Cuando la pequeña Ilusión se transforma en Desilusión es complicadísimo estar con ella... Pero el gran Diversión sabía como hacerla volver, era el único que podía, sólo porque Ilusión se terminaba dejando. Todos temían a Diversión porque cuando se cabreaba se volvía un demente, siendo hijo de Locura y Alegria, era obvio pero la ingenua Ilusión nunca pensaba en esa pequeña disfunción, ella lo veía como a su hermano mayor, su heroe, su bufón y su gran amor. A Diversión le alagaba tanta admiración pero tenía tantas cosas que hacer y bueno la pequeña Ilusión era tan pegajosa, pero cuando se volvía Desilusión, todos le daban la matraca para que estuviese con ella y volviese Ilusión, es que convertida en Desilución podía enfermar ya que no comía, no hablaba, se quedaba en un rincón totalmente quieta como una estatua.
-A ver, ¿Ahora qué te han hecho? -Le preguntaba siempre, y siempre era por la cosa más simple del mundo, rabietas de niña mimada pensaba él pero alguna que otra vez era por algo serio, pero como no hablaba, costaba saberlo... Sí, un ser maravilloso pero complicado, siempre en proceso de algo y aunque algún día se convertiría en la nueva Esperanza, no estaba la cosa tan segura porque era tan sensible y con un humor tan cambiante.
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