viernes, 3 de diciembre de 2010

FanFic Slayers LA VIDA DA VUELTAS


Sinceramente, creo que su optimismo y su dinamismo me superaban. Ella, apenas había cambiado. Estoy seguro que al enterarse de mis planes, es decir, de seguir mi propio camino y alcanzar metas más elevadas, como continuar enriqueciendome en conocimientos tanto magicos como cientificos, ella, fantaseando con la idea de volver a encontrarnos, volvería a la academia de sacerdotisas pues gracias al Gran Lou Groun, las muchachas con actitudes magicas y alma pura podían mostrar y ofrecer su talento como sacerdotisas. Amelia debió de verlo como el camino perfecto para llegar hasta mí. Los años en Torre Opalo no fueron muy dificiles, he de admitir que Rezo me preparó a conciencia. Con asombrosa facilidad logré pasar las pruebas formativas, por lo que me invitaron a pasar de estudiante a profesor. Un gran comienzo pero preferí seguir avanzando, deseaba tener contacto y nuevos conocimientos en otras torres. Sí, en la torre correspondiente a la Magía Astral pasé laaargo tiempo pues esa clase de magía siempre ha sido mí favorita, logré dominar y crear por mí mismo, grandes Ra-Tilts. El gran maestro de aquella torre se sentía tan orgulloso de mí. Deseaba aprender Magía Blanca pues con el tiempo me dí cuenta de que era un tipo de magía muy importante, útil y valiosa. Valiosa dada la particularidad de que no todos los hechiceros poseían el privilegio de usarla, pues era enseñada a las sacerdotisas y a las hechiceras. Fue un duro golpe descubrirlo por mí mismo. Más, no desesperé, fijé los siguientes pasos hacía Teforasia. Allí encontré a un viejo amigo, el rey Posel Korba Teforasia, Pokota. Parecía haber crecido, lo cúal me alegro. No resultaba tán extraño mantener conversaciones propias de dos viejos, como diría la deslenguada Lina Inverse. Ozel nos contemplaba sin decir palabra, su sonrisa era tán hermosa, como si en verdad fuese capaz de sentir emociones. Junto a nosotros, caminaba una hermosa muchacha, me miraba como si ya me hubiese visto antes, quizás debido a que iba totalmente tapado con una sublime gruesa tela roja a modo de capa.
-Me gustaría saber, señor Quimera, dónde encontró esa tela. ¿Podría decirmelo? -Me preguntó con una educación maravillosa para ser una joven aldeana. Sorprendido, sin caer en que esa misma tela solía llevarla Rezo a menudo durante sus viajes por tierras lejanas, le contesté:
-La encontré y gracias a una amiga decidí comenzar a usar este color.
-Oh, aquel hombre, el hombre que salvó El reino de Teforasia llevaba una igual. -Me comentó la muchacha llevandose una mano a la cara, entristecida. Pokota recordando que yo sabía quien fue, me interrogó de inmediato:
-Pero, si no recuerdo mal, tú sabías quien fue, nunca logré sacartelo...
-Aquel hombre ataviado con esta tela tán roja fue Rezo, El grande. -Finalmente logré confesarle.
Pasé un tiempo en Teforasia, lo suficiente para aprender a dominar todo tipo de criaturas y reflexionando sobre mi vida hasta el momento. Conocer a Lina, Amelia, Gaurry y Naga, al principio me resultó una perdida de tiempo pero poco a poco me fue gustando. Llegando al punto, más triste de esa laaarga busqueda del Eterno Poder, recordé lo que Lina me soltó una vez. ¿Acaso tú nunca has querido tanto a alguien que hasta serías capaz de dar tu vida por esa persona? Lina estaba llena de voluntad al igual que Rezo me comentó ese monstruo de Mortifer. ¿En qué momento mi voluntad y mi aprecio se volvieron odio y obsesión? Con la cabeza llena de preguntas y mil pensamientos desencadenados a partir de esa serie de preguntas, me lancé al lugar más peligroso de todo el mundo, el territorio de los Dragones negros, para tener unas palabras con Mortifer. Fue aprendiendo Magía Prohibida, que descubrí que no sólo, si me lo proponía y me concentraba, podría dominar la Magía Blanca, también podría con la Magía Sagrada. Trás esa laaaaaaarga e intensísima busqueda, acabé mi travesía en El reino de Saillune. Amelia ya no era tán asustadiza como antes, cosa que me alegro, había crecido y se había graduado como sacerdotisa. Creedme, verla vestida con una vestimenta similar a la de Eris, al principio me dieron unas ganas de matarla que no veaís pero conteniendo ese impulso, me acerque a ella para felicitarla.
-Felicidades Amelia, veo que trás tantos años, la fortuna está a tu lado.
-¡Oh, señor Zelgadiss, pensé que jamás volveríamos a vernos! -Exclamó ella echandose a mis brazos. Aún estaba locamente enamorada de mí.
-Princesa y sacerdotisa. Todavía no me lo creo. -Dijó un poco más calmada a medida que saliamos del expectacular templo de Saillune. _ ¿Y a tí qué tal te han ido las cosas?
Con los años parecía haberme ido cogiendo más confianza. Demasiada. Me pasé un buen rato relatandole mi laaarga travesía, los meritos que había cosechado y el encuentro con Pokota. Ella me comentó que El reino de Teforasia se había convertido en un aliado del reino de Saillune.
-¿Sabes algo de Gaurry? -Me preguntó de repente.
-La última vez que lo ví le suplicaba a Mortifer que Lina volviese a la normalidad. -Le comuniqué. Amelia se preocupó:
-¿De verdad? ¿Y Mortifer le hizó caso o lo mató?
-Aunque la ofrenda de Gaurry le entusiasmó, nada más ni nada menos que La espada de Luz, se negó a revivir a Lina. Por lo que Gaurry seguirá junto a Lina buscando un modo de que regrese a la normalidad.
Tanto Amelia como yo nos quedamos callados. Lina lo dió todo por salvarnos, incluso su vida y alma. Lo único que logré rescatar fue su cuerpo, por lo que Lina está practicamente como una muñeca. Me sentí tan culpable que le prometí a Gaurry encontrar una solución. Ahí teneís otro motivo por el que estoy esforzandome tanto en aprender toda clase de magía. No recuerdo bien como logré volver a ser humano pero finalmente lo conseguí. Recuerdo que tuve que discutir con mucha gente importante pues necesitaba un buen laboratorio y partes de la Biblia Claire. Ahora convivo con Amelia, que vendría a ser mi ayudante. Acepté pues la pobre se había esforzado tanto que me dió pena verla como la única de su formación sin trabajo. Creo que con el tiempo puede que incluso comience a sentir algo más que compañerismo por ella, no sé, eso dependerá de ella y su actitud.

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