sábado, 15 de noviembre de 2008

WELCOME to HELL: Watchman

Con un solo hola los habría acojonado pero supongo que es más eficaz un disparo ¡BAM! El tío tenía muy buena punteria, dió justo en el hombre indicado, pobre hombre. Recuerdo que su manera de reir me resulto desagradablemente hermosa, bonitos ojos verdes y sonrisa alargada y maliciosa como la del gato de Cheshire. Un tío espeluznante y quizás obsesionado con los payasos. A mi amigo le habría encantado conocerle, ambos son unos bichos raros. Digamos que mientras él se hacía imponer, yo leía un cómic, por lo visto no tenían cosa mejor, de un tal Alan Moore...
-Debes de ser famoso por aquí porque este tío que sale en el cómic es clavado a ti. -Le dije.
Adiós a La broma asesina de Alan Moore, lo rompió justo en el mejor momento de la historia. Creo que después de matar a todos los presentes, excepto a mí, bueno cuando vinó y rompió el cómic pensé que iba a hacer lo mismo conmigo pero no, nos fuimos a otro lugar, hacer de niñera con tipos como él es un trabajo muy mal pagado pero el prestigioso doctor Arkham confiaba en mí, joder, yo también mato, bueno mato por la ciencia. Estabamos a punto de llegar pero a mitad del camino me ordenó parar. ¡Qué cabrón! Sólo y porque había una joven prostituta rubia que le fascinó, se llamaba Harley, 16 añitos, ojos azules. Le dije:
-¿Cuánto tiempo piensas hacerme perder?
Soy un hombre ocupado, hay tantos cadaveres que estudiar. Pero el tío éste me dijo:
-No sabía que fueses tan descortés... Tranquilo seré rapido.
Pobre de mí y pobre, sobretodo, pobre Harley. Amigos jamás aceptéis ser el vigilante de ningún pirado. Supongo que antes de volver a Arkham, cosa que se fue alargando, le di motivos para irse contento, bueno, sólo y porque al final me hizó gracia, cuando llegó el momento de regresar con el doctor Arkham, le deje por ahí y mentí como suelo mentir para ayudar a mis otros amigos...
-Se me ha escapado. No sé cómo, quizás me engañó... -Le solté con cara de polí mosqueado.
Y tal y como me suele pasar, me creyeron, IDIOTAS.

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