Aquí tumbada pensando en todo lo que me ha pasado esta noche, la luna me mira burlona como si ella nunca hubiese sido mala, cuando se vuelve roja es por puro deseo carnal, pienso.Doy vueltas por mi habitación como una fuera enjaulada.Aún quiero más, no es tan tarde pero ya no hay dinero ni ropa bonita que ponerme, bueno sere la puta de tus fantasias.Me miro al espejo, veo a una joven rubia, delgada y con ganas de soltar a todos sus demonios internos y exhibir sus encantos y malas artes.Con pintalabios rojo sangre, falda de niña buena y gafas con forma de corazón en plan Lolitas los tendre en el bote.Hace años encontre una joya automobilistica, un Cadillac rojo de hace muchos años pero con buen motor.despúes de dos o tres vueltas encuentro un lugar interesante, unas viejas escaleras metalicas me conducen al Inferno, justo lo que quería.
Es un local poco iluminado, las paredes y pocas luces parecen ser rojas, hay muchos dibujos con el diablo de protagonista y en el escenario un grupo de rock que en mi vida he oído hablar, la cosa promete.Los primeros acordes me incitan a mover mis caderas lujuriosamente, hay pocas chicas, lo se porque todas las miradas son para mi.Cuando el cantante suelta lo siguiente, me ruborizo:
-Un aplauso para nuestra única bailarina.
En mi vida he pasado tanta vergüenza pero aquí en el Inferno soy otra, subo al escenario, miro a todos los miembros del grupo y digo con descaro:
-En realidad el aplauso debería ser para vosotros, jamás una canción me había hecho bailar de esa manera.
-Eres una niña muy descarada, si tanto te gustamos ¿Por qué no vienes de juerga con nosotros?-Me sugiere el teclista, el único miembro pelirrojo.Mi yo racional grita que no dentro de mi cabeza pero mi yo impulsiva y con ganas de juergas grita si.Es la primera vez que unos rockeros me dicen eso y como toda adolescente loca acepte la proposición.Quería conocerles como poca gente les conoce pero les dije:
-Tengo coche, sólo decidme la calle e ire.
-¡Qué lista!¿Te damos miedo o es que no quieres que tu coche se lo lleve la grúa?-Me dice otro.
Decido ir con ellos, asi que dejo el coche aparcado cerca de mi bloque de pisos.Vuelvo y ahí estan todos sin instrumentos y con chupas listos para llevarme a donde quieran.Vamos en un Rolls-Royce phantom III negro, me siento como Alicia en el Pais de las Maravillas, o como en un sueño que curiosamente se alarga hasta que llegamos a una casa enorme.
-Bienvenida, esta es nuestra mansión.-Me indica amablemente el cantante, cuyo nombre no recuerdo.Entramos y era como las mansiones de las películas, llena de pasillos, escaleras y oscura.En el comedor, que era la habitación más grande que he visto, nos sentamos a charlar y a beber toda clase de alcohol...
-Me encantan tus gafas.
-Lo sé, son un regalo de mi madre.
-¡Qué horteras!
Eso me ofende pero a los demás no tanto, quizás se han acustumbrado a sus coñas.
-No te enfades, aquí Pyros siempre dice lo que piensa moleste a quien moleste.Forma parte de su caracter.
-Bueno pero no quiero volver a oírlo.
-Vale.Por lo demás estas perfecta.
Eso me gusta más.Creo que el alcohol me hace efecto más rapido que a ellos porque comienzo una conversación sin sentido:
-Mis amigas son unas estupidas.
-¿Por qué?
-Porque nunca me han dejado ser yo misma.Siempre me han limitado, han dejado que mi personalidad propia muera.
-Lo dudo.
-Yo no.Nunca han tenido en cuenta mis ideas y deseos pero siempre he tenido que respetar los suyos y son una mierda.
-Eso es lo que pasa cuando tienes amigos.La amistad es como el comunismo.
Tiene razón la amistad es todo para todos como en el comunismo y eso merma tu individualidad.
Me siento tan estimada con ellos, son unos genios...Creo que el alcohol va demasiado deprisa.
-¡Eres un genio!¿Cómo sabes tan bien lo que siento?
-A mi siempre me ha costado tener amigos por mi fuerte caracter.
-Y tu manera de ver la vida que es peligrosa.-Comenta el guitarrista con una sonrisa.Me recuerda a alguien, creo que le he visto en alguna fiesta de mi madrastra.
-Lo sé.Tendre que acostumbrarme a la soledad.
-¡Tú jamás estaras solo!
El pelirrojo es un tipo curioso y muy activo, no para quieto.Va de un lado a otro y mira que los demás estamos sentados.No puedo seguirle con la mirada, va muy deprisa.
-Creo que me estima demasiado.-Me dice.-Sería incluso capaz de morir por satisfacerme.
-¿En serio?
-Si.Para el la vida no cuenta sin mi.
La conversación se vuelve retocida.
-¿Quieres una prueba?-Me pregunta, acto seguido silba y dice al pelirrojo.-Cortate las venas.
Y para mi sorpresa y horror, lo hace, a los otros les parece muy divertido.Se raja la muñeca con una daga antigüa y pregunta:
-¿Quereís ver como me desangro?
-Haz que pare.-Suplico.
-Pyros ya vale.
Deja la daga y se pone sobre el corte un pañuelo apretado como torniquete.Estan locos pienso.
-Oye ¿Por qué que te llaman Pyros?
-Quemar, quemar es como follar, mi especialidad y mi juego favorito.-Me responde.
Creo que no puedo más, me mareo y les pido que me lleven a mi piso...Cuando abro los ojos estoy en mi cama pero en la mesa hay una nota que dice:
Querida Lolita:
Nos gustó mucho tu compañia.Cuando hayas superado el númerito de Stephen, nos gustaría que volvieras.Te prometo que no habrá nada muy desagradable.
Atentamente UNIDAD.
Y al lado una rosa roja que me hizo sentir aún atontada como en el Rolls-Royce.Creo que el Inferno se ha convertido en mi local favorito, digan lo que digan mis amigas.
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