domingo, 8 de mayo de 2011

FanFic Slayers DIFFERENCES



NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):

No sé por que pero a mí parecer El gran sabio Lei Magnus luce muy oriental y Rezo, sin embargo, más occidental. Cuando ví por primera vez a Shazard Lugandi me dió un sincopé, porque yo lo imaginé atractivo, con carisma y un puntito de malo como Lei Magnus o Rezo, más como Lei Magnus, la verdad. Por lo que y como a veces me gusta escribir historias cortas chocantes o generalmente divertidas entre personajes o muy dispares o con gran caracter, se me ocurrió, para el FanFic Eterno Poder, que Rezo, Lei Magnus y Shazard Lugandi fueran de una generación más cercana los unos con los otros, no como en la historia original, la cúal mola mucho, de modo que además son un buen reclamó para explicar algunas cosillas también XD Con que nada, aquí una historiecilla corta sobre lo bien que se llevaban Shazard Lugandi y Lei Magnus XD


El ambiente en el sencillo hogar del llamado Monje Rojo no era lo mismo desde que llegase en tán malas condiciones de su viaje, todos andaban muy preocupados pues les era extraño que un hombre tán prodigioso les llegase en ese estado a manos de otro hombre, que sin duda, tampoco tenía nada de vulgar. Aquel hombre de cabellos tán oscuros como la noche y tán largos y finos como los que podrían poseer una de esas damas tán exoticas traidas del otro lado del continente y expresión seria desprendía una fuerte esencia magica, Dilgear el hombre-bestia no tenía duda alguna de que debía de tratarse de otro poderoso hechicero, por lo que le condujó hasta la humilde cabaña sin objecciones. Pasando varias semanas desde la llegada de su señor, el buen Rezo parecía seguir sumido en un profundo sueño. El jovencísimo Zelgadiss deseaba saber, necesitaba saber si su querido Rezo retornaría al mundo de los despiertos, por lo que a menudo, siempre que lograba llegar hasta el cuarto que compartía con él, hacía lo imposible por abrir la puerta de restaurada madera para al menos permanecer a su lado pues en cualquier momento podría despertar y el niñito deseaba estar a su lado en ese momento. Sus esfuerzos, tanto fisicos como magicos eran inútiles, por lo que los hombres de Rezo, Zolf y Dilgear, lo encontraba llorando sentado apoyandose en la puerta.

-Es normal que no puedas abrir la puerta. -Le explicaría un día un inesperado amigo y compañero de Rezo. -Pues esta puerta ha sido sellada por un hechicero tán poderoso como lo es Rezo. -

-¡Shazard! -Exclamaría el niño frotandose los ojos para deshacerse de las lagrimas que empañaban sus ojos y alzando la vista para mirarle. Una breve sonrisita se dibujó en el rostro del niñito. -¿Qué haces aquí? Preguntaría a continuación.

-En cuanto me enteré de que Rezo había regresado pero que no estaba impartiendo clases, lo mandé todo al carajo para comprobarlo por mí mismo. -Le respondió con su inolvidable enfasís. -Por cierto, ¿es cierto que cada X tiempo vienen por aquí dos hechiceros? -

-Así es. Uno es muy alto y tiene el pelo tán largo como tu y el otro es realmente hermoso y más amable. -Le confirmó Zelgadiss.

Ese amigo y compañero de Rezo, cuyo nombre era Shazard Lugandi, apoyandose sobre la pared se pusó a meditar unos instantes mientras el pequeño Zelgadiss le observaba arrugando la frente. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que visitó a Rezo. A Shazard le gustaba compartir sus ideas con Rezo y de paso, pedirle más de un consejo pues Shazard veía en Rezo algo más que un amigo, veía a alguien que le ayudaba a dar lo mejor de si mismo sin que eso resultase una obligación o un deber. Gracias a Rezo, Shazard se animaría a conseguir el titulo de hechicero y a partir de eso, iría animandose a conocer más magía. A Shazard, a pesar de esa imagen de tipo indiferente, también le preocupaba lo que pudiese pasarle a Rezo. Por ese motivo estaba allí y en parte, porque sentía que debía ocuparse de Zelgadiss hasta que Rezo se recuperase. Tal y como Zelgadiss le confirmó, aquellos hechiceros aparecieron de nuevo. Shazard, al mando temporalmente, sería quien antes de abrirles las puertas y permitirles realizar lo que hubiesen ido a realizar, les echaría un buen repaso.

-Hemos venido a visitar a Rezo. -Anunció el hombre de largos y oscuros cabellos. Sus ropajes resultaban ser de gran elegancia y la capa que le cubría gran parte del cuerpo y toda la espalda era de un fuerte rojo sujeta gracias a unos gruesos cordones entrelazados pasando por una gema de vivo color rojo de gran tamaño. En una de sus manos llevaba un bastón plateado de forma curiosa.

-¿A sí? ¿Y puedo saber por qué? -Preguntaría Shazard, que no parecía confiar mucho en ellos.

-Eso no te incumbe, simplemente permitenos pasar. -Le replicaría. -Tenemos muchos asuntos más que atender. -Añadiría sintiendose molesto al encontrarse con ese imprevisto. Lei Magnus era un hombre meticuloso, ordenado y muy metodico, no era de su gusto, encontrar imprevistos o recibir sorpresas. No le gustaba perder el tiempo pues era cierto que siempre andaba muy ocupado, el hechicero que le acompañaba lo sabía muy bien, por lo que usando parte de su gran talento, se dispusó a hablar para que así pudiesen cumplir con ese deber y para que su Señor no cometiese un acto del que pudiesen arrepentirse.

-Tal y como ya le explicamos a los individuos que se encontraban aquí el día que trajimos a Rezo, cada dos semanas venimos a examinar y confirmar que Rezo va mejorando. -Respondió trás aclararse la garganta. Su voz resultaba suave y encantadora por lo que Shazard Lugandi les permitió pasar, sin embargo aún seguía desconfiando de Lei Magnus.

-No te pongas así, Shazard. Fuí yo quien se lo permitió. -Le aclaró Dilgear mientras los hechiceros hacían su deber. -Por si no lo sabías, ese no es un hechicero cualquiera. Es Lei Magnus. -

-Vaya, vaya... Aún así sigue sin gustarme del todo. -Dijo Shazard haciendo una mueca.

No hay comentarios: