viernes, 20 de noviembre de 2009

HACÍA LA ORILLA


Bueno aquí la única pintura que he logrado poner pues aunque el ordenador es nuevo, hay que echarle un ojo a la escaneadora y como creo que esta pintura no la puse aquí pues la pongo hoy, espero que os guste... Y para recompesaros un poco, otra historia, una que se me ocurrió mientras la iba pintando.
Nosotros podremos ser muchas cosas, pero cobardes nunca. Quizás a veces podriamos ser señalados como traidores pero pocos se atrevian a soltarnoslo a la cara. De todas formas, luchabamos en un bando en el que muy pocos querian estar, por no decir que eramos un grupo formado por civiles inexpertos y un puñado de criminales. Además la idea fue de Piro, el granuja de Stephen, ya que tenía que ir de un lado a otro remando incansablemente llevando soldados, pensó que si en el bando contrario la asistencia sanitaria en combate era gratuita ¿por qué no? A todos los heridos nos obligaba a llevar un pañuelo azul, el color del bando contrario, así muchos salvamos la vida pero ay a lo largo del camino también muchos se nos morian. Tras contemplar tanta muerte, muerte de tantos compañeros, era comprensible que a Piro se le escapase alguna lagrima. Pero creo que solto más cuando me llevó a mí tan malherido:
-Joder, ¿cómo has podido acabar así?
-Soy joven, temerario e inexperto, pero ya veras como ire mejorando. -Trataba de consolarlo un poco yo.
En aquella guerra, La primera guerra civil de nuestro país, nos tocó participar bastante jovenes. A Piro nunca le gustó ser barquero pero lo hacía genial y encima se ganó una Cruz plateada por su servicio con la barca, por parte del mandamás enemigo. Sí, para ser nuestra primera guerra no estoy nada mal.

No hay comentarios: