miércoles, 17 de noviembre de 2010

WeLcOme To HeLL: ¿Realidad o fantasia?


Mientras el bueno de Jimmy se veía metido en un juego tán divertido como cruel del que tenía miedo de salir, yo y mi ingenuo W saliamos de marcha. Aquí en El infierno, hay mucho cachondeo, bueno, siendo sincero, por ahora, algún día nos lo arrebataran todo y con ello, las ganas de juerga. Ibamos a pasar un ratito agradable y civilizado con el viejo y cada vez más cascarrabias Lautremount. Al llegar nos lo encontramos pintando, cosa que no hacía hasta... Muchísimo tiempo.
-¿Podemos saber a qué se debe ese impulso artistico? -Le pregunté burlón.
Digamos que debía de estar o bien muy concentrado o bien enfadado pues no me dijó ni hola. W se acercó y se sentó a observarle pintar. Se pasó ahí sentadito y callado como un niño todo el tiempo que Lautremount pintó el cuadro. Cuando lo finalizó y W fue el segundo en verlo, exclamó:
-¡M tienes que venir a ver esto!
Puesto que en ese instante estaba arriba, en la parte de la casa que me venía a ser mi hogar, tuve que bajar de inmediato pues W no paraba de gritar y dar brincos. Todavía bastante infantil.
-¿Tanto barullo por eso? -Le reprendí.
El señor J tenía a la inquieta Harley, yo tenía al inquieto W. Otro motivo por el que nos llevabamos, más o menos, bien. Lautremount se me acercó y posando una de sus manos, sucia debido al hecho de estar pintando, me murmuró con una sonrisa enigmatica:
-Despúes de diez años de cabreo con Jack N por culpa de Blackfield, he acabado cediendo.
-¿A qué? -Pregunté, sinceramente, intrigado.
-A ilustrar el último libro que escribió.
Dicho eso se alejó. Ahí nos quedamos W y yo mirando el cuadro fijamente. W fascinado y yo pensativo. Odio quedarme asi, en el Psiquiatrico era lo único que podía hacer pero ya no estaba atado en el jodido Psiquiatrico. La verdad, de todo corazón, Lautremount era uno de los artista más talentosos de la ciudad pero su temperamento y su afición al ajedrez no le ayudaban a ser muy famoso que digamos. El cuadro estaba dividido en dos imagenes, con la misma chiquilla de largos cabellos y mirada triste rodeada de criaturas de aspecto entre tierno y maquiavelico. Una composición apabullante dado que en la imagen esas criaturas no eras criaturas sino individuos bien arreglados que la rodeaban. Lautremount y sus neuras. Al parecer, la visita de María le causó un gran impacto o ¿sería por lo que dijo?
-¿Realidad o fantasia? sería un buen título para este cuadro. -Dijó W mirandome con una sonrisa.
Decidí que sería mejor y más sano, para mis nervios, marcharnos a otra parte. Por lo que llevé a W al viejo y abandonado teatro un rato, ese lugar era magíco, W podría tocar su violín sin parar y eso le gusta tanto.

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