martes, 14 de abril de 2009

EL HADA VERDE (Absenta)

"Es por la única dama que no me importaría morir."
Blackfield

El Hada verde es la traducción al castellano de La Fée Verte, el apodo cariñoso con el que se bautizó la absenta en el s. XIX. Este sobrenombre continuó utilizándose junto a su nombre oficial un siglo después. Pero la absenta también recibió otros apelativos; numerosos artistas aceptaron la inspiración de “Musa Verde”. Aleister Crowley, el británico ocultista, fue adorador de “La Diosa Verde”. No obstante, ningún otro apodo fue tan conocido como el original, y muchos bebedores de absenta se refieron a este licor verde simplemente como “La Fée” (el hada).
Sin embargo; el Hada Verde no es un nombre azaroso para la absenta: es el concepto metafórico de la iluminación y exploración, de la inspiración poética, de una mente más libre, de nuevas ideas, de un cambio de orden social. Para el bebedor ignorante, la absenta siempre será un símbolo de alcohol casi en estado puro, quizás con un nivel de
tuyonas un tanto elevado. Para los bohemios originales del París de 1890, el hada fue recibida como un símbolo de transformación. Era la guía en una ruta de innovación artística, el símbolo de la sed -por la vida- desde Arthur Rimbaud, el primer “poeta punk” (el hada fue su fuente de inspiración) hasta su compañero Paul Verlaine (en su búsqueda por la fuga de la realidad convencional de su época hacia el santuario de lo surrealista).
La transformación siempre ha sido la esencia fundamental de El Hada Verde, ya que proporciona mundos paralelos. Durante el ritual mágico de “la louche”, la bebida primero se transforma desde su preparado concentrado, rico en alcohol y de un profundo verde esmeralda, hacia una preciosa opalescencia, en una mezcla nebulosa verdi-blanca. Esto, es, por supuesto, sólo el símbolo de las subsecuentes transformaciones que tendrán lugar dentro de la mente del bebedor. Del mismo modo que el agua fría libera el poder del aceite de ajenjo y otros ingredientes del concentrado verde, así las nuevas ideas, conceptos y nociones se liberan en la mente del bebedor, sea poeta, pintor, escultor, científico o simple mortal.
Pero ¿cuál es el elemento extravagante que induce a la absenta a convocar a La Musa?Sólo el lector, o mejor dicho, el bebedor, podría averiguarlo por sí mismo. No hay duda, sin embargo; que durante los dos últimos siglos la absenta ha repercutido en el arte, la poesía y el mundo de las ideas, sorprendentemente originales, rebeldes y cuestionadoras de sus extremos. Era la época de Rimbaud y Verlaine, perseguidos por retar las convenciones del momento cada vez que se enfrentaban a ellas. Sus “travesuras” provocaron indignación por la Europa de entonces, pero su poesía ingeniosa –una reflexión de su búsqueda por la verdad del sentido de la vida- permanece con nosotros hasta el día de hoy.
Y EL ARTE ERA VERDEInspiradora y liberadora, el Hada Verde fue un símbolo poderoso del avant-garde (la vanguardia) que reinó en los cafés parisinos hace ya casi dos siglos. En este sentido, el Hada fue lo que luego se convirtió en la subcultura hippie durante los años sesenta. Bajo su compañía –o bajo su influencia- los escritores y artistas de la Belle Époque se convirtieron en lúcidos comentadores o en un nuevo mundo emergente. A golpe de pincel o de pluma, experimentaron, se rebelaron, provocaron y exitosamente trastornaron las reprimidas convenciones del momento.
¡Menuda puta!- soltó por su boca George Moore, crítico de arte británico, cuando, en 1892, detuvo por vez primera sus ojos ante el cuadro de Edgar Degas titulado La absenta. La “puta” del cuadro no es el Hada Verde, sino una actriz francesa retratada bebiendo absenta en un café parisino. Se llamaba Ellen Andrée, amiga del pintor, que se muestra en el cuadro en un instante reflexivo en el café La Nouvelle-Athenes.
Tal vez no sea sorprendente el hecho de que esta obra de arte proveniente de un gusto demasiado exacerbado hacia lo nouvelle impresionara a un victoriano que acababa de cruzar el canal. Sin embargo; lo que sí es sorprendente es la intensa francofobia con la que el cuadro irrumpe en el mundo del arte londinense. En primer lugar, la obra fue abucheada en la sala de subastas Christie's. Más tarde, provocó la cólera hacia cualquier elemento de procedencia francesa: la cultura francesa (o la carencia de ella, como alguien diría alguna vez), el veneno francés (la absenta) e incluso “el mal francés” (la sífilis).
El problema de la absenta, fue, por supuesto, que era demasiado moderna para esa época. La absenta se utilizó como una especie de chivo espiatorio del momento, pero no fue la absenta por sí misma la provocadora de la histeria colectiva, sino la idea de una mujer bebiéndola. El cuadro retaba lo que era el orden natural establecido. Retaba el entendimiento convencional del lugar que ocupaba la mujer en la sociedad. Desafiaba las nociones tradicionales de decencia, moralidad y propiedad: el disfrute de una bebida en un café público no era aparentemente un lugar apropiado para una señora "decente". Y tuvieron que transcurrir muchos años para que el retrato de Degas se convirtiera en una verdadera obra de arte.
La cólera que desató La absenta de Degas en Inglaterra fue tan sólo la expresión de un miedo preexistente de la decadencia que también llegaría en breve a las orillas de las Islas Británicas. Dos años antes, Marie Corelli, autora de Ajenjo; el drama de París, escribió:La morbosidad de la mente francesa moderna es famosa y universalmente admitida… su abierto ateísmo, su crueldad, su alucinación y la flagrante inmoralidad de todas las escuelas francesas de pensamiento es completamente incuestionable.
Corelli también advirtió:
"Se debe recordar, puesto que recientemente cada vez más cafés y restaurantes franceses están inundando la ciudad de Londres, que la absenta se obtiene siempre a bajo precio – los hábitos franceses, la moda francesa, los libros franceses, los cuadros franceses, son particularmente favorecidos por los ingleses, y ¿quién puede predecir que esa droga francesa que consumen los franceses no se convierta en una moda en Gran Bretaña?".
Mientras que en París, el Hada Verde ha sido una invitada bienvenida del café Nouvelle-Athenes, el lugar en el que Degas representa “La absenta”, Sarah Bernard bebió allí, como lo hicieron Van Gogh, Lautrec, Gauguin, Manet, Monet y otros famosos y no tan famosos bohemios. Bajo los efectos de uno o varios vasos de absenta, pintaron y escribieron, discutieron y compartieron ideas o simplemente cantaron y leyeron poesía.
Como una criatura metafórica encerrada en una botella de absenta, el hada verde continuó ganando reputación como musa de artistas en todo el continente.
Su fin abrupto llegó en la segunda década del s. XX cuando los belgas, después los suizos y finalmente los franceses prohibieron la absenta. En esa época, el hada verde había impulsado a una generación de artistas hacia la producción de innumerables trabajos dedicados, o inspirados, bajo los curiosos efectos de una criatura con alas verdes.
El rito de su bebida
La manera tradicional de la preparación:
Instrumentos

Tradicionalmente la absenta se servía en un vaso de cristal junto con la típica cuchara con perforaciones en la cazoleta. Se servía además un terrón de azúcar que se depositaba en la concavidad de la cuchara que se sostenía en la parte superior del vaso. Junto con el vaso la cuchara y el azucarillo se servía una jarra de agua fría que servía para rebajar la mezcla de absenta y agua desde 1/3 (un tercio) hasta 1/5 (la quinta parte), y esto se hacía vertiendo el agua lentamente a través del azúcar. Durante este proceso los componentes no son solubles en agua y el contenido debía beberse en un trago, la mezcla con agua proporcionaba un color similar a la leche (opalescente) denominado con la palabra francesa louché ('opaco', en castellano).
Los vasos en los que se sirve la absenta son muy variados y exóticos, existen los vasos normales y los más apropiados son los que tienen en el fondo una especie de abultamiento o burbuja con la medida habitual de una onza.
LugaresCon el incremento de la popularidad se empezó a instalar en los bares una fuente de agua fría en el centro de las mesas, con sus grifos respectivos para que cada bebedor pudiera rebajar a placer la absenta servida siguiendo este proceso, permitiendo de esta forma que diferentes personas pudieran socializar en una única mesa.

1 comentario:

La Horda Comic es: dijo...

muy lindo tu blog. felicitaciones.


www.lahordacomic.blogspot.com