domingo, 16 de agosto de 2009

TENTACIÓN


Sí, predicar por esas calles no es fácil, tratar de llevar al buen camino a esas gentes tanto tiempo descarriadas, no es nada fácil pero el padre Sam se esforzó toda su vida, además, cosa curiosa, con entusiasmo pero a veces como hombre que también era sentía ciertos deseos que le distraían de su misión. Al principio era divertido verse tentado por toda clase de gente pero la cosa se volvía difícil cuando era alguna que otra prostituta de la zona la que le ponía en aprietos. Él siempre había sido un muchacho muy timido a la hora de relacionarse intimamente con muchachas, además eso era pecado y puesto que él siempre quisó ser un buen cura, había que ser virgen y virgen se quedó muuuuchos años hasta el día que cedió, bueno todos creían que iban a morir y como último deseo estubo bastante bien. Lo gracioso es que eso de tentarle no era más que otra travesura, una tonteria para pasar el rato a costa del bueno de Sam, los chicos cada vez que le veía caminar por las calles hacían apuesta con Nigger y claro cuanto más putearan a Sam más divertida se volvía la apuesta:
-¡Eh blanquito, ve preparando la cartera, está entrando al barrio de las prostitutas!
-No hables tan rapido, nuestro hombre es un hombre de Dios y dudo mucho que sepa lo que es la libido.
-¡Ya verás, ya verás! Mis chicas pueden ser muuy ardientes, ningún hombre se les puede resistir.
M es todo un cabrón en ese aspecto pues le suelta a Nigger, el rey de las apuestas, que confía plenamente en el celibato del padre Sam, lo cuál a Nigger le resulta patético y tras una discusión a pleno pulmón Nigger hace la apuesta. Es siempre igual, divertido pero cruel gane quién gane, suele ser M. Mientras el padre Sam viene y va, eso sí con el rosario entre las manos, un hombre templano necesita muucha oración para no perder esa templanza ante la tentación ¿no?

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