jueves, 6 de noviembre de 2008

Pensando en los temas tratados por el gran Lovecraft en sus novelas me he dado cuenta que curiosamente yo también trato alguno de esos temas o temas propios muy similares, aquí se los dejo:
Conocimiento prohibido
En La llamada de Cthulhu, de 1926, Lovecraft escribió:
"No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas." (Howard Phillips Lovecraft, La llamada de Cthulhu)
Los protagonistas de las historias de Lovecraft siempre son conducidos a la "unión de esos disociados conocimientos", y también así comienzan muchas de sus historias. Cuando tal cosa ocurre, la mente del protagonista o investigador, por lo normal, queda destruida por la abismal enormidad de lo descubierto, al ser incapaz de asimiliar semejante conocimiento. Aquellos que se cruzan con manifestaciones "vivas" de lo incomprensible, se vuelven locos.
Aquellos personajes que intentan hacer uso de este conocimiento, están, invariablemente, condenados. Algunas veces su trabajo atrae la atención de seres malévolos; ocasionalmente, son aniquilados por monstruos de su creación.
Culpa atávica
Otro tema recurrente en las historias de Lovecraft es la idea de que los descendientes en una línea de sangre nunca pueden escapar de los crímenes cometidos por sus antepasados, si éstos han sido suficientemente atroces. Los descendientes pueden estar alejados en tiempo y en espacio (y, además, en culpabilidad) del acto en sí mismo, pero la sangre se lo revelará (Las ratas en las paredes, El horror oculto, Arthur Jermyn, El alquimista, La sombra sobre Innsmouth y El caso de Charles Dexter Ward).
Un ejemplo de crimen que Lovecraft considera suficientemente atroz para esta clase de consecuencias es el canibalismo (El grabado en la casa y Las ratas en las paredes).
Sí, algunos personajes de mi invención son hijos de asesinos y aunque tengan buena infancia o esten en buen lugar, la liebre siempre tira al monte...
Imposibilidad de escapar del Destino
A menudo, en las historias de Lovecraft, el protagonista es incapaz de controlar sus propias acciones, o encuentra imposible cambiar el curso de los acontecimientos. Muchos de estos personajes escaparían del peligro si simplemente corrieran en dirección opuesta, aunque esta posibilidad nunca surge o es de alguna forma sometida por una entidad externa, como en El color que cayó del cielo. Con frecuencia estos sujetos se encuentran bajo la influencia de algún ser malévolo u otros seres. Con la misma inevitabilidad que el destino del ancestro, huir o suicidarse no proporciona la completa seguridad de escapar (El ser en el umbral, El intruso, El caso de Charles Dexter Ward, etc.) En algunos casos, este destino se manifiesta para toda la humanidad, y no existe escape posible. (La sombra del tiempo)
En mis historias sería porque el protagonista va cada vez a peor y es incapaz de controlar sus acciones, acciones que cada vez son más dañinas...
Las mujeres
Las mujeres en la obra de Lovecraft son raras, y no son ni compasivas ni comprensivas ni amables. Los pocos personajes femeninos en sus historias, - como Asenath White (si bien de hecho era un perverso hechicero que se había apoderado del cuerpo de una inocente chica) en El ser en el umbral y Lavinia Whateley en El horror de Dunwich - son, de forma invariable, sirvientas de las fuerzas del mal. El romance se encuentra casi ausente de sus historias; cuando aparece el amor, es normalmente de forma platónica (El árbol). Sus personajes viven en un mundo donde la sexualidad tiene connotaciones negativas - si es reproductiva, suele dar nacimientos de seres sub-humanos El horror de Dunwich -. En este contexto, puede ser de ayuda prestar atención a la escala del horror de Lovecraft, que es frecuentemente descrito por "horror cósmico". Operando a escalas cósmicas, tal y como operan estas historias, asignan a la humanidad un rol insignificante, por lo que no es a la sexualidad femenina lo que estos relatos niegan su rol positivo y vital, es a la sexualidad humana en general.
Además, Lovecraft sostiene en una carta privada (enviada a una de sus muchas amigas intelectuales) que la discriminación en contra de la mujer es una superstición oriental, de la cual los arios deberían liberarse. Dejando el racismo aparte, la carta parece excluir una misoginia consciente, como de hecho, parece estar descartada de su vida privada.
En mi caso y siendo mujer os va ha chocar, las mujeres son a menudo manipuladoras, por placer o por qué no tienen más remedio. A menudo hermosas y tentadoras, eso según el protagonista masculino que las mire, porque en mis historias el punto de vista es un factor importante. Alguna que otra vez pueden ser la representación fisica de las emociones o problemas que pueden plantearse en la historia, ya que en mis historias la filosofía y la psicología aparecen frecuentemente interactuando...
Temas más míos
Uno que será fácil notar en mis historias sería relacionado con las clases sociales, especialmente las clases sociales más bajas, que curiosamente hoy en día en paises desarrollados, aún hay. A menudo mis personajes protagonistas tienen alguna deficiencia, mental o fisíca. Viven en barrios marginales o se ven metidos en zonas conflitivas.
Otro sería que debido a que cada personaje ve la vida y el mundo a su manera, la cosa varía, varía mucho pasando de cuento a lugubre realidad, por ejemplo.
La interacción sería otro, entre personajes bien distintos, en la cual se muestra una hermosa o extraña situación que sin ambos personajes no sería comprensible porque se vería incompleta.
Y la última y más provocadora. La manera que se desenvuelven los personajes masculinos con los personajes femeninos, siempre con elegancia pero también mucha malicia suelta y mucha mucha sensualidad por parte de ellas que quizás se vuelva asquerosamente obscena con ellos...

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