viernes, 20 de diciembre de 2013

FanFic CROSSOVER: Moon´s Lover

NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Los personajes de CLAMP son creaciones exclusivas de CLAMP
Los personajes de Kuroshitsuji que podáis encontrar tampoco son míos
Pero la historia, perversión y otros personajes que no identifiquéis sí son míos
Aviso: Cambié ligeramente el nombre de Clow de modo que se pudiesen distinguir sus dos personalidades por John (el más parecido que he encontrado) ya que aquí la historia está planteada así siendo el Mago Clow una especie de rol adoptado inconscientemente por el protagonista al igual que Yue sería otro rol, obligado, que la victima ha de tomar como bien podría ocurrir en la realización de una fantasía sexual e_e (Amo/sirviente, profesor/alumno, policia/delincuente...) 
ONESHOT Podría denominarse un ClowxYue 


"Él camina el sendero de la vida
Siguiendo la misma búsqueda, como un fantasma
Tonto amante, romance tonto, qué patético!
Desencanto constante, permanente"



FanFic Crossover
Welcome to Hell - CLAMP

Moon´s lover

Arrugó la frente mientras conseguía abrir sus ojos de pálido azul y a pesar de la borrosa imagen que éstos le concedían acertó al pensar que no estaba solo. Se incorporó y quedó sentado al igual que la figura que no le había quitado ojo en todo el tiempo de inconsciencia. Su respiración se agitó al ritmo que su corazón se aceleraba al notar como dos firmes manos le agarraban por los hombros cubiertos por su largo y sedoso cabello iluminado por la impasible y hermosa luna llena que se atisbaba grande sobre ellos, en las partes que faltaban del alto techo de piedra. Tragó saliva con dificultad al contacto de su piel fría y desnuda contra la cálida y suave seda, sus ojos se humedecieron y tuvo que apretar sus dientes para no desmoronarse, más de lo permitido. La voz que acompañaba al delicado sonido que emitían sus largos dedos al recorrer su largo cabello hasta el cuello no era desagradable ni amenazadora, sino todo lo contrario, calma y amable, melodiosa aunque insinuante y determinada contra su oreja.


-Tras muchas noches de espera, por fin volvemos a estar junto, mi jiāo yàn yuè. -Le hacía saber aquél que sin él comprender como se había convertido en su amo. Al cuál se entregaba en cuerpo y alma aquella noche de luna llena, incapaz de racionalizar, con una percepción de sí mismo limitada, no más allá de lo que su amo quisiese ver en él. -¿Me has extrañado? Yo nunca dejo de pensar en ti. -Agregaba, tan atrapado en la fantasía que le daba vida e impulsaba sus deseos más ocultos. Con ojos brillantes como dos zafiros fijos en él. 


-Sí, Amo Clow. -Confirmaba disimulando el temor en su voz, afeminada como la de un castrati en cada prosa cantada. Rápidamente y agachando la cabeza, apartó la mirada de su señor ya que nunca estaría a su nivel. Ni siquiera fuera de la fantasía en ese mundo dividido por clases y posibilidades. 


Un sonido de aprobación brotó de la boca del Mago, que tomando su rostro entre algunos dedos a fin de sostenerlo y elevarlo de nuevo, le besó. Primero un beso en su arrugada frente bajo un sin fin de mechones plateados para dar un sutil comienzo a los eventos siguientes o también a considerar ritual, todo con la principal intención de aplacar a su tímida Luna, amante huidiza pero atrayente guardiana de la noche, señora de las mareas y aliada poderosa. Finalizado ese acercamiento, el siguiente movimiento se tornó gradualmente más atrevido pero al Mago no le importaba ya que sabía bien que su amada Luna no le contrariaría, no, cuando dentro de la fantasía ambos sabían bien que sin él no era nada, su cuerpo se desvanecería y su esencia retornaría a la antigua esfera de blanco fulgor sobre la oscura bóveda celeste. Con el rubor coloreando sus claras mejillas, se dejaba hacer apenas emitiendo ruido de queja, se limitaba a cerrar sus bellos ojos sintiendo la presión de los labios de él debilitando la fuerza en el puño que mantenía contra el pecho de él hasta que jadeante volvía a abrirlos. Sólo era un largo fundir de labios hasta que las manos del Mago descendían por su cuerpo desprovisto de telas níveas. Bordeando el collar de pesado material que cubría parte de su pecho, reconociendo sin necesidad de mirarlas las gemas de diferentes tamaños pero idéntico color sobre la flexible tela central y sintiendo doble orgullo ante su simbolismo. 


-Me perteneces. Yo te dí esta existencia, mí jiāo yàn yuè. -Rememoraba ligeramente sofocado por la pasión que se liberaba en su interior, manifestándose en su esbelto cuerpo bajo los ropajes. Él asentía respirando costosamente y respondía con gran esfuerzo:

-Lo sé, Amo Clow. -El breve gruñido le indicó que no le bastaba una mera confirmación. -No soy nada sin Usted. -Exageraba su ficticia devoción.

Un agotador unir y desunir de labios y en algún que otro instante, una animada lengua que comprometía a su compañera hasta que los dedos que se pararon en cada pezón del muchacho, ya bastante endurecidos a causa del frío y el roce se aferraron a cada uno con la perversa intención de estrujarlos, surgiendo de ese sucio modo un deseado gemido, que duró todo lo que el Mago quiso pues el escozor no se mitigó hasta que sus dedos no se detuvieron. Tanto el color de los pezones como el de sus mejillas cobraron un color intenso nada más que el pícaro Mago retirase sus manos, se tomaba su tiempo en disfrutar de cualquier reacción de su amada Luna, cualquier pequeño acto le maravillaba proveniente de ella. Bien era cierto que él marcaba las pautas, que él dominaba a esa representación de la Luna pero siempre desde una admiración y deseo superior incluso a sí mismo.


-A-Amo Clow, yo... -Iba a disculparse totalmente lleno de pudor pero quedó silenciado por otro largo beso y le comunicó al oído con aliento abrasador:

-Quiero oírte gemir así y mucho más fuerte. -A lo que el muchacho sólo pudo tragar saliva mucho más abochornado ante el desafío que supondría complacer a su amo en eso, poca cosa teniendo en cuenta el aumento de exigencias. -Gime para mí, gime para tu amo. -Añadió en tono autoritario sin perder un ápice de sensualidad.

Dicho eso deslizó su lengua por el interior de su oreja previa bajada por su cuello de cisne imponiéndose nuevamente sobre él hasta no dejarle otra opción, que echar su espalda tan hacía atrás que quedó tumbado boca arriba, sintiendo por fin algo de cobijo en la amplía túnica de oscuro color y ornamentos dorados bordados a mano. Ya no tenía escapatoria, sucediese lo que sucediese, estaba plenamente expuesto y a disposición de los bajos instintos de su amo, encima suya. A cada beso y caricia que su cuerpo recibía se concentraba en dar buena seña de gusto lo mejor que podía, a veces más preciso que en otras pero en general con todo el remolino de sensaciones que se despertaban tal y como buscaba producir el Mago, más y más rendido a su propia y egoísta pasión, que no dejaba ni un tramo de piel por degustar quedando muy, muy poco para llegar a su parte favorita en el bello y estilizado cuerpo bajo el suyo. Aunque hizo lo imposible, el muchacho no pudo contener el hormigueo que se intensificaba al rededor de su ombligo, insistente gracias al repetido y húmedo paseo de la lengua del Mago, extasiado ante los agudos e incesantes aullidos de exaltación y desenfreno. Seguro de no recibir ningún golpe, perdonable, no paraba e iba más allá al introducir su ágil lengua en el interior del ombligo deleitándose en cada suplica sofocada por la doblemente agitada respiración. 


-Eso sí ha estado bien. -Anunció también jadeando un poco, mostrando una sonrisa de incontenible satisfacción e innegable triunfo. En sus ojos entornados se apreciaba un brillo fulminante, que nadie hubiese podido apagar. -Pero no es nada en comparación con lo que me gustaría hacerte ahora. -La mirada de desconcierto y pavor le obligaron a agregar con voz muy suave además de afectuosa mientras acariciaba su rostro de exquisitos rasgos, todo empapado en sudor frío. -Vamos, no te asustes, te haré sentir realmente bien, mi jiāo yàn yuè, sabes que jamás sería capaz de hacerte daño. -


A pesar de esa momentánea desconfianza consintió a su amo aquello que alguna parte dormida sospechaba no debía permitir pues era algo por lo que él mismo de hacer le originaría problemas. No comprendía bien la mayoria de cosas que el Mago compartía con él entre besos por mucho que siguiese las indicaciones a medida que sentía sus dedos tocar el lánguido trozo de carne que era su falo en ese momento. Dedos que descendían y ascendían marcando un ritmo lento pero constante y poco a poco desmedido conforme su respiración y sus pulsaciones variaban, en principio tenso ante la llegada de una nueva ola de emociones que de seguro le desbordarían nuevamente pues ese imperceptible hormigueo crecía y crecía pero además se desplazaba velozmente por todo su sistema nervioso como un rayo aumentando una sensación de calor que le asfixiaba. Su sexo blando y de un suave rosado ganaba forma bajo los dedos del Mago, de los cuales, la yema del gordo se frotaba con mayor fuerza por el emergido glande. Ya no podía parar, los gemidos eran más y más altos a cada pasada y los giros de cabeza más seguidos y bruscos. En todo su cuerpo se concentraba una energía que no hacía más que crecer y crecer, era espectacular. Para quien entendiese de esas cosas, era un espectáculo magnifico aunque por mucho que esa energía brotase y brotase contenida, no era de larga duración. Tal lo sabía el Mago, que se moría por tenerla dentro. Al retirar sus dedos, en efecto, éstos estaban cubiertos por una sustancia pegajosa del color de la leche. Sin ningún reparo, ante los asombrados ojos del muchacho, los lamió produciendo un sonido de regocijo como si realmente poseyese un sabor delicioso.


-¿A-Amo Clow? -Logró decir perdido en total extrañeza, arrugando la frente incapaz de hallar sentido a ese acto.


Su amo encaminó sus ojos azul profundo hacía él y levantando una de sus finas cejas oscuras, de igual oscuridad que sus lacios y revoltosos cabellos, respondió:

-Sí mi jiāo yàn yuè, no tengo reparos en lamer tus fluidos. ¿Te parece mal? -

Negó lentamente con la cabeza y haciendo acopio de mayor fortaleza, escuchó lo que su amo iba a solicitarle, resultando ser la última pero más compleja petición a cumplir, porque él tendría que realizarla. Chupando sus labios y por primera vez haciendo gala de cierta vulnerabilidad, el Mago confesó su gran deseo. 


-Desearía tanto tenerte dentro, sentir todo tu poder en mí mientras nos fundimos... Nunca tengo suficiente y aunque bien puedo figurarme el motivo, es lo que más deseo. -Dijo y al rato de terminar la frase, su sonrisa se desdobló sutilmente. -Dicho de otra manera menos rebuscada, deseo que me penetres. Introduce tu pene en mi ano. -Agregó con tono suave pero con firmeza como había ido saliendo en cada demanda pero con un ligero añadido de emoción. El muchacho quedó mudo y cien por cien ruborizado, su boca estaba abierta y sus ojos engrandecidos y negaba con la cabeza apartándose de su amo lentamente. -Por favor, concédeme ese último placer, concédeselo a tu amo. -El Mago insistió avanzando hasta el muchacho, totalmente superado. Buscando recuperar su confianza como en otras ocasiones, confianza que se minaba y su minaría llegado el éxtasis.


-No... Yo... No... Podría. -Rehusó al encontrarse con la mirad de su amo y negando con furia su cabeza aulló sintiendo entre la espada y la pared.. -¡Si no lo hago bien, le lastimaré! ¡Haré daño al Amo Clow! -Gritó notando un gran peso en su pecho, una idea igual de aterradora que el castigo a ejecutar contra él sin embargo negarse a ello también sería penalizado como gentilmente le recordó el Mago elevando la voz:

-Pero me decepcionarás mucho si vas contra mis deseos. Los deseos de tu amo. -Sólo cuando el abrumado muchacho cesó de agitar su cabeza pestañeante, le sugirió comprensivo como cualquier padre ante los ataques de pánico de su pequeño. -Si te ofreciera ciertas indicaciones durante ello, lo harías, ¿verdad? -

Volviendo a pestañear, asimilando las palabras de su amo, asintió respirando hondo varias veces, aparentemente calmado. Ignoraba el motivo pero volvía a sentirse dispuesto a actuar conforme su rol, por consiguiente guiado por la voz de su amo actuó como un amante suele actuar, desvistiendo al otro. Deshaciendo con cuidado los nudos dorados que albergaban las ropas de su amo, azul brillante al pasar sus manos por ellas, frunciendo el ceño altamente absorto en cada uno hasta no hallar más. Sentado observaría como su fibroso torso quedaría igual de expuesto al frío que el suyo sosteniendo entre sus manos su sexo, cuyo porte rápidamente se recobraba con pocos frotes de esos dedos pálidos y fríos. Tumbándose boca abajo con naturalidad, entusiasmado de ser observado por su amada Luna, dió inicio a la introducción de algunos dedos en su único y pequeño agujero. Por supuesto, previamente lubricados por su propia saliva de lascivo modo. Apretando sus dientes y cerrando sus ojos azules rememoró la primera vez, el dolor ya no parecía igual de intenso, sólo un fastidio hasta que el agujero fuese dilatándose, lo que se podía obtener añadiendo dedos que se adentrasen en tan oscuro lugar. Su sonrisa se amplió al notar como su miembro se endurecía y gimió sonoramente al retirarlos uno a uno pero no de dolor sino de puro placer. Con la suficiente agilidad, apoyado en una rodilla, levantó un brazo para tomar una de las manos del muchacho y prosiguió guiándolo.

-Parece doloroso... -Musitó él con las mejillas al rojo vivo. 

-No tanto como crees. -Le aseguró el Mago con arrogancia. -Es más, la primera vez que lo hice sinti tanto dolor y luego tanto placer, que no sólo me vine, me oriné encima. -Como para él ese acto no tenía nada de vergonzoso ni perverso, hablaba de ello con tanta ligereza levantando ambas cejas negras. Justamente la reacción contraria a la hubiese podido tener John. -Siempre he querido revivirlo. -Admitió contra la oreja del muchacho cargado de picardia.

De la manera que le señaló el Mago, el muchacho se posicionó detrás para entrar por el estrecho agujero. A pesar de la visual demostración, no parecía del todo convencido de que fuese a caber por lo que tendía a echarse para atrás, alargando el momento de la penetración. Con paciencia y un deseo que le inflamaba el Mago animaba a su amada e insegura Luna a continuar jadeando al compás de los jadeos de ésta, obligada a embestir en desesperados intentos de traspasar el pequeño orificio hasta sumirse en ese cálido y oscuro lugar, totalmente echado sobre la extensa espalda del Mago, notando todo su calor, No era suficiente, aún estando dentro, su amo deseaba más acción, quería más embestidas. Para el muchacho era desconcertante pues ya estaba dentro sin embargo obedeció. Las primeras fueron taimadas y cuidadosas pero sin darse cuenta el ritmo que marcaba su amo con sus movimientos le lanzaban a acelerar la frecuencia y la intensidad de las siguientes aumentando su sensación de fatiga pero también un cumulo de poder que le quemaba al mismo tiempo que le animaba. Ambos, poseídos de parecida forma o potencia, gemían y aullaban como dos criaturas enloquecidas creando una interesante sonata. Era como correr pero sin mover los pies, sólo las caderas al entrar y salir, Aferrando sus dedos al suelo, retorcidos sobre la tela ya rasgada. Llegado el momento culminante, ese momento en que su glande se encogía como si fuese la cabeza de una serpiente, abriendo la boca y poniendo los ojos en blanco, inundó aquella oscuridad de su blanco jugo. Cerrándose sin que él pudiese hacer nada para evitarlo, su cabeza cayó sobre el sedoso cabello del Mago que cubría todo su cuello, al flojear el nudo que los mantenía más o menos peinados. El Mago entreabrió los ojos ya que a pesar de haber experimentado tal brutal sobrecarga de energía durante el orgasmo, no sentía tanto cansancio. 

A la luz de la impasible luna, la imagen del muchacho parecía doblemente embellecida, como si realmente fuese una criatura celeste caída de ese cielo nocturno. Vistiéndose como le correspondía tras saciar sus deseos una noche más de luna llena no podía apartar la vista, era demasiado hermoso, con los destellos de la luna sobre su desnudo cuerpo y su largo cabello liso desparramado como una plateada capa mal puesta por encima. Era en esos momentos que de verdad lamentaba hacer lo que consideraba debía hacer. Tomando con delicadeza la túnica y limpiándola con un paño humedecido de agua se la colocaría sobre los hombros de modo que gran parte de su atuendo azulado quedaba oculto, sólo siendo apreciable la dorada linea en la que estaban los dorados cordones atados mucho antes de despertar al muchacho. A su bella Luna, cuyo tiempo de permanencia o existencia en esa forma entre mágica y humana se había agotado. En sus ojos azules, algo de brillo había regresado. Frotándolos, pestañeó y mirando con reveladora claridad al hombre puesto en pie frente a él, preguntó desorientado:

-¿Quién es Usted? -Examinando el lugar mientras se ponía en pie al mismo tiempo que el hombre de extrañas ropas y lentes redondeadas se acercaba. -¿Dónde estoy? -Y finalmente bajando la mirada, descubriendo su cuerpo carente de ropa, excepto el collar parecido al que se le podría añadir a una armadura inusual, gritó. -¡¿Por qué estoy sin ropa?! -Su voz aún propia de un joven, había perdido ciertos matices que agradaban al Mago.

Suspiró largamente y disminuyendo la distancia entre ellos, quedando muy cerca, peligrosamente cerca del muchacho, agarrándolo por última vez a fin de abrazarlo y besarle, respondió:
-Ya nada de eso importa, duerme, tan sólo duerme, hasta que una nueva luna llena nos vuelva a unir. -

Con la misma rapidez y elegancia con que había tomado su rostro para besarle, las deslizó por su cuello para quitarle la vida. El muchacho se debatía pero al cabo de un rato, el Mago notó como su espíritu huía de ese cuerpo inerte silenciosamente. 

Otra historia crossover y totalmente AU (Realidad alternativa) que ha salido hace poco de mi cabeza o que estaba pero no me atrevía a escribirla hasta que me vinieron mil reflexiones y paranoias al leer un FanFic buenísimo sobre Clow y Yue :3 Algunas cosas son perversiones mías, avisados quedáis, porque me da morbo eso o porque cada vez que lo pienso, siento un cosquilleo travieso XD Ahora también digo que es bajo un contexto trágico, mitad cuento, mitad realidad macabra como viene siendo en WtH n_nU Clow es el alterego de John aunque como sucede con la múltiple personalidad, John no sabe de Clow, Clow sí porque es la personalidad que tiene todo lo que John se ha negado durante años y años... 

MARYXULA




















jueves, 28 de noviembre de 2013

FanFic CLAMP El mago más poderoso del Mundo 17

FanFic CLAMP
El mago más poderoso del mundo - Su valiosa obra maestra

-Amo Clow, la muerte del Honorable Fei Wang Li no es culpa suya... -Escuché a Hikari repetirme entristecida pero con una dulce y tranquila sonrisa en su rostro arrodillándose como una madre frente a mí.
-Pero yo lo sabía y no hice nada por impedirlo. -Repliqué bruscamente, incómodo, asediado por la culpabilidad, una culpabilidad que hacía tiempo no sentía tan intensa. Entre mis dedos, ese fino papel permanecía fuertemente estrujado, papel que encontré en la caja de madera que tan importante era para mí. Era un mensaje expresamente realizado para mí el dibujo que se apreciaba al dejar de ejercer fuerza sobre éste. -Pero lo peor es que con su muerte, me he quedado solo. -Añadí notando como cada palabra salía con un pesado y amargo sabor. Un torrente de nuevas lagrimas se desbordó.
Hikari suspiró desviando la mirada, en ese lento desplazamiento sus ojos color agua marina quedarían detenidos en mis guardianes, un alocado león de dorado pelaje que no se daba por vencido en su obsesión por atrapar a alguno de los majestuosos ejemplares que recorrían el jardín cual reyes y el silencioso chiquillo que aburrido y de seguro abochornado se aproximaría a este rincón, oscureciéndose así sus finos cabellos hasta recobrar una tonalidad menos irreal. Quieto junto a ella, entornando sus preciosos ojos de sutil azul a juego con su clara piel y cabello, colocando una de sus manos sobre su pecho envuelto en sencillas y anchas ropas de colores desfavorables anunció con certera voz:
-No está solo, siempre nos tendrá a nosotros. -
Y tenía razón sin embargo no era lo mismo o no debía sentir que fuese lo mismo dada su naturaleza. La sonrisa de Hikari reapareció y dedicándole una tierna mirada, asintió y agregó:
-Los dos únicos capaces de seguirle hasta el fin del mundo... Más de una vez Symond y yo hemos llegado a tener celos de lo mucho que le quieren. Con que no se preocupe por eso. -
Y se puso en pie con la agilidad que sólo la juventud da para continuar con sus labores de criada. Yue sería una buena compañía pero el sonoro rugido del cada día más desarrollado Kerberus la retuvo un ratito más. Era fascinante verlo correr, desplegando sus vigorosas patas aunque el final de la carrera nunca terminase con la misma gracia.
-¿De qué hablabais? -Quiso saber tras agitar su cabeza y sentarse de una manera menos humillante. -No os estaréis burlando de mí a mis espaldas... -Agregó entrecerrando sus rasgados y dorados ojos girándolos hacía Yue. Respirando hondo, al instante me sequé las lagrimas y negando con la cabeza le respondí mostrándole el dibujo que albergaba el papelillo:
-Hablábamos sobre este dibujo, Yue no sabe lo que es, ¿lo sabrías tú? -
A lo que él gruñiría cruzándose de brazos:
-¡No vale! ¡Estabais hablando de algo serio y yo no me he enterado! -
Hikari me lanzaría una mirada ligeramente regañona mientras que la mía fue más bien una mirada de complicidad. Suspirando, dijo:
-Es verdad Kerberus, sólo estábamos jugando pero ya sabes como es el Amo Clow... ¿Vienes a echarme una mano? -
El dorado león se quedaría un momento pensativo pero levantando su peludo culo del suelo, la seguiría alegremente. Yue en cambio se sentó a mi lado, en su plateada cabecita habían empezado a originarse dudas y miedos con respecto a mis obligaciones como único representante del Clan Li, más especialmente con lo que supondría aceptar y tolerar al contraer matrimonio con Xia He. Petición complicada de aceptar para mí, el futuro esposo pues aún suponiendo que las familias poderosas o en desacuerdo lo tramaban a fin de afianzar poder o traer paz venidera fuese en la parte del mundo que fuese, el incorregible romántico que llevaba dentro me decía que no era correcto unir tu vida a alguien que realmente no fuese tu persona especial y me hubiese impulsado a una alocada huida como cualquier muchacho pero las palabras que me dedicó junto al enigmático papelillo hicieron tal efecto sobre mí que actué acorde el rango que me estaba siendo concedido. Ya que no pude salvarlo, me esforzaría en no decepcionarlo.
-Padre, Usted... ¿De verdad ama tanto a la Honorable Xia He como para contraer matrimonio con ella? -Ahí apareció ese pero que dificultaba mi conformación con la responsable decisión tomada. -En Inglaterra, aprendí que las personas contraen matrimonio cuando su amor es tan grande que no pueden vivir el uno sin el otro y piden a Dios que les una por siempre. -Me expuso apoyando su barbilla en los nudillos que se entreveían bajo las largas mangas de su traje. Asentí confirmando que su información era cierta sin ser del todo consciente de lo que saldría después de su boca. -¡Entonces cásese conmigo! -
No supe que responder, la propuesta me había dejado bastante perplejo, aturdido incluso pues conseguí atisbar algo que nunca había atisbado con tal magnitud pero lo peor llegó cuando proyectó sobre mi sus ojitos azules. Notando como un fuerte rubor subía por mis mejillas como si la pregunta hubiese sido formulada por una jovencita muy apreciada y me avergonzase herir sus sentimientos o hacerle creer lo que no debía me costó bastante aclarar que un matrimonio previamente pactado entre el Clan Li y la familia de mi futura esposa no requería tanto amor.
-Pues si en China no se puede, vayamos a Inglaterra y pidamos lo a Dios. -Me diría, yo creo que sin comprender mucho de lo que había tratado de explicarle. Lo que me alteró más:
-¡Yue! -Se me escaparía un sonoro grito. -¡Eso tampoco podría ser! ¡Dios sólo permite esa unión entre hombre y mujer! -
-¿Entonces qué pasaría conmigo? Yo quiero estar contigo para siempre... -Me planteó descendiendo poco a poco su voz al igual que bajaba su cabeza con los ojos humedecidos pero sin dar mayores muestras de congoja.
-Y lo estarás. -Le prometí venciendo ese miedo a tocarlo para que fijase sus preciosos ojos sobre mí. Esbozando una sonrisa hice la pertinente y última aclaración. -Pero de un modo totalmente diferente al de ella. Los padres y los hijos comparten otro vinculo irrompible. -
A su felicidad se sumó la sorpresa pues aunque había buscado en alguna que otra ocasión hubiese intentado tocarme al igual que Kerberuss nunca había tenido la suficiente convicción para obtener el contacto y prolongarlo por lo tanto que yo le hubiese tocado significaba que volvía a ser ese yo que tanto añoraban más como sucede cuantas más experiencias vives, las malas vivencias y las obligaciones me iban encaminando a ser otro hombre, justamente ese hombre que en mi sueño tanto me costó identificar como mi futuro yo. Recobrando naturalidad, le pedí ir a buscar a Kerberuss pues tenía ganas de completar mi baraja, esa locura a medias que me catapultaría a la gloria y la cual necesitaba como cualquier baraja de Tarot, un orden y unos principios a la hora de ser usada. Junto a Yue y a Kerberuss, la clasificación saldría sola ya que sus disputas, comentarios y preguntas me sacaban tantas ideas, entre los tres componíamos algo parecido a una familia cuyos miembros más importantes serían el Sol y la Luna, regentes de los cuatro elementos presentes en la naturaleza continuados por las respectivas variaciones de cada uno resultando meramente necesario recordar la clasificación con la consecuente disposición mágica según:

LUNA (Yue)
Oscuridad ligada al Guardián representante del Astro
Ejerciendo una fuerte influencia sobre Viento y Agua
SOL (Kerberuss)
Luz ligada al Guardián representante del Astro
Ejerciendo una fuerte influencia sobre Fuego y Tierra

Teniendo en cuenta que cada elemento sería parte de la esencia de un espíritu de dicho elemento o la invocación de éste, para no provocar su ira les correspondía comanda sobre el resto de seres mágicos cuyas cualidades provendrían de cada uno de ellos fue uno de los puntos en los que hice mucho incapié, sobretodo ante ellos. Con las ideas claras, con igual velocidad a la empleada en despejar la lisa superficie de madera en la sala bien considerada por salón para anotar y esbozar todo lo compuesto en diversos papeles que se amontonarían en mi inseparable cuaderno de sombras abandoné mi asiento seguido por los entusiasmados guardianes con la mala pata de ser interceptado por la mismísima Xia He, seguida como ya no era de extrañar de sus doncellas más fieles, en mitad de los amplios pasillos cuyas paredes componían bellos fragmentos de un paisaje sólo interrumpido por los diferentes motivos que las puertas corredizas albergaban los tres nos paramos de golpe. La alegre expresión que ambos niños poseían se esfumó en un cerrar y abrir de ojos resultando la de Kerberuss la más graciosa. Entrecerrando sus dorados ojos el anaranjado león arrugó el hocico exageradamente masculló:
-Con lo bien que estábamos... Ahora esa bruja nos arrebatará a Padre. -
-Kerberuss. -Le reprendí en voz baja aunque el adjetivo que le había dado por emplear me parecía bastante gracioso gracias a la ironía que poseía.
El relajado ceño de Yue se frunció endureciendo su sereno rostro al oír el quejido del abierto león dorado. Aún guardando una débil esperanza de estar conmigo siguiendo estrictamente lo marcado detestaba que ella fuese a tener mayores privilegios a raíz de una unión que afianzaría su lugar como señora ¿de la casa? Comprendiese o no esa emoción que provocaba tanta tensión en su cuerpo, era algo que no sabía ni podía disimular cada vez que ella avanzaba hasta mí y se refería a mí como futuro esposo así como hizo en esa ocasión.
-Futuro esposo, ¿tenía pensado salir? Sería una estupenda idea hacerlo solos, a fin de ir conociéndonos mejor como nos aconsejó el Astrólogo. -Habló parada detrás mio tras la obligada inclinación por parte de ambos. Encogiéndome de hombros, a sabiendas que todos me miraban expectantes, posicionando una mano sobre mi cuello apenas visible bajo el cuello de fino material dorado, busqué una replica no muy doliente que darle:
-En realidad no porque bien pensado, lo que deseaba hacer, puedo hacerlo sin necesidad de alejarme de la propiedad Li. -
-¡Perfecto pues! -Exclamaría ella agradada. -Podríamos charlar junto al Pozo. Es un lugar tan hermoso. -Agregaría pestañeando con coquetería, provocando mayor irritación a mis dos guardianes.
-¿Ahora? Espero que no estés pensando en preparar nada ahora pues estoy a punto de realizar algo que de seguro me llevará bastante tiempo... -Salté yo viéndomela venir, los guardianes se mirarían entre ellos sintiendo cercana la victoria pero al observar como su iluminado rostro se apagaba aunque el cuidado maquillaje no hubiese perdido ni una pizca de color, añadí con todo mi buen corazón. -Mañana seré todo tuyo ¿eh? -
Ella se ruborizaría suavemente ante mi original manera de aplazar lo que parecía tanto desear compartir conmigo, cerrando sus ojos asintió y me dejó marchar. La verdad esa clase de cosas sólo se me ocurría decirlas en voz alta porque admiraba la maestría y la picaresca que le echaba mi padre, conquistando siempre a toda la dama que se proponía más posiblemente esas ráfagas de chulería y teatralidad me perjudicaban ya que despertaban pasiones en una Xia He que era tan humana como cualquier otra dama, deseosa de amar y ser amada. Siendo sincero, creo que lo dije para poner a prueba a Kerberuss, cuya cara de asco fue la más divertida que le había visto adoptar. Lejos de Xia He y sus acompañantes, quieto y cerrando los ojos, avivé el recuerdo de todo lo concerniente a lo que pretendía hacer. Los chinos como me figuré al observar a mi medio hermano emplear magia solían valerse de peticiones escritas a la hora de invocar el poder de cada elemento, proveniente de un dios bien diferente pero los sabios druidas se valían de otro método. Mordiéndome el labio inferior me tiré un rato dudando cual me convenía usar, originando una pequeña discusión entre Kerberuss y Yue.
-¿Qué pasa con Padre? ¿Acaso ya no sabe hacer magia? -Se mofaría moviéndose inquieto. Podía oír sus patas deslizarse ruidosamente.
-¡Kerberus! -Le gritaría Yue disgustado. -¡Lo que ocurre es que necesita concentrarse y tú eres muy ruidoso! -
-¿Yo? -Fue su replica, fingiendo gran ofensa en su voz de animal asemejándose a un bufido. -¡Pues... Pues a lo mejor eres tú! -Rugió. Su defensa no fue elocuente pero bastaba para picar al ángel plateado.
No debían pero sus infantiles discusiones faltas de argumentos pero llenas de chispa me hacían tanta risa aún tapándome la boca con una mano, una carcajada se escapó por mí parte dando así fin a su disentimiento. Al abrir los ojos, tras las redondeadas lentes les vi mirarse extrañados antes de mirarme a mí ligeramente molestos. Trasformando ese signo de pura diversión en algo más comedido como una sonrisa les dije:
-Me río porque ambos tenéis parte de razón. -
-¿Entonces habrá magia o no? -Preguntó el león de dorado pelaje con emoción e impaciencia en sus ojitos. -¡Me muero de ganas de conocer esas entidades de las que nos has hablado! -Exclamó sonando su voz similar a un maullido animado.
Asentí risueño. ¡Qué más daba el método a usar! Hasta el momento mis conocimientos de la magia empleada en Occidente no me habían fallado por lo que solicitando un poco de espacio a los dos guardianes procedí a materializar mi báculo, cuya longitud y brillo impactaban bastante a los pequeños y en cierta forma, así tenía que ser como prolongación de mi cuerpo y transmisor de esa colosal poder que todo el mundo opinaba yo era dueño. Al principio tanto su fulgor como el calor que desprendía eran un pelín insoportables pero con paciencia iban menguando. Aferrado a él creé el circulo de protección girándome a la misma vez que lo movía según giran las agujas de cualquier reloj. Poco a poco una luminosa linea apareció en el terreno produciendo dificultad en observar al individuo que había en el interior del resplandeciente y complejo dibujo que tomó forma tras completar la linea circular. Apoyado sobre el báculo, aclaré mi garganta y proclamé en voz bien alta cual sacerdote o mendigo demente:

"¡Espíritus Elementales, acérquense a mí!
Gnomos, compartan su humor conmigo.
Ondinas, jueguen en mi presencia.
Silfos, que la brisa me acaricie.
Salamandras, muévanse en las llamas de las velas.
¡Espíritus Elementales, Gracias por venir!"

Tal y como Symond me la había hecho aprender y mantener en mi mente sin embargo la llamada al espíritu elemental fue en mi querida lengua, inglés siendo simplemente comprendido por los atentos Kerberuss y Yue, que no apartaban ni un instante sus ojos de mí aunque les costase abrirlos totalmente. Tome aire percibiendo como el lugar se llenaba de algo inexplicable o de costosa credibilidad y trace el circulo mágico tres veces más, éste emitiría cegadores fulgores tres veces como un faro contra la lejanía al rotar, lo que dejaría a mis pobres guardianes unos momentos desorientados, con los ojos llorosos bajo una de sus manos cerradas, usada como único escudo. Pronto, tras una sofocante subida de calor en el ambiente, el elemental tomó forma surgiendo de la nada una llama de intenso rojo suspendida en el aire que a veces al agitarse suavemente se tornaría anaranjada. Armándome de valor, le dediqué una cuidada reverencia como el ser tan relevante que era merecía más chascando los dedos, creando una pequeña llama, traté con él:
-¡Oh gran Farisilles, señor del fuego! Aquí este humilde mago os ruega hagáis un trato con él. -
La fogosa figura humana que se atisbó al desplazarse unos pasos inquietando a mis guardianes pareció mirarme entre fastidiada y curiosa. Como poco a poco fui aprendiendo debido a que el termino que usé era para un rango inferior al que justamente ese espíritu poseía. Como sus palabras parecían el crepitar de fuego al adentrarse en madera, continué prudentemente hablando:
-A fin de corregir un error con respecto al uso de magia que estoy elaborando, me gustaría que Usted me permitiese formar parte de la futura jerarquía creada recientemente en mis cartas mágicas, si le parece bien y acepta a cambio será regidor de todas aquellas cartas que alberguen un poder relacionado al fuego pero si no le parece bien, me gustaría en su lugar que me cediese parte de su esencia para crear a su sustituto... -
La criatura de fuego se detuvo bruscamente como si mis palabras fuesen un tremendo insulto o peligrosas. Temeroso de haber cometido un error bajé la cabeza sintiendo mis mejillas ganar color. Symond me decía que eran seres tan importantes al igual que Fei Wang Li, no deseaba atraparlo cual animal pero si las palabras no lo convencían me vería obligado a ello, con todo lo que acarrearía.
-¡Por favor señor Fuego, no se asuste de Padre, Padre le tratará bien si acepta! -Le suplicaría Kerberuss, captando la total atención del ardiente ser, que no sólo desvió sus ojos hacía él sino que velozmente se plantó frente al león sintiendo algún tipo de conexión con él. -¡Ey! ¿Qué hace? ¡Eso quema! -Chillaría al sentir la abrasadora caricia del ente de fuego, que ignorando las protestas lo acarició varias veces como un niño mimoso.
Al espíritu del Fuego le encantaba Kerberuss, como deduje se sentiría terriblemente atraído a su poder pues cuando el león dorado comenzó a lanzarle ráfagas de fuego para alejarlo, obtuvo el efecto contrario. Entonces se me ocurrió un trato mejor que desde luego, el elemental no despreció convertiéndose así en Fuego, la primera criatura mágica elemental de las cuatros que regirían a las demás. Mientras Kerberuss se esperaba hecho un ovillo de dorada lana a que los ungüentos mitigasen el escozor de las quemaduras bajo algunas vendas de seda cuidadosamente enrolladas alrededor de su lomo, observaba todavía con asombro y embeleso la imagen de aquella nueva carta pues al ser liberado ningún ojo humano podía percibir con tanta claridad esa figura humana toda de voluble fuego que se prolongaba o disminuía cuales alas fatuas, puesta sobre la mesa por encima de las otras cartas de igual forma y colores. Sólo la llegada de Yue con los materiales requeridos para escribir me sacó del influjo.
-Muy amable, Yue. -Le alabé retirando las cartas rápidamente de modo que el niño pudiese poner el frasquito relleno de oscura tinta además de algunos papeles y un grueso pincel ocupando todo el espacio que esa mesa disponía. Una sonrisa embelleció su ya hermoso rostro. -Estoy convencido de que esta carta dejará con la boca abierta a nuestro buen amigo Symond. -Pero meditativo, habiendo tomado el pincel y alargado el brazo hasta el frasco para humedecer sus cerdas de negra tinta me retracté y alejé el pincel.
-¿No va a escribirle al señor Windson? -Querría afirmar Yue pestañeando sentándose a mí lado.
-Si pero he pensado que quizás no sea tan buena idea... -Le respondí sensato. Nadie podía asegurarme que la información llegaría correctamente y eso, en esos tiempos tan convulsos que corrían era un riesgo que no tenía por qué correr. -Además, considero que será más divertido contárselo en persona, viendo su cara de incredulidad al mostrarle las cartas. -Expliqué adelantándome a su siguiente y obvia duda.
Yue asintió y no lanzaría más cuestiones sin embargo Kerberuss revolviéndose despaciosamente y levantando su cabeza, notando su estomago demandar comida, me hizo una suplica enternecedora.
-Padre, ¿podría recibir mi ración de comida diaria aquí? Todavía me escuece... -
-Mira qué tienes cuento. -Le soltó Yue con su cuerpo girado al igual que el mio desde su asiento, cruzado de brazos.
Kerberuss entrecerró sus ojos un instante pero fingiendo con maestría no haber oído al otro guardián, insistiría quejicoso. Como él siempre fue más amigo de las bromas y las tretas, queriendo comprobar hasta que nivel tenía razón, le tendí una pequeña trampa, arrugando la frente con suma preocupación le dije:
-¿De verdad te encuentras tan mal? -Suspiré apenado y añadí encogiéndome de hombros mientras él asentía con gesto de dolor. -En ese caso, se lo consultaré a la Honorable Xia He. -Y apartándome con brío de la mesa, emprendí el camino hacía la salida.
El pánico y repulsión hacía la persona mencionada lo activó justamente como me había imaginado sin embargo aunque se puso rápidamente en pie para correr a detenerme gritando, a mitad de su exasperada carrera se desplomó emitiendo un incontenible aullido de dolor. Yue acudió hasta él arrepentido y yo tuve que darle el capricho pues por muy exagerado que fuese a veces, en esa ocasión no mentía. Arrodillado a su lado, con la frente bien arrugada le comuniqué que quizás necesitaba que le extendiésemos una dosis mayor del ungüento curativo. En sus dos orbes doradas sutilmente divididas por una alargada pupila oscura un brillo de molestia y orgullo herido. Desde ese momento tuve claro que a la dorada bestia guardiana no le entusiasmaba enfermar o ser herido pero con el tiempo aprendería a aceptarlo como parte de esa tarea que tanto orgullo le daba o bien le fastidiaba estar a merced de los cuidados y consejos de Xia He como me comentaba Hikari, la observadora Hikari.
-Para tener una apariencia tan fiera, eres un blando Kero. -Le reprochó burlona Hikari recogiendo del suelo los cuencos vacíos.
-¡Pero he conseguido que Padre pase la hora de la comida conmigo y Yue! -Replicó con satisfacción.
-Sigo sin creer que tus quemaduras requieran tanto escándalo. -Le dijo ella mientras le daba un leve golpe con un pie, provocando que el anaranjado león gritase dolorido a la par que disgustado. Son las consecuencias de ser un bribón. -Sin embargo ahora estás solo... -
-¡Padre y Yue han ido a por otro espíritu elemental! -Rugió Kerberuss ofendido del mal pensar de nuestra amiga. -En cuanto me ponga mejor, Padre lo hará aparecer para mí. -Añadió con los ojos brillantes de ilusión juntando sus peludas manos.
-¿Está haciendo magia? ¡Ahora mismo voy a verlo! -Exclamaría ella saliendo apresurada para mayor fastidio del animal.
En el patio como ya hiciese esa mañana, otra invocación tomaba parte pero esa vez el elemental ni dominaba ni provenía del mismo elemento. Nuestro invitado era un ser más bien etéreo y de naturaleza tranquila como la brisa que nos rodeaba provocando que nuestros ropajes y cabellos cobrasen actitud. Asemejada a una dama cuyo cuerpo carece de solidez como bien le sucede a un fantasma, poseedora de unas grandes alas capaces de batir enrojeciendo el cielo y cabellos tan indefinidos como el finalizar de su cuerpo. Poco después de reverenciarla y presentarme como lo más cortés posible desde mi circulo mágico con un leve gesto indiqué a Yue que se acercase y a pocos pasos de el ente, arrodillado sostuviese el incensario encendido a modo de regalo por nuestra parte.

Mago... Me hiciste sentir halagado... Hágame saber el motivo de este encuentro...

Creí oír como susurrado por el viento que recorría diversas direcciones. Una melodiosa y dulce voz femenina que encogió mi corazón. Sosegando mis emociones, pedí a Yue que se apartase pues el regalo ya había sido tenido en cuenta. Puesta la mano que no sostenía el báculo del color del sol, procedí a exponer por segunda vez mi idea al espíritu elemental del aire, que durante un tenso momento de silencio, haría brotar una nueva serie de susurros.

Mago... Puesto que no hallo maldad en sus palabras... He decido aceptar su propuesta y guiar a las criaturas surgidas a partir del elemento que domino...

Finalizados los susurros, la criatura avanzó hasta mí y cubriendo su cuerpo con sus grandes alas se tornó tan luminoso que mis estupefactos ojos fueron cerrados mientras dirigía a tientas el báculo hacía el frente como la brisa me empujaba a hacer. Todo vibró y al instante siguiente lo que se encontraba suspendido frente a mí era una nueva carta alargada y brillante que al ser tocada me proporcionó un fresco escalofrío como si alguien hubiese soplado tras de mí, justo en el cuello. Declarando el circulo abierto dí por termina esa invocación.
-Padre, ¿va a convocar a algún espíritu más? -Querría saber Yue al verme salir del circulo trazado, cuyo brillante dibujo se desvanecería poco a poco.
Negué con la cabeza mientras continuaba apoyándome en el báculo cual anciano hasta dar con un asiento.
-Será mejor que antes descanse un poco. -Fue todo lo que le contesté esbozando una cansada sonrisa acomodándome en el tosco banco de piedra.
Pero aquel mismo anochecer me las vería con un elfo cuyos rasgos poco tenían de orientales sin embargo su carácter tajante sí me era muy de esos lares. Con ella no hubo manera pero empleando mi magia logré debilitarla lo suficiente como para tomar algo de su poder y de inmediato crear a la criatura que sería Tierra. Jadeante en la seguridad que me había ofrecido durante la trifulca mi circulo mágico, hice un último esfuerzo por mantenerme lucido y declaré el circulo abierto finalizando el día con una caída al suelo amainada por el pobre Yue que sujetaría mi cuerpo como bien le permitió el suyo. Como me hubiese gritado Symond certero, me había excedido.

Más o menos aquí una historia más de mi colección de historias El mago más poderoso del mundo *u* Aunque si lo preferís lo podéis leer en FF.Net junto al anterior, el número 16 n_nU Que todo este tan comprimido es porque soy bastante vaga y os lo pongo tal cual esta XDD (Además ahí podréis leer información gratuita sobre todo lo que probablemente no entendáis n_n)

MARY

miércoles, 4 de septiembre de 2013

UN AÑO MÁS...

REFLEXIÓN PERSONAL...

Mira, es como cada vez que miras al cielo, ese gigantesco espacio infinito. A veces está vacío pero a menudo está lleno de pequeñas figuras de algodón o puntitos luminosos como si de un papel con un sin fin de pequeñas ideas estuviera. La vida es así, día tras día, al despertar mil de cosas por tu mente pueden pasar, la ilusión y la desilusión de descubrir algo nuevo. Un buen amigo, un amor inexistente o el recolectar de bellos recuerdos acompañado de las mejores personas del mundo como tus padres y tus hermanos. Vivir aventuras con sólo cerrar los ojos y abrir la mente. Eso y más es mi día a día porque también hay que echarle valor y afrontar las tesitudes, los conflictos que presenta cada movimiento cuando tu cuerpo tiene planes opuestos. Pero ¿qué os voy yo a decir de eso? Días que se alargan como el cuerpo de una larva, cable por aquí y cable por acá, si humor no le sacas, ¿qué otra cosa te puede quedar? Hay que pelear, hay que levantar la cabeza y reírle la gracia a Dios, que de eso y esto otro sabe mucho y siempre de la ironía es dueño.

Aww que cosas me veo obligada a escribir... Esto sería para mi Cumple, no sé si se nota XDDD

viernes, 23 de agosto de 2013

FanFic CCS TAINTED LOVE

NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Lo de siempre, que los personajes de CCS son obra exclusiva de CLAMP

Que la historia según esté yo es en primera, segunda o tercera persona (más en primera que en las otras XD) Entre Eriol y Shaoran en este caso concreto (Cursiva para Eriol y normal para Shaoran)

Y qué es una historia fuertecita, que yo recomiendo sólo leer a aquellos con mente abierta y que iré con mucho cuidado en ciertas escenas ^^' ¡Qué culpa tengo yo que haya personajes tan irresistibles para mi perversa mente! Soy trasgresora, no sé cuantas veces lo habré dicho... Aunque suelen ser algunas historias que encuentro las que me ayudan a tener ideas raras XD

Como ésta sería la tercera y última historia de ese triangulo amoroso que me ha salido, habría trío, creo... YAOI

"Nunca estoy
Yo nunca estoy abajo
Estando aquí, mirando hacia arriba
Y usted está mirando hacia abajo
"


FanFic CCS
Last trick

Tuve que reconocer nuevamente que mi chico tenía razón, había algo en él que lo hacía muy atrayente, pues no sólo lucía un aspecto impecable y favorecedor acorde sus delicados pero masculinos rasgos, no, no, había algo más, como un halo que lo envolvía extendiéndose por toda la amplia sala en la que estábamos. Pero lo peor era ciertamente cuan penetrantes y centelleantes eran sus ojos, de un azul profundo como el propio mar o el cielo tras sus lentes redondeadas. ¡Joder! Eran capaces de paralizarte aparte de delimitar tus funciones orales pero frunciendo el ceño y entrecerrando los ojos no me concedí el lujo de ceder ante él como tampoco lo hice la primera vez que apareció por la zona. Carraspeando le solté lo que llevaba formulándose en mi cabeza todo el camino, fijando mis almendrados ojos en los suyos:

-¡Quiero que dejes de solicitar los servicios de Eriol! -

La sonrisa que acompañaba a esos ojos fascinantes apenas se desdobló sin embargo levantando con sutileza una de sus oscuras cejas, me permitió ver cierta expresión de perplejidad. Eramos dos jugadores enfrentados por el mismo premio y ninguno iba a ceder fácilmente.

-¡No voy a consentir perder ni más tiempo ni más pasta! -Agregué sonando todo lo brusco que me dio la gana mientras me cruzaba de hombros. -Hay muchos más clientes a los que atender... ¿Sabes? -

Reconozco que esperaba otra reacción por su parte pero echándose a reír deliberadamente, replicó con elegancia:

-Si tú lo dices... ¿Y no se tratará de una excusa para apartarlo de mí porque estás celoso? - Me dejó totalmente noqueado, por un instante me descrucé y desvié la mirada, sintiendo un rubor indeseado brotar en mis mejillas. Mis actos bastaron para confirmar lo que acababa de sugerir sin perder un ápice de cordialidad pero añadió obligándome a retornar mis ojos hacía él, posados en el suelo de lisa y oscura madera. -Yo como todo cliente le he estado ofreciendo la cantidad de dinero acordada durante un buen periodo de tiempo hasta que me confesó sus sentimientos hacía mí. Me pareció cruel insistirle para que lo aceptase poco después de aquello. -Y se encogió de hombros.

Sus últimas palabras me resultaron más retorcidas y perversas de lo que me podía esperar de él. ¡Mierda! ¿Cómo podía haber caído tan enamorado Eriol de él? Me hizo hervir la sangre y tuve que hacer un esfuerzo monumental por no golpearle. Respirando hondo varias veces me repetí que estaba siendo a prueba y que debía centrarme o bien en que el dinero que me debía fuese entregado o en que finalizase su trato con mi chico. Retirándome con un giro rápido de cabeza algunos mechones castaños de pelo, templando la oleada de ira, tomé la palabra:

-Bueno, pues precisamente por eso ¡Los servicios contratados tienen que anularse! -

Confié en que mi agitación de brazos bastase para entender la clara exigencia. Me miró pensativo sosteniendo su barbilla entre algunos dedos.

-¿O? -Me retó, tornándose su mirada peligrosa. Él parecía ponérmelo a punto de caramelo pero la razón empezó a inquietarme.

-¡O paga los costes! -Exclamé golpeando el suelo con un pie. Ya no pude contener las emociones que imperaban en mí ansiosas por salir como lava fundida desde el interior de un volcán.

-Así lo haría, incluso añadiría algo más por tu osadía pero... A cambio tú tendrías que implicarte un poco. -Fue su respuesta. La respuesta más espeluznante e inesperada en todo lo que duró la disputa en tanto su aproximaba a mí sigiloso como un felino para tocarme, cosa que me asqueó y alteró hasta llegar el punto de apartarlo con violencia y bramar posicionado a varios pasos de distancia como un luchador marcial:

-¡Antes muerto! -

Porque a mí sólo me toca y me satisface quien yo quiero, justamente Eriol. Hacía tiempo que me había ganado a pulso el lugar que ocupaba y en ese lugar ya no era obligatorio mantener relaciones sexuales con nadie, nadie que uno no quisiese. Tuvo que dar su último y más mortífero golpe, habiendo indicado a su fiel y fiero compañero de naranjado y brillante pelaje que se abstuviera de intervenir, a fin de conseguir lo que se le estaba antojando en todo el tiempo que durase mi desagradable visita.

-¡Vaya! Eso sería una pena pues matarías dos pájaros de un tiro. -Me dio a entender irguiéndose sabedor de mi doble propósito. La fiera de dorados iris nos observó emitiendo un continuado gruñido hasta que su amo se despidió de mi al modo oriental y se dirigió a su lado. Clara señal de que daba por finalizada la visita y el tema.



-Bienvenidos. -Fue su tranquila y agradable recepción mientras inclinaba su cabeza.
Xiao Lang ni le miró, mucho menos imitó su gesto. De seguro algo que él ya sabía que haría por lo que ignoró su grosería o no le causó gran disgusto. Yo en cambio, si me esforcé en ser correcto y educado, acentuándose más la diferencia que había entre ambos.

Sin mucho entretenimiento, fuimos dirigidos al enorme y elegante salón como si fuésemos sus distinguidos invitados, mi compañero castaño tomó la delantera con facilidad, sospechosa facilidad. Obligado a tomar por asiento el sofá de tejido fino y suave quedando muy pegado al receloso Xiao Lang, presencié en silencio el recordatorio de lo hablado o conociendo a Xiao Lang, lo discutido unos días antes en ese mismo lugar. Él había aceptado algo que a juzgar su actitud le fastidiaba a fin de solucionar lo que él consideraba un problema de grandes dimensiones. Bien visto, se podría tratar de una cuestión de orgullo ya que Xiao Lang poseía un ego tan desorbitado como un carácter insostenible, siendo curiosamente eso lo que le había llevado tan lejos. Sosteniendo mi vaso de trasparente cristal apenas bebía sin embargo mi compañero sí, como si cada trago de esa fuerte bebida le fuese a brindar el valor para continuar. Oí como tosió y dejó el vaso emitiendo un fuerte sonido contra la mesa, esa mesa de madera de buena calidad bajo el mantel protegido por un cristal impoluto.

-Espabila. -Me dio la sensación de que me hablaba, sacándome del revoltijo de pensamientos difusos en que estaba metido, dándome una rotunda colleja en la nuca. -Nos toca trabajar. -Hay que follar. -Me hizo saber.

Me puse rojo encendido. Esa clase de lenguaje directo y maleducado tendía a hacerme sentir realmente incómodo, pasase el tiempo que pasase y oyese esa y otras denominaciones las veces que la oyese. Yo creo con sinceridad que lo hacía, lo de hablar así, porque le gustaba ver mi reacción, como la timidez se mostraba así de inmediata. De pie vi con claridad como innumerables billetes se desplazaban entre sus claras y habilidosas manos antes de ser entregadas a Xiao Lang, quien me pasó el gusto de recibirlos. Con los vivos y pardos ojos de Xiao Lang fijos en mí, hice un esfuerzo por alargar uno de mis brazos con la palma de mi temblorosa mano extendida. Sentí todo mi ser flaquear, no, no podía recibir aquella cantidad de dinero por demostrar mi amor aún consciente de que él no sentía lo mismo, que yo sólo era un capricho prolongado por lo que estaba retirando mi brazo inconscientemente cuando noté el brutal codazo de Xiao Lang acompañado de una tajante y furiosa orden:

-¡Acéptalo! -

Y así lo hice, traicionando a mi corazón. Al empezar a contarlo mientras yo desplazaba los billetes como había hecho él previamente, Xiao Lang se percató de que faltaba una parte recientemente pactada. Sus ojos se abrieron chispeantes, odiaba con toda su alma ser engañado pero fue la voz del señor Reed la que nos hizo a ambos levantar la cabeza y dirigirla a él. Siempre iba un paso adelante, sorprendiendo en vez de ser sorprendido.

-No se alarme, el resto se lo entregaré después... Si le parece bien. -Sus últimas palabras fueron un tanto jocosas pero Xiao Lang apretando los dientes, se vio obligado a aceptar su palabra.

Resoplando me agarró del brazo para que marchásemos a desvestirnos en otra habitación. Un pudor desconcertante en él, que no le importaba romperme el trasero en la calle si era necesario y apenas solía cubrir su delgado pero atlético cuerpo con ropa pero en ese momento me alejaba de la penetrante mirada del mago.
-¿Te da corte desvestirte ante mí? Pequeño lobo. -Le picó un tanto malicioso el señor Reed acomodándose en su sillón de alto respaldo provocando una súbita detención de sus pies. -Me decepcionaría mucho ya que había oído que eras un tanto descarado... -Agregó en cuanto Xiao Lang giró su cabeza, silencioso.

Una sonrisa retorcida se dibujó en sus labios y suavizando la presión sobre mi brazo, deslizó a continuación su mano hasta estrechar la mía. Sé que cuando me miró buscó mi complicidad, en esa clase de juegos ha de haber mucha complicidad. Le dediqué una amplía sonrisa arrugando levemente la frente. Juntos y todavía tomados de la mano nos posicionamos ante él, que nos miró expectante.

-Eso está mejor. -Comentó y sus ojos de intenso azul brillaron.

El rubor que se había difuminado un poco en mis mejillas ganó varios tonos tras esa mirada pero yo sabía que ganaría más a medida que el asunto se fuese desarrollando. Sin vaciar, como era su estilo, Xiao Lang se lanzó contra mí con un beso voraz, tanto que pude notar el sabor de la sangre en mis labios. Me había mordido con pasión como iría haciendo por cada parte de mi cuerpo que dejase al descubierto para el mago. A cada mordisco, le seguía un lametón que me hacía convulsionar de dolor y placer pero sus manos no se quedaban quietas, abierta mi camisa de puro color, recorrían mi piel con vigor hasta ir a parar a mis rosados e indefensos pezones, intensificando las emociones que se apoderaban de mí meramente al apretarlos entre sus dedos. Estaba decidido a mostrarle al señor Reed que me lo hacía pasar mejor, mucho mejor que él y a veces mis elevados chillidos suplicándole gentileza no causaban ninguna clase de efecto en él. Llegado mi turno no estaba seguro de si lograría excitarlo de igual manera, respirando hondo para estabilizar a mí corazón, me acerqué a él y colocando mis manos sobre su rostro le besé. Un beso largo y sutil hasta que su lengua se movía contra la mía, originando que nuestras bocas se juntaran y se separasen entre cálidos jadeos. Tan mal no me iba descendiendo con mis manos por su fibroso torno noté que su inerte miembro se apretaba contra mí a esa inexistente distancia.

-Sólo tú me pones así de cachondo. -Me susurró al oído antes de caer de rodillas, nuevamente presa de esa marea de emociones que se despertaban en mí debilitando mi cuerpo. Sus mejillas lucían tanto a más rojas que las mías y su boca estaba entreabierta a causa del sofoco. Estaba claro que no había yacido con el mago pensé.

Si hubiese sido por Xiao Lang lo hubiésemos hecho ahí mismo pero como el caballero que era, al señor Reed se le ocurrió proseguir en un terreno más confortable que la madera. Un breve descanso que agradecí hasta tumbarme boca arriba en la extensa cama, esa cama que tan buenos ratos me había traído. A pesar de la espesa penumbra que nos rodeaba, podía distinguir sus rasgos de chico solitario e indomable pero optimista aunque al quitarme mis gafas en tanto cerraba mis ojos para degustar otro prolongado beso su imagen se tornaría borrosa. Iríamos como ciegos, guiados simplemente por las sensaciones. Eso bastaba para ponerme muy muy caliente...

Realmente aquello comenzaba a darme un mal presentimiento pero había dado mi palabra. No es que fuese a ser la primera vez que participase en algo del estilo pero ya os digo que había algo en él que me ponía los pelos de punta. Ojalá hubiese bebido más alcohol me lamenté vislumbrando su alta figura. El apenas audible sonido de lo que sería una llave girándose me puso el doble de tenso. Como en tantas otras ocasiones, tenía que dejar de pensar o limitar mis pensamientos en algo agradable pues sabía que después de tanto tantísimo tiempo, no resultaría placentero.

-Vaya, con lo fogoso que se te veía, si esta pausa es por mí, tranquilo, puedes proseguir. -Me dijo, desabotonándose la serie de botones que tenía su traje color celeste tradicional chino. Uno a uno, con calma casi inhumana.

Cada vez me desmotivaba más y más la idea de ser tocado, besado y penetrado por ese individuo. Resoplé entrecerrando los ojos. Sin embargo yo había follado con tipos peores como él tuvo la gentileza de recordarme al oído sobre mí igual de desnudo que nosotros. Por alguna rara e insospechada razón sentir su erección me avergonzó pero negando a creerme tan mojigato por tan poca cosa, lo atribuí a las cosas que me susurraba en perfecto chino al oído entre beso y beso por mi cuello. Me desconcentraba, el muy cabrón con cada roce de sus labios humedecidos y sus manos me ponía realmente complicado follarme a Eriol, que aguardaba conteniendo la respiración.

-Un lobo, ciertamente adecuado. -Bromeó él recorriendo la oscura tinta sobre mi piel formando la figura de una cabeza de lobo entre un circulo. Sonó tan sexy que cuando quise replicarle no pude reprimir un agudo gemido. A ese paso iba a ser yo quien se corriese primero. Lo que era capaz de hacer con una mano pues la otra sostenía con delicadeza pero suficiente firmeza mi cuello curvado hacía la izquierda. -¿Sabes? Me lo estás poniendo más fácil de lo que esperaba. -Agregó con un deje de aparente desilusión. Tenía razón y no veáis como me jodió, mucho más que lo que ocurrió al instante siguiente.

Sus dedos acudieron al oscuro y diminuto espacio negro que era mi ano entrando sin permiso, al principio pude sentir uno que fue el que me sorprendió pero luego le siguieron otros dos estando ese por la mitad. Una sonora y malsonante exclamación brotó de mi boca hasta que poco a poco conseguí contener el dolor. Era como revivir mi primer polvo, que mierda. Al menos esa vez no cayeron lagrimas como él alabó. Si hubiese dicho algo más, le hubiese mordido pero me deje besar. ¡Lo juro! Muy a mi pesar, su directo acto obró que retornará la consistencia y dureza de mi pene.

-Animo, pequeño lobo, quiero disfrutar de ti mientras tú disfrutas de él. -Me soltó el muy bastardo, al dirigir mis ojos hacía los suyos, éstos estaban oscurecidos de total deseo. Como si eso si le entusiasmase. -No me mires así, ambos nos morimos de ganas. -Añadió jadeante, lo que me indicaba que no me quedaba otra. Suponiendo que intuía muy bien lo que pasaba por mí cabeza ni me planteé preguntar cómo coño sabía que le miraba de muy mala manera.

Sigo sin saber si fue cortes o bizarro pero se adentró en mí al rato de yo hacerlo en Eriol, que se había estado divertiendo sólo hasta llegar ese momento. Recordé algo, no es fácil embestir cuando alguien superior a ti te embiste, en todos los sentidos pero estuvo bien, nuestras voces se elevaban unas contra otras como si fuese una competición y nuestros cuerpos desprendían tantísimo calor que ni el horno más grande y abrasador nos hubiese superado. Sentí su blanco jugo salir con tanta violencia en la última embestida que de verdad mi alarido fue de pánico pero no obstante yo también conseguí un buen orgasmo.

Observando como Eriol se vestía a medida que hallaba las diferentes prendas que cubrían su pálido y sedoso cuerpo, agregando unos cuantos billetes más al generoso montón me sentí eufórico como todo vencedor en un crudo duelo o juego porque la pasta volvería a acumularse en mis bolsillos y Eriol seguiría siendo mío. Aún sin saber a con seguridad si me querría como tanto parecía haber querido al mago.

La parte final y más morbosa (aparte de ardiente) de mi FanFic Tainted Love, cuya idea original fue variando para mi sorpresa XD Pero si os asombra, me daré por satisfecha pues me encantan ese tipo de finales e_e Ahora pues cuando se me ocurra o no tenga nada mejor que escribir me pondré con los EXTRAS (Sólo dos historias más) También la podéis encontrar en mi cuenta del FF.Net ya que es un FanFic y ahí pongo los que yo creo mis mejores FanFics o los FanFics que estoy empezando a escribir ahora ^^

http://www.fanfiction.net/s/8240465/1/FanFic-CCS-TAINTED-LOVE

domingo, 18 de agosto de 2013

SOLIS et LUNAE 2

NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Esta historia sería una especie de Spin-Off surgido al meditar acerca del pasado de uno de mis personajes originales (Solis Crowe) que yo creo se va a volver relevante al llegar a las últimas historias dentro de mi FanFic Crossover LOL 
Como siempre, esta historia sería clasificada M (+18) y es un AU, es decir trascurre en un Universo alternativo 
Por último, me valgo de algunos personajes creados por CLAMP como el padre de Clow o el propio Clow (más o menos) en el diseño de los protagonistas al igual que un tanto de Tomoyo para otro ^^U (Obviamente  lo menciono porque son creaciones exclusivas de ellas)

FanFic Crossover Spin-Off
- SOLIS ET LUNAE -

"La familia es un nido de perversiones."
Simone de Beauvoir

Solis

Justo antes de que empezase a amanecer, ya podía oír los conocidos pasos de su igual o por decirlo de un modo más claro, su hermano gemelo, lo que solía ocasionar un animado despertar. A pesar de la continua penumbra en la que convivían, el hechicero de oscuros y lisos cabellos en contrapunto con su pálida piel no necesitaba ver a su hermano con claridad para deleitarse en imaginar como su figura de idéntica belleza se aproximaba al lecho compartido siendo despojada de sus gruesos ropajes negros. Sus ojos grises como la espesa bruma centelleaban llenos de pícaro interés al encontrarse con los de su hermano, de igual color pero distinto trasfondo.

-¿Qué tal tu noche? -Después de un apasionado beso de recibimiento el oscuro hechicero preguntaba dejando ciertamente ruborizado al otro. -¿Hallaste algo interesante o que yo deba saber? -Agregaba levantando una fina y oscura ceja con los ojos entornados alzando la sonrojada cara de su hermano con una mano situada bajo su barbilla.

Lunae negó todo lo convincente que pudo consciente de la personalidad fuerte, dominante y desmedida de su hermano, al cual no sólo tenía por tal sino como única figura paterna o de autoridad en su limitado mundo. Desde que pudiese recordar, siempre había vivido así y aunque cada vez albergaba mayores deseos de cambiarlo, se sentía demasiado pequeño y estúpido como para enfrentarse a Solis, nombre que le iba como anillo al dedo.

-Eso es bueno, significa que El reino de Mab no ha sufrido intrusiones. -Comentó en tono burlón el hechicero. Sabía perfectamente que su hermano ocultaba algo ya que no era extraño en él pero era demasiado temprano para sonsacarle lo que fuese que ocultase. -Porque si hubiese sucedido algo sospechoso, me lo harías saber, ¿verdad Luna mía? -No obstante, preparó el terreno fingiendo poner a prueba su fidelidad.

-Ya sabéis que así lo haría, hermano. -Afirmó Lunae conteniendo sus nervios, que se agrupaban y concentraban en la boca del estomago como un grupo de culebras revoltosas. -Pero fue una noche como cualquier otra. -

Dedicándole una sonrisa, Solis asintió y Lunae recobró algo de calma mientras se tumbaba boca arriba pues había permanecido un buen rato sentado frente a su hermano a punto de girarse para quedar de medio lado mostrando su ancha y clara espalda. Una espalda irresistible de besar bajo su largo y sedoso cabello negro. Retirándolo hacía un lado Solis se proponía posar sus labios sobre ella y recorrerla lentamente pero el inesperado y reprochante graznido del oscuro ave posado sobre lo que parecía un pedestal de tosca piedra en un rincón se lo impidió.

-¿Qué ocurre? -Exclamó Lunae abriendo los ojos al mismo tiempo que se volvía para incorporarse. -¿Hay algún peligro? -Demandaba saber, alterado, en voz alta como siempre hacía cada vez que su compañero plumifero emitía tales sonidos. Solis tras dedicar una fulminante mirada al animal que calló comprendiendo su suerte posó sus manos sobre los tensos hombros de su hermano y con voz suave le respondió:
-Nada, hermano... Sólo que algún día mataré a ese pajarraco negro... -

-¡Oh! te refieres a Darko, Él es nuestro guardián, no creo que debieras hacer eso. -Comentó el otro hechicero pensativo y un tanto disgustado ante la idea que sugería su hermano.

-Lo sé pero a veces resulta tan... Molesto. -Pensó deliberadamente en voz alta Solis entornando sus ojos plateados, bien atentos a la persona que tenía en frente y a la que acariciaba parte de su rostro con una mano. -Además a menudo parece albergar demasiada personalidad propia... -

-Por favor, hermano, no lo matéis, nuestra magia moriría con él... Además yo... A mí si parece obecerme un poco más. -Sintió la necesidad de implorar al otro hechicero, por la vida del animal, único ser hasta el momento parecido a un amigo que poseía. Acto que complacía en incontable medida a Solis, que mucho más consciente de lo que supondría vivir sin él, aún deseándolo fervientemente no tenía intención alguna de matarlo. Arrugando la frente como acto reflejo negó con la cabeza y tranquilizó a su hermano.

-Si consigues que se porte bien, no tendrás que preocuparte por ello. -Fueron las palabras ofrecidas junto a una sonrisa que lo garantizaba. -Ahora descansa, el día no es tu momento más favorable. -

En cambio el suyo sí que lo era. Asintiendo Lunae le dió la razón pues le costaba mantenerse tan activo como por la noche le ocurría. Con la sensación de que los pequeños y luminosos ojos del ave negra no se apartaban de ambos, enfurruñado tomó la decisión de abandonar el cálido lecho. Definitivamente aquel ser no le guardaba ningún tipo de confianza pues allá donde fuese, el animal giraba su emplumada cabeza negra para proseguir con su vigía. Guardando su hermoso cuerpo bajo capas y capas de oscuras y grises telas bien fijadas por un grueso cinturón el hechicero estaba listo para ocuparse de sus tareas. 

Bien, pues aquí tenéis una segunda parte pero contada por Solis n_n Como podéis ver o podréis ir viendo Solis es el que lleva la voz cantante entre los dos hermanos XD Además de ser muy retorcido... La siguiente podría ser contada por Solis pero le correspondería a Lunae, bueno, lo que vosotros queráis ;)
MARY

domingo, 4 de agosto de 2013

SOLIS et LUNAE

NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Esta historia sería una especie de Spin-Off surgido al meditar acerca del pasado de uno de mis personajes originales (Solis Crowe) que yo creo se va a volver relevante al llegar a las últimas historias dentro de mi FanFic Crossover LOL 
Como siempre, esta historia sería clasificada M (+18) y es un AU, es decir trascurre en un Universo alternativo 
Por último, me valgo de algunos personajes creados por CLAMP como el padre de Clow o el propio Clow (más o menos) en el diseño de los protagonistas al igual que un tanto de Tomoyo para otro ^^U (Obviamente  lo menciono porque son creaciones exclusivas de ellas)
Sólo si os gusta añadiré más partes ^^ 

FanFic Crossover Spin-Off
- SOLIS ET LUNAE -

"La familia es un nido de perversiones."
Simone de Beauvoir

Lunae

Estaba tiritando cuando él la halló, encogida sobre el sucio suelo de tierra y diversas piedrecitas que sin duda habrían lastimado sus pequeños pies, abrazada a sí misma y un enternecedor gesto de temor y penuria no parecía haber sido suavizado ni siquiera por el sueño en su rostro de delicadas y pequeñas facciones. Mirando a izquierda y derecha como si se tratase de un ladronzuelo, arrugó la frente inseguro de que hacer con la jovencita cuyas anchas y sucias ropas indicaban que pertenecía a un grupo de hechiceros. Su buen corazón le gritaba que hiciese algo por ella pues la zona en la que había acabado no era adecuada para ningún hechicero, mucho menos para uno en practicas más su raciocinio le ordenaba con voz alta y autoritaria que retomase su paseo en aquella fría y oscura noche de Luna llena, única compañera, lejana y bella. Tan bella y cautivadora porque era inalcanzable al igual que la niña que yacía frente a él de piel clara a pesar de sus rosadas mejillas, nariz o palmas de los pies, pero dueña de una extensa y suave cabellera negra y brillante al recibir los rayos del sol sobre sí. Inclinándose la observaba con una entristecida sonrisa en sus labios el doble de debatido. Mil ideas absurdas y temerarias cruzaban su usualmente calmada y mansa mente     tales como atreverse a acariciar aquellas rosadas mejillas con afecto. Así sabría con certeza que color poseían sus ojos en caso de ser repentinamente despertada. Estaba tan embelesado que cuando el ave de oscuro e inquieto plumaje graznó posicionado sobre su hombro derecho se sobresaltó.

-¿¡Qué!? -Fue la exclamación que escapó de su boca, al instante siguiente cubierta por ambas manos mientras se erguía lentamente dirigiendo forzosamente sus ojos grises y traslucidos hacía el animal, frunciendo el ceño.

Como si fuese un juego contra él, el ave emitió otro desagradable graznido agitando su cabeza. La expresión de fastidio se acentuó en el hombre joven que le miraba entrecerrando sus ojos con un dedo colocado sobre sus labios rápidamente pues temía la reacción de la joven hechicera, quién comenzó a removerse claramente agitada por los sonidos del animal aunque por fortuna sus ojos continuaban cerrados. Arrugando una vez más su frente al lanzar sus ojos hacía ella optó por una solución intermedia desprendiéndose cuidadoso de su oscura y gruesa capa toda del color de la oscuridad como prácticamente hacía gala el resto de sus ropajes. Permitiéndose brevemente el lujo prohibido de tocarla, pasó con delicadeza la palma de una de sus manos por su largo y sedoso cabello pronunciando unas de las extrañas palabras que habían sido compartidas con él por su hermano gemelo. Único humano que veía con frecuencia y con el cual convivía. 

-Duerme, pequeña paloma, duerme. -Agregó a modo de despedida escuchando el tenue ritmo de la respiración relajada de la niña. 

Estaba a mitad de camino cuando un impulso poco frecuente en él le hizo retornar hasta ella para alejarla de aquella zona del bosque aún siendo consciente de la injusta regañina que se le avecinaba en su hogar, hogar que para cualquier otro hubiese resultado de todo menos un hogar. 

Esto os dejo por ahora, a modo d)e prueba, si queréis más, decídmelo en un comentario ^w^ (No sólo me animaría a continuar, me animaría a ir poniéndolo aquí