lunes, 7 de marzo de 2011

FanFic Slayers RED GLUTTONY III


NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Hablar de angeles y demonios suele a menudo ser complicado, especialmente si surgimos de la idea de que son criaturas que viven o habitan en otro plano astral diferente al que los humanos residimos como se dice en Slayers pero esforzandome y basandome en esa idea yo os los describo como criaturas benevolas que usan a los humanos con el permiso de estos o criaturas malvadas que aprovechan la debilidad de los humanos usandolos con o sin permiso pues sólo los de rango más poderoso pueden adoptar forma física aunque el día que la pierdan no podrán volver a representarse de ese modo. De ahí también que la magía astral sea tán buena contra los demonios, ya que les ataca no sólo fisícamente como la shamanistica sino que también ataca a su autentico ser o esencia. En mi rebuscada explicación a la existencia de angeles y demonios en Eterno Poder me basó también en las leyes del ying y el yang, ya sabeís, equilibrio porque Khem crea la magía del Kaos a partir de esas deducciones. El concepto de la dualidad también me ha influido para dar una explicación o mi explicación a la creación y conceptos de la magía del Kaos. Yo tiendo a ir por el buen lado pero tál y cómo dije una vez a mi madre en misa, no soy cien por cien buena, tengo un cincuenta porciento de maldad y otro cincuenta porciento de bondad. De ahí que para derrotar a Khem, supongo y acopló de la idea original en Gaiax sea necesario el poder de los demonios, el poder de los angeles y el poder astral... Bueno vamos con la historia que cuanto más cuento más me lio XD
Los demonios que diambulaban por los cementerios o por aquellos lugares en los que hubiese habido una gran devastación con gran cantidad de victimas humanas presentían que algo raro ocurría. Aún sin ser del todo sorprendente no era normal que hubiesen tantos terrenos devastados. Incluso a los demonios clasificados de mayor nivel en la jerarquia demoniaca podían advertir ese cambio que comenzó como comienzan muchos otros sucesos, en relación a lo que se presumía ser la expansión de un reino. Examinando una de las zonas que habían sido conquistadas recientemente, uno de los demonios apodados ancestrales debido a su puesta en escena en la tierra hacía eones como informadores o recolectores dió de bruces con lo que sería una pista del culpable. Su aspecto austero y desgastado le había mantenido inadvertido desde el primer momento en que apareció entre los humanos, tras una larga capa negra desteñida de lana ya desilachada y aspera se podían entrever ropas anchas y sencillas con algunos remiendos. Rara vez iba con el rostro descubierto y rara vez se quitaba las joyas con las que mantenía la capa sobre su cuerpo. Su rostro era engañoso al igual que la sonrisa que solía presentar su boca. Por el color de su piel y sus pequeños y rasgados ojos se le podía dar el apodo de extranjero. Sus ojos brillaban rojizos allá dónde se encontrasen, caracteristica que indicaba a los siervos de otros grandes demonios que iba con el llamado Dark Lord Ojos de rubí. No sería una pista material como bien le hubiese complacido pero esa fuerte esencia magica que se adentró en lo más profundo de él dejandole en un placido estado siendo extraña a la par que familiar le indujó a pensar que alguien estaba detrás de aquella creciente destrucción y no era un simple gobernante humano.
-Te juro que lo que esos demonios de bajo nivel comentan entre ellos es cierto. Ese gran cambio que esta sucediendo no es cosa de simples humanos. -Le comentó con expresión traviesa a la ancestral conocida por el nombre de Zellass Metallium, la cúal escuchaba a su hermano y compañero demonio con gran interés.
-Creo que eso no era dificil de adivinar, pero si no se trata de simples humanos, ¿qué otra criatura en este lugar podría provocar esa esencia magica que sentiste? -Preguntó la esbelta y hermosa ancestral sin que en su voz se apreciase ni un apice de temor o preocupación. El ancestral no dijó palabra, simplemente se quedó mirandola con una ceja arqueada y una sonrisa. -Habrá de ser desvelado lo antes posible. -Añadió.
De inmediato el ancestral se esfumó comprendiendo las últimas palabras de Zellass a modo de orden más que de sugerencia. Zellass sonrió y retomó su labor, no siendo otra que engañar a los desesperados y estupidos humanos que buscaban a sus personas queridas desaparecidas adoptando el papel de bruja vidente. Siendo una labor arriesgada pero llena de beneficios. Al igual que el ancestral con el que solía mantener algunas conversaciones, ella había sobrevivido engañando y manipulando a los humanos fingiendo ser una bruja. El ancestral tomó su forma humana apareciendo en una de las callejuelas de una ciudad no muy concurrida, como era costumbre en él, se encaminó hacía la plaza, en la que muchas prostitutas vagabundas y mendigos se plantaban día tras día con la esperanza de conseguir unas monedas. Le alimentaba la tristeza y rabia que sentían al ser rechazados o ignorados. Se sentó dejandose practicamente caer al frio suelo de piedra y tapandose más de lo necesario, extendió una mano suplicante al igual que hacían muchos otros mientras con la otra sujetaba un bastón de madera. Lo único que obtendría aquella tarde sería una regañina por parte del arrogante Valgaav, quien se creía más cercano de los Dark Lords que los ancestrales siendo tán sólo mitad demonio.
-Una limosna, ¿sería tán amable de darme una moneda? -Pediría el ancestral con voz lastimera fingiendo ser un pobre vagabundo dejado de la mano de Dios, provocando la ira del mitad demonio mitad dragón. Sus ojos color esmeralda se dirigieron fulminantes hacía los rojos ojos del demonio. Agarrandole por el cuello exclamaría:
-¡Si quieres riquezas deja de fingir ser lo que no eres! -
Palabras que fueron escuchadas por los demás mendigos, que le dedicarían una mirada de desprecio al tomarlo como uno de los suyos. Valgaav daría varios gritos más, cada cúal más extridente hasta dar por inútil aquella regañina. El ancestral asentía sin perder la sonrisa, para Valgaav era el demonio más insoportable de todos. Le respetaba pero le odiaba con todo su ser. Uno de los multiples encantos que poseía ese ancestral era precisamente ese, desesperar y fastidiar a todo aquel que estuviese a su lado. Al rato, en nombre de todos los mendigos, una hermosa aunque desgarbada mendiga pelirroja le indicaría que si no era realmente un mendigo como ellos, se marchase.
-Eres muy mandona para ser tán hermosa. -Le contestaría él al levantarse, antes de marchar hacía otro lugar. -Aunque ahora que lo pienso, las brujas más poderosas sois así. -
-¡¿Y tú qué sabrás?! -Exclamó procurando no alzar demasiado la voz, temerosa de que los otros mendigos o las gentes del comercio supiesen algo así. Esa sería la última vez que el demonio vería a la muchacha, pasado un rato despúes de su partida, un agraciado joven le haría una proposición al principio ofensiva pero vividos tantos duros años aceptada por la mendiga. Cuando Zellass comunicó al ancestral que sabía quién podía ser ese poderoso individuo, el ancestral la miró con los ojos totalmente abiertos y la sonrisa burlona que solía adoptar se desdibujó mostrando una más maliciosa.
-¿En serio? Has de decirmelo de inmediato. -Le exigió aproximando su rostro al de ella.
-Adivinalo. -Le picó Zellass apartando al demonio con la mano.
Mientras ellos hablaban sentados sobre unas rocas, brujas de toda clase, brujos y demonios bailaban, mantenían relaciones sexuales y comían grandes banquetes desnudos tomando los alimentos con las manos cerca de las diversas fogatas que se habían creado para la ocasión a lo largo de aquel monte. Zellass contemplaba como los humanos se dejaban manejar por los demonios en estado de extasis mientras el ancestral probaba suerte:
-Cuando sentí esa esencia no logre reconocer de quien podía provenir sin embargo era agradable, cercana, no dañina... ¿Un demonio? ¿Valgaav, quizás? -
Zellass rió pues aunque dominaba la magía ofrecida por los demonios igual que un demonio y su alma no era pura, no tenía nada de demonio. Valgaav era mitad demonio y cierto que estaba haciendo grandes esfuerzos por alcanzar el lugar en el que según él debía estar lo cúal podía perfectamente hacerle encajar pero no era Valgaav ya que Valgaav era demasiado arrogante como para mover los hilos de un modo tán ingenioso. Observando que el desconcierto y las ganas de conocer la respuesta aumentaban en su hermano y compañero ancestral, Zellass, fingiendo generosidad, le concedió saber de quién realmente se trataba.
-¿Te has fijado en el hechicero aún vestido? Ese que lleva una larga capa roja que le cubre de arriba a abajo, es él. -
.¡¿Un hechicero?! ¡Ja! Imposible. -Exclamó el demonio al extender la vista y localizar al hechicero de rojo que Zellass le estaba indicando.
-Creelo o no. Eso es asunto tuyo pero te recomiendo no mezclarte con él. Los demás brujos le admiran pero temen toparse con él, las brujas pelirrojas le atraen y es capaz de atrapar la esencia de Nuestros señores oscuros. No es un brujo cualquiera. -Le recomendó, cosa que rara en Zellass, al ancestral y se unió a la celebración. No es que el demonio fuese estúpido pero para Zellass resultó fácil de saber gracias a algunos matrimonios que le suplicaron ayudarles a encontrar a sus hijas. Muchachas pelirrojas o de cabello anaranjado, virginales y curiosamente con habilidades inusuales. O a las cosas que se contaban unas brujas a otras sobre un hermoso joven de vestimentas color sangre que les daba caza. Zurum, otro ancestral, se lo confirmó así:
-Ese al que muchos temen como si se tratase del mismísimo diablo es mi señor. El me atrapó. Sus capacidades magicas son fascinantes y su mente es tán retorcida como la de un demonio del más alto nivel. Ha conseguido que el Dark Lord Zannafar le cediese parte de su esencia. Su Ego es mayor que el de los humanos normales. Zannafar le llama socaronamente Kaos Lord Khem. -

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