sábado, 23 de enero de 2010

FANTASIA Y REALIDAD


Estan ansiosos, lavados de arriba a abajo y con sus respectivas ropas de dormir puestas. ¡Era la hora del cuento! Pero no uno de esos cuentos viejos y tan leídos. Era la hora de cautivar con una leve o quizás larga historia a los pequeños de la casa. Charlotte, se quedaba, sólo para expecificar ciertos detalles de ciertas historias, a su marido le encantaba disfrazar la realidad, volverla única y excepcional. A los hijos les encantaba. Preguntaban con los ojitos iluminados:
-¿Qué cuento vas a contarnos hoy?
-Mmm no lo sé... ¿Cúal quereis escuchar?
-¿¡Cómo os conocisteis!?
Como podeis ver, los niños ansiaban conocer el pasado de sus padres y con semejante trobador, esos hechos por simple casualidad se volvían magicos, como si hubiesen sido cosa del destino. Los niños escuchaban atentamente, fascinados. Y es que en verdad ellos parecían personajes de algún cuento de hadas pues ella vendría a ser una princesa, una dama de muy alto nivel y el un bufón, un particular y extraordinario artista y como en cualquier cuento sus caminos tarde o temprano serían uno. ¿Cómo? En una gran fiesta para Charlotte, en su cumpleaños más especial. Todos los ciudadanos de la zona alta asistieron pues el padre de Charlotte era uno de los hombres más influyentes y adinerados de la zona. Todo era tan glamouroso, todo era tan falso, Charlotte se sentía como una muñeca de porcelana expuesta para los niños más ricos. Ella quería aventuras, ella quería hacer grandes cosas... No fue hasta encontrarse con ese extraño joven que rondaba por los jardines de su casa, que tuvo claro lo que quería. M sólo paseaba, observaba, se sentía travieso, buscaba una dama, una futura victima. Había algo en él que hechizó a Charlotte, ¿amor? o ¿simple fascinación? Era distinto a los otros muchachos que estaban aquí y eso le gustaba. Bajando las escaleras, en el último escalón, M la esperaba, por lo visto él también sintió como algo le impulsó a ir a por ella. Entre trucos, juegos de palabras, indirectas y refinada pero maliciosa educación M la encandiló. La fiesta estaba acabando, los invitados se marchan, él también debía irse pero ella le ordenaba quedarse.
-¡No puede irse! Necesito saber más de su persona.
-Es halagador que una señorita de su posición sienta tanta admiración por un vulgar artista como yo. Debo irme.
Y por mucho que Charlotte quisiese retenerlo, M se fue. Charlotte no lloró, simplemente le siguió y aunque recorrió gran parte del camino que su amado recorrió, no logró alcanzarlo. Al día siguiente recibió la terrible noticia de que su padre la iba a desposar con el hijo de su mejor amigo. Fue un golpe realmente bajo. Ella no estaba preparada para eso. Le gustaba la idea de ser madre e incluso de marchar con su marido a donde fuese pero ella no sería una ama de casa que sólo se quedase en casa sirviendo a su familia, ella aspiraba a más. Al poco después revelandose contra su padre, huyo y comenzó a vivir a su manera, al principio duro pero años despúes vendría su gran recompensa. Tener la oportunidad de casar e ir domando a un peligroso psicopata, ser la estrella principal en el Midnight Cabaret y tener dos hijos maravillosos. Al acabar la historia, contada entre los dos, Charlotte y M, los niños aplauden entusiasmados y al instante caer dormidos. Esa sin duda es su historia favorita.

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