martes, 27 de enero de 2009

EL ARTE DE ATERRORIZAR

Era un cuadro perturbador, le encantaba pero jamás tendría tal importancia en ese lugar como para colgar por las paredes ningun cuadro, ni bonito ni feo pero tras mucho tiempo sin su trabajo estable, no le importaba, le bastaba el hecho de volver al manicomio, pero está vez como psicologo no como loco... Se sentía tan satisfecho consigo mismo, había escapado sin dejar huellas y volvía al trabajo que tanto amaba... Pero en las largas horas que pasaba en su despacho por la noche aún le rondaba algo por la cabeza, algo que deseaba que no volviese a por él pero que tarde o temprano volvería, en efecto, a por él... Es que por más que uno lo intente, uno no puede huir del miedo ¿Cierto o me equivoco?... Volvía a tener atroces pesadillas, bueno siempre las tuvo pero ahora eran mucho peores, más reales, despertaba temblando y todo sudado, por suerte había algo que le hacía valiente, fuerte y por desgracia liberaba su lado más perverso pero no podía dejarlo, sabía que no era bueno pero no quería dejarlo... Tan sólo es un montón de despojos de tela y un sombrero descuidado, eso no hace daño a nadie, podría utilizarlo con los niños para enseñarles que no hay nada que temer, que todo es fruto de la mente. Siempre se decía lo mismo, que sería algo inofensivo pero claro cuando oía los miedos de los niños, nada infantiles, terminaba apareciendo El espantapajaros para aterrorizar a unos cuantos malos, muy malos padres de la zona... ¡Van a sentir en carne viva el mismo miedo que sufren sus hijos!
Bueno ahora algo un poco más bonito, espero que os gusten ambas cosas... La historia, el dibujo y este cuadro ;D (No es mío, es de una amiga mía muy artista)

1 comentario:

Asilo Arkham dijo...

¡Órale! Me gustó mucho esta historia. El Espantapájaros es uno de mis villanos favoritos -prefiero llamarlos criminales dementes-; es uno de los personajes más interesantes del universo batmaniano.

Me recuerda una película canadiense, donde se dice que "una montaña de músculos no es suficiente cuando el miedo está muy arraigado dentro de nosotros".

Un abrazo muy fuerte, Mary.