viernes, 18 de marzo de 2011

FanFic Slayers REMEMORANDO VI


Dibujo de Erisiel Vrumugun ^^ Aún con esas pintas y toda la psicosis que tiene la tipa, me sigue pareciendo muy guapa y su historia de amor no correspondida me parece todo un puntazo ^^ Sinceramente, no me importaría volver a dibujarla, aunque la prefiero como sacerdotisa X3
NOTA DEL AUTOR (O AUTORA XD):
Eris estaba muy enamorada de Rezo o sentía sentimientos muy fuertes hacía él, lo cúal no varía en Eterno Poder sin embargo si varía que ella no crea una copia de Rezo y varía su muerte. En el manga de Slayers la copia de Rezo les cuenta que su Ego se desata a partir del asesinato de Eris, gustandome esa tragica parte ideé algo similar. En Eterno Poder Erisiel muere al ser incapaz de vencer a la copia, que copia copia tampoco es pero bueno. Ella ya sabe que el no es Rezo pero aún así no se atreve a lanzar el conjuro que destruirá tanto al demonio como a la copia. Muere a manos a manos de la copia, la cúal le manda un hechizo llamado Blast Ash. Entre las cenizas no se encuentra lo que el demonio desea, por lo que regresa a la que sería en Eterno Poder la primera residencia del Rezo original esperando una segunda oportunidad. Dada la frialdad que tiene la copia en el anime pero como en el manga parece triste al recordar a Eris, la copia de Rezo en mi fanfic si se muestra más afectuoso con ella, tanto que a veces Eris desconfía pues Rezo la quería pero más en plan paternal XD Otro rememorando ^^
Eris posaba sus cansados ojos en la bonita vista que ofrecía la ventana en la que se encontraba apoyada. El arbol sagrado que la familia de Sylphiel cuidaba y protegía en el templo era tán hermoso. Aquella noche parecía resplandecer más que nunca, Sylphiel y su padre, el encargado de el templo de la ciudad de Sairaag, hablaban sobre lo mucho que estaba creciendo, de que era inusual que brillase tán intensamente. Eris escuchaba sin prestar mucha atención, parte de la conversación se le escapaba. Su mente se encontraba muy lejos de Sairaag, su mente parecía seguir en el lugar que ella consideró desde su primera instancia como su hogar, un lugar que era cualquier lugar pues ese lugar en realidad era el lugar en que se encontrase su maestro y señor, Rezo. Las lagrimas cayeron silenciosas desde sus preciosos y brillantes ojos almendrados hasta su barbilla recorriendo su aún hermoso rostro. El recuerdo aún dolía aunque a la sacerdotisa todavía no le parecía haber sido algo vivido. Las palabras de su señor, la rabia en su siempre calmada voz, la fuerza que ejerció sobre sus muñecas, Eris quedó en shock, con los ojos muy abiertos y la voz temblorosa tán sólo logró murmurar que tán sólo estaba ordenando su despacho cuando encontró aquel hermoso cristal y que le suplicó ser perdonada por llevarselo. Sería que tendría un sueño revelador que la empujaría a compartir sus dudas con alguno de los ayudantes que Rezo tenía en su laboratorio. Entraría así en un camino escurridizo, nada sería igual ni para ella ni para el que consideraba su amado señor Rezo.
-¿Por qué lloras? Mientras el arbol sagrado Flagoon esté aquí, ninguna criatura demoniaca podrá hacernos daño. -Trató de consolarla Sylphiel dedicandole una dulce sonrisa. Eris se secó las lagrimas con una mano y sintiendose muy agradecida le devolvió la sonrisa.
-Tienes razón, además los demonios no pueden pasar terreno sagrado, mientras permanezcamos en el templo, todo irá bien. -Añadió alejandose de la ventana con la agradable Sylphiel a su lado.
El buen sacerdote, padre de Sylphiel, la guió hasta la que podría ser denominada habitación de invitados. La sacerdotisa entró vergonzosamente examinando el humilde dormitorio con los ojos humedos. Recuerdos y más recuerdos llegaban a su mente pero la aparición de Sylphiel al rato de marcharse el sacerdote, le devolvió a la realidad. Sylphiel deseaba pasar la noche con ella ya que le veía muy desanimada.
-No es necesario Sylphiel, puedo dormir sola. -Musitó Eris con expresión entre burlona y molesta. Sylphiel insistió energicamente sentandose sobre la sencilla cama:
-De eso nada. Además siempre he querido saber que se siente al dormir acompañada. -
-¡¿A qué te refieres?! -Preguntó Eris ruborizandose pues no veía a Sylphiel con esas preferencias amorosas.
-Pues... Por ejemplo, como sería dormir junto a tu hermana mayor... - Contestó Sylphiel tapandose parte del rostro con la almohada que tenía entre sus brazos. Sylphiel jamás había contado esa clase de cosas a nadie, lo mucho que le habría gustado tener hermanas o hermanos. Era hija única y eso se apreciaba en el modo en que su padre la trataba, ella para él debía de serlo todo. La expresión de Eris se suavizó. Eris escuchó comprensivamente todas las inseguridades y deseos de Sylphiel mientras cambía sus ropas de sacerdotisa por un atuendo más apropiado para la noche, un ancho vestido de tela fina. Sylphiel a medida que iba ganando confianza en si misma, se retiró la almohada del rostro. Eris colocó sus ropas sobre una la única silla que se encontraba en la habitación. Eris era tán ordenada, algo que a su señor Rezo siempre agradó.
-¿Te gustaría que antes de acostarnos leyesemos un poco? -
-¡Claro! Los libros que hay en el templo son tán aburridos, me gustaría leer algo nuevo. -Le afirmó Sylphiel cuya curiosidad creció al instante de ver a la sacerdotisa de oscuros cabellos aproximarse a la cama con un libro entre las manos. Eris, ya sentada, colocó el libro entre ambas y retomó la lectura que hacía tiempo había dejado a medio tramo. Eris iba a dejar el fino papel doblado cuya finalidad era la de ser su marcapaginas sobre la mesita cuando Sylphiel se adelantó tomandolo entre sus dedos. Desdoblandolo, con actitud traviesa descubrió no sólo cúan talentosa era la sacerdotisa sino también lo que a primera vista parecía un valioso secreto. Si lo que la imagen mostraba era cierto Eris sería castigada, sin duda pero Rezo también lo habría sido.
-¿Os estais besando? -Preguntó Sylphiel acercandose el dibujo para así lograr discernir con mayor claridad los trazos. -¿Rezo, el grande y tú... ?-Iba a preguntar pero Eris arrebatandole el dibujo muy sonrojada la interrumpió diciendole:
-Esto no significa nada, es una mera fantasia... -
Observandolo durante un rato antes de doblarlo y alejarlo de Sylphiel, Eris no pudó evitar revivir aquel momento, momento que jamás sería capaz de exponer. Ella se encontraba, como cada vez que se sentía frustada o deprimida, en su cuarto sollozando con el rostro sobre la mesa cuando una la figura de su señor la sobresaltó. De inmediato abandonó el asiento para retomar sus tareas pero su señor la frenó, colocando sus manos sobre su rostro, como dejandose llevar por un deseo muy propio de un humano real, acercó su rostro al de ella y la besó pues ella notó avergonzada y sorprendida como sus labios se entrelazaron. Decir que la sospecha y la felicidad se dieron la mano sería decir muy poco. Eris se esforzó en abandonar ese recuerdo, leyó varias hojas del libro junto a Sylphiel y se lanzó en los brazos de Morfeo antes de caer de nuevo presa del dolor y la tristeza.

2 comentarios:

Venus dijo...

Hola, ya he notado que si te has liado con esos fanfics, pero cabe decir que, son bastante buenos, muy interesante la historia hasta donde la llevo, y los dibujos para acompañar también muy buenos :), en fin, principalmente venía a ver si era cierto lo de los fanfics, je je, ya lo comprobé, pero creo que ahora voy a estar pasándome por aquí de vez en cuando para leerlos, muy buenos todos :)

Venus dijo...

oh!, se me paso, saludos!!