viernes, 5 de febrero de 2010

LA MÚSICA, QUÉ APASIONADA PUEDE SER


Me encanta la vida nocturna. Se ven cosas que de día jamás deberías ver. En la zona baja, en la alta duermen. A la gente le asusta lo que somos capaces de hacer pero siempre vienen a verlo. M dice que es por nosotros, que sus chicos tocan como nadie ha tocado por aquí. Nosotros le dicimos que vienen a ver al loco de turno, a él. Supongo que sentimos autentica pasión haciendo lo que hacemos. Qué yo recuerde, cuando mi madre estaba de buenas, me enseñaba a tocar el piano, cuando me sentía solo, me escapaba y siempre acababa con Blackfield, el te dejaba hacer toda clase de cosas, nunca te gritaba histerico como tu madre. Nuestros instrumentos se convirtieron en nuestros primeros amigos, los más fieles. John siempre con su propia guitarra a cuestas, su hermano, con sus baquetas hechas por él, W al igual que John siempre iba con su violín, no le quitaba ojo. Yo, tengo que admitirlo, me he encaprichado del viejo piano que tiene Jack N en el Midnight Cabaret. Cuando dijo que ya empezaba a hacerse viejo y que debería comprar otro y tirar este, me dolió. Tuvé que convencer a M para que entre los dos pudieramos hacer que ese piano mejorará y mejoró, mejoró muchísimo. Se volvió muy interesante tocar para parejas de enamorados. Tuvimos que preparar algunas canciones para ello, M les pidió a las chicas que tuviesen el valor de cantar, que vinieran con nosotros. Sólo tres. Fue realmente increible que Charlotte se atreviese.
-En un día tan importante y bonito como este, no puedo decepcionar a todas esas parejas. -Dijo solemnemente. Nos dejó con la boca abierta.
M podría cantar con cualquiera de ellas pero es terriblemente exigente, Charlotte es la única que no se cansa o acaba llorando. Semanas duras pero con resultado fascinante, nos salió una canción excepcional, muy curiosa, toda una joya. ¿Cómo se llamaba? ¿Para-noir? No recuerdo el título. Era tan penetrante, tan intima, tan rara. No, M no canta ñoñerias romanticonas, canta al amor, tal y como él lo concibe. Tanto Charlotte como M estuvieron espectaculares, el publico se quedó fascinado. Lo habiamos logrado. Jack N no celebró más espectaculos dedicados al día de San Valentín, el Midnight Cabaret no está pensado para eso. Todos sentiamos gran pasión y atracción por la música, M valía, valía mucho como cantante y nosotros, nosotros eramos sus chicos. Nunca recibimos ningún premio pero tampoco lo necesitabamos.

1 comentario:

VonHellstaker dijo...

claro, la vida nocturna es fabulosa y no tiene precedente y en verdad me ha gustado, mucho