domingo, 26 de octubre de 2014

PEQUEÑA REFLEXIÓN...

EL CUERPO Y EL ALMA

Si todos los sabios del munco coinciden en que somos más que materia, piel y huesos, ¿por qué seguimos temiendo nuestro destino? Cierto que mientras el cuerpo se rompe o se desgasta, se arruga o se deforma como un envoltorio, el alma no, como el caramelo que aguarda protegido. Sólo hay que recordar que recordar que la esencia de las cosas no reside en las cosas, que siempre ha ido mucho más allá como el ave que sale del cascarón o la cara debajo de la mascara pero seguimos temiendo lo que ni siquiera hemos experimentado aún, no hay esperanza ni un poquito de confianza. Quizás por eso no haya ya respeto ni por los fantasmas ni por la otra realidad o otros estados de conciencia. No, nos llamamos locos porque nos aferramos al cuerpo, dejando como algo ilusorio al alma y la conciencia. Lo que en verdad deberíamos hacer es cuidar del cuerpo y prepararnos para liberar el alma porque el alma regresa a su lugar y el cuerpo como todo lo material habrá un día que aquí se quedará.