martes, 24 de abril de 2012

FanFic xxxHolic Retorcida ironía 2



NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD): 
Los personajes de CLAMP son creación exclusiva de CLAMP (Excepto aquellos cuyo nombre no reconozcáis) 
Historia narrada en tercera persona, para variar LOL 
La idea me ha venido muy recientemente meditando acerca de lo que los budistas piensan sobre la reencarnación. Bueno, el tema ese de que el alma se puede reencarnar infinidad de veces hasta corregir todos los errores vividos... Y llevándolo al terreno CLAMP pensé que en el caso de Clow, de seguro, una sola reencarnación no bastaría XD (Idea rara, de las múltiples que se me ocurren) 
ClowxYuuko (Implícito y explicito XD) 


 "La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe" 
Jacinto Benavente - Dramaturgo español 


 FanFic xxxHolic 
Retorcida ironía 


SEGUNDA PARTE 


Le estaba sucediendo otra vez, otra vez desde que el mago se marchase para no volver de ese mundo, correspondiente a nuestra dimensión. 


Sí abría los ojos, lo que vería sería una oscuridad infinita que en ocasiones anteriores la hacían estremecerse pero al ir pasando los años se había vuelto acogedora y familiar. Al ir a incorporarse, se detendría para observar a aquel que habría aparecido tumbado boca arriba a su lado. Por intensa y envolvente que fuese la oscuridad, tanto él como la bruja podían apreciar con claridad inaudita al otro. Silenciosas a la par que rabiosas lagrimas rodaron por el bello rostro de la bruja, se esmerase en tragarse esa ponzoña y se obligase día tras día a esperar la llegada de ese día, el día que tarde o temprano llegaría, aferrándose con uñas y dientes en que todo lo que experimentaba se desvanecería con esa existencia finalizando. 


 -Camarada, me alegra encontrarte aquí pero todavía no ha llegado ese momento, el momento en el cual volvamos a estar juntos. -Hablaría él abriendo los ojos esbozando una sonrisa lo justo para que la bruja le devolviese una mirada que remarcó su fastidio, alzando una fina y negra ceja con los ojos entrecerrados. 


Su voz continuaba pareciéndole odiosamente agradable y vagamente encantadora, siendo en ella fácilmente reconocible una calma, educación y entusiasmo que para la bruja eran claro signo de que su camarada no se tomaba nada en serio o que nunca pareció importarle las sabias palabras que de cuando en cuando le obsequiaba ella. Como la primera vez que el viento la hizo llegar a sus oídos. Limpiándose rápidamente las lagrimas mientras el mago mantenía sus ojos cerrados sin perder esa sonrisa que le daba fama de caballero amistoso, la bruja le replicó: 
-¡Mira qué eres pesado! ¡Si sigues así, claro que no! - 


Pero el sonriente hombre de cabellos igual de negros que los suyos, dueño de unas lentes redondeadas y coloridas ropas de corte chino bajo su larga y oscura túnica ya no estaba al volver su rostro a ese lugar. Quedándose nuevamente la bruja sola en la más profunda oscuridad Agachando la cabeza pasaría sus dedos por el solido espacio negro en que había estado leves instantes antes su forzoso compañero y único amigo dentro de cualquier comunidad magíca, Clow Reed. Meneando la cabeza mientras suspiraba y resoplaba. Toda la gente, en general, la hacían sentir incómoda o irritada al tener que ponerse a su nivel pero sólo con él se encontraba a gusto, sin forzarse a interpretar ningún emoción inexistente. Él poseía cualidades muy inusuales que llegarían a fascinarla después de desconcertarla además de que su poder era el mayor que hubiese sido capaz de albergar un hechicero, todos el resto de magos y brujas le alababan. Como esperar a salir del trance era un trabajo que solía resultarle si no costoso, aburrido, poniéndose en pie se concentró todo lo que su ser espiritual le permitió y se atacó a sí misma. El aire que emanó del gigantesco y luminoso circulo que se trazó en mitad de esa inacabable oscuridad, con un montón de figuras y signos representativos de un montón de antiguas creencias y relaciones con la magia, elevó las largas mangas y la holgada parte inferior del kimono que la protegía. Sería como recibir una pequeña descargar por lo que su cuerpo se agitaría unos instantes mientras sus ojos se abrían de golpe, aún calido a causa de la energía condensada en ella trás la utilización de su magia. 


 -A Clow solía disgustarle este modo de salir de un trance. -Susurraría con una pícara sonrisa que aniñaría su rostro, ya de vuelta al mundo de los conscientes.


En la penumbra, se quedaría sentada tratando de comprender ese sueño como solía hacer cada vez que tenía uno de esos sueños, que guardaban un significado más allá de lo lógico. Sus ayudantes no estaban en esa habitación, solo ella y el soldado desconocido. 

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