarse, su paciencia y sus esperanzas se marchitaron como una flor que ya no puede dar más de sí y acaba decayendo con los petalos secos. Las discusiones que se irían desarrollando en su hogar, se volverían insoportables, llevando al padre a echar al hijo. Las palabras del hechicero fueron inolvidables para Zolf. Su padre no sólo le echó de casa, le pusó entre la espada y la pared cuando Zolf le preguntó que qué podía hacer para regresar ya que la respuesta fue tán obvia como compleja para Zolf. Te permitiré volver a poner el pie en casa cuando te vea convertido en un hechicero graduado. Sería que Zolf se desviviría por aprender y dominar todas las ramas que componen la magía, con mucho esfuerzo y logró aprender formulaciones de diversos conjuros. Con el orgullo que sólo da la juventud regresó para mostrar a sus viejos profesores lo mucho que había logrado. Éstos, desde luego se sintieron sorprendidos pero no del modo que él deseaba pues no sólo no consiguió el deseado titulo, sino que todos ellos le tacharon de brujo. Eso hundió aún más a Zolf. Los siguientes años se los pasaría viajando con la esperanza de ser admitido en alguna de las torres especializadas en cada rama de la magía pero ninguna acabó por aceptarle. Todas ellas debían cumplir con las normas que La asociación de Hechiceros había impuesto buscando igualdad en los metodos de enseñanza de cada una de ellas. Sería ya camino de los treinta años que acabaría por rendirse, de todos modos, su padre siendo informado por los profesores de sus tecnicas magícas también sería a sus ojos un brujo, por lo que acabó en un grupo de mercenarios. El jefe debió de pensar que tener a un hombre capaz de usar magía les vendría a las mil maravillas. A Zolf sólo le interesaba ganar dinero, beber y exhibir la poca pero costosa magía que había ido aprendiendo a la fuerza. Le gustaba ser el único capaz de ello, por lo que le encantaba estar en ese grupo de mercenarios, cada uno de ellos con una habilidad que le hacía valioso. Un arquero, un ladrón, un asesino y un brujo, a veces Zolf bromeaba diciendo:

-Ya sólo nos falta la puta y el caballero. -

Y todos reían sentados al rededor del fuego que Zolf tán amablemente les proporcionaba con formar una bola de fuego. Sí, Zolf se sentía más que satisfecho con el rumbo que había tomado su vida. Si tán sólo ellos le admiraban y respetaban, con ellos iría recorriendo los reinos no magicos, conociendo nueva gente y otras mentalidades. Como si de una novela se tratase, cuando menos se lo esperó, Zolf vió como su vida volvía a tomar un rumbo brusco e inesperado. Se encontraba en la que fuese su última misión con esos mercenarios, huyendo trás cumplir con exito la parte del plan trazado que le había asignado el jefe cuando fue descubierto por ayudar a otro mercenario. Los gritos y los repiqueos de la gran campana alertaron a todos los residentes de ese castillo. El señor feudal había sido asesinado a escasas horas, lo cúal atrajó la presencia de muchos hombres embutidos por gruesas cotas de maya y diversas partes de sus brillantes armaduras. Por muy fuertes o por muy numerosos que fuesen, esos guardias no presentaron gran problema para Zolf, que concentrandose, les despachó con un buen Dill Brand. Sin embargo, Zolf no lograría llegar muy lejos del castillo, a mitad de la extensa carrera cargando al compañero mercenario malherido sería alcanzado por una afilada flecha. Zolf conocía y había aprendido a dominar muchos conjuros pero ninguno de ellos proveniente de la magía blanca, por lo que no sólo acabó cayendo al suelo con la flecha aún clavada, no fue capaz de crear una barrera magica a tiempo. Extraño proceder del destino, que por tierras cercanas al castillo se encontrase un monasterio, cuyos bondadosos miembros le recogerían y llevarían de inmediato al hospital de la ciudad más cercana. Zolf no esque tuviese una conversión o algo parecido, no pero si se convenció de que había sido traicionado y abandonado por los que tenía por únicos amigos. Zolf comprendería que los mercenarios y los bandidos eran bastante similares y con desagrado descubría al volver que ninguno le había echado mucho en falta. De nuevo en punto muerto, Zolf malviviría hasta ver con sus propios ojos como un joven de rojas ropas destruía toda una población entera de gente de mala calaña. Aquello le animaría a intentar una última vez más a alcanzar aquel sueño ya olvidado o al menos, a demostrar a todos aquellos que le consideraban un hechicero cutrecillo lo mucho que se equivocaban. Qué se negase a pasar por La asociación de Hechiceros sería punto clave para que su "maestro" descubriese toda esta historia, lo cúal le ayudó a comprender por qué Zolf le buscó tán desesperadamente...

-Entonces, simplemente buscaste mis enseñanzas para obtener venganza. Qué canalla eres. -Le soltaría Rezo. -Sin embargo, he de admitir que has sido el único entre mis aprendices que merece mi respeto. -

Zolf le miraría sorprendido y acariciandose el lado izquierdo del fino bigote diría:

-Al principio era mi motivación principal pero ahora conseguirlo o no ya no tiene tanta importancia. Ud está por encima de mi padre y si a Ud le parezco un buen hechicero, me siento más que satisfecho. -

Pasados los años, que Zolf apareciese en la ciudad de Atlas acompañando a Rezo, el grande sería como si por fin todo ese esfuerzo fuese recompensado ya que no todos los hechiceros podían presumir de acompañar o proteger a un gran sabio.