martes, 21 de abril de 2009

UN POCO DE PSICOLOGÍA...

Vampirismo es una enfermedad mental caracterizada por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro.
Sinónimos
Síndrome de Renfield: denominación que hace referencia al personaje enfermo mental y siervo de
Drácula que aparece en la obra de Bram Stoker, un comedor compulsivo de moscas y arañas cuyo fin era el de absorberles su fuerza vital.
Hematodixia y hematodipsia: términos no usados ni aceptados por la comunidad médica o científica, han sido acuñados y usados en ciertas publicaciones de periodismo seudocientífico.
Sanguinarius: Término acuñado, particularmente entre grupos anglosajones, por algunos practicantes de vampirismo no criminal, o no violento, para auto denominarse en un contexto de subcultura.
Clasificación
Es un tipo de parafilia poco común. Algunos autores la consideran una variación de la necrofilia. También consideran que es una forma de sadismo ya que estos individuos chupan la sangre de las heridas que ocasionan a sus víctimas en su arrebato sexual.
También se la puede incluir como un tipo de Fetichismo sexual pues consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de una sustancia o parte del cuerpo en particular, es decir de la sangre como fetiche.
Diagnostico Diferencial
Muchos pacientes con este trastorno han sido diagnosticados por psiquiatras o psicólogos como psicóticos o esquizofrénicos, aunque otros han propuesto que se definan estos casos como parte de una enfermedad particular con signos, sintomas y patogenia propios que han denominado como Síndrome de Renfield.
Algunos pacientes niegan el carácter erótico o la connotación sexual de la experiencia de ingerir sangre, atribuyendo, en forma delirante, su conducta a la necesidad de mantenerse vitales y activos únicamente a partir de la sangre, rasgo que algunos psiquiatras señalan como síntoma de esquizofrenia de tipo residual o de tipo indiferenciado.
En ciertos casos de vampirismo grupal no violento, con donadores pasivos voluntarios, el diagnostico mas adecuado sería el de sadomasoquismo.
Se debe distinguir de comportamientos sociopáticos y rituales sangrientos que caracterizan a algunas sectas religiosas, como por ejemplo los seguidores de la
diosa Kali en la India.
Patogenia
Pese a que este trastorno no está establecido ni aceptado completamente por el mundo médico como un síndrome, el psicólogo
Richard Noll, dice que suele producirse con mayor frecuencia en los varones, e intenta establecer una serie de fases en su desarrollo:
Infancia: el primer estadio suele producirse durante la infancia, cuando el niño se ve involucrado en un incidente sangriento en el que descubre la excitación de la sangre.
Autovampirismo: donde descubre el placer que le provoca la visión o el sabor de su propia sangre.
Zoofagia: donde pasan a probar la sangre de animales, siendo especialmente atraídos por los denominados animales de compañía.
Vampirismo clínico: es el estado más avanzado del síndrome, en el que pasa a ingerir voluntariamente la sangre de otros seres humanos mordiendo a las víctimas por placer, lo que les proporciona una enorme satisfacción hasta llegar al éxtasis, ya que el sabor de la sangre actúa para ellos como si fuera una droga.

Personajes relacionados con vampirismo
En la historia y en las crónicas periodísticas o en los registros policiales existen muchos personajes cuya conducta criminal o acciones sangrientas tienen características psiquiátricas indudables y que permitirían clasificarlos como pacientes de vampirismo.
Vlad Draculea
Este personaje histórico, extremadamente cruel y violento, apodado "Tepes" por su método preferido de tortura, el empalamiento, fue un voivoda o príncipe de Valaquia (hoy parte de Rumania), declarado héroe rumano por librar a la región y a Europa de los otomanos. Vlad Tepes inspiró el personaje protagonista de
Drácula en la novela de Bram Stoker; pero no existen registros o documentos históricos que lo acusen de beber sangre humana aunque sea una referencia obligada al tratar el tema del vampirismo y su vida está entretejida con el mito del vampiro. Sus crímenes y excesos sugieren que podría haber padecido algún otro tipo de trastorno psiquiátricos aunque hay quienes señalan que solo fue un hombre desalmado pero de su tiempo pues le tocó enfrentar desde niño unos problemas para los cuales era común en esa convulsa época aplicar castigos y medidas extremas escarmentadoras.
Condesa Elizabeth Bathory
Llamada "La Condesa Sangrienta", perteneció a la alta aristocracia húngara y vivió entre los siglos XV y XVI, famosa en Europa por su belleza. Después de quedar viuda en 1604, para no perder su juventud y hermosura, practicó la magia negra y considerando que la sangre de doncellas vírgenes la conservarían bella y lozana, asesinó a 650 jóvenes campesinas a quienes torturaba y desangraba para obtener sangre para sus baños o para beberla, hasta que el emperador Matias II y el palatinado la detuvieron y la juzgaron, siendo condenada en 1611 a cumplir cadena perpetua emparedada en sus aposentos en donde muró en 1614.
Gilles de Rais
Este aristócrata francés del siglo XV, que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco, buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal torturó y dio muerte a unos 300 niños, durante 8 años, hasta que en el año 1440 fue capturado, procesado y ejecutado.
Peter Kürten
Este alemán, más conocido como "El Vampiro de Düsseldorf", inició sus actividades muy joven, torturando y matando a animales. A los cinco años intentó ahogar a un compañero mientras jugaban en una embarcación y a los nueve años preparó un accidente en el que murieron dos muchachos. Pese a sus maneras apacibles y su aspecto imperturbable y pese a ser considerado por sus vecinos como una persona seria, honesta y amable, fue condenado por diversos delitos como robo, asalto o deserción de sus obligaciones militares. Su primer homicidio, una niña de ocho años, tuvo lugar en 1913, y al final de su vida fue acusado de nueve asesinatos y siete intentos de asesinato. Murió sin arrepentirse de sus actos y sin sufrir remordimientos por ellos. Su pasión por la sangre le hizo decir antes de ser guillotinado: "Después de que me decapiten, podré oír por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello. Ese será el placer para terminar con todos los placeres". Esta historia fue llevada al cine como
M, el vampiro de Düsseldorf de Fritz Lang (1931), donde Peter Lorre hacía una magnífica interpretación del asesino.
Fritz Haarmann
Apodado el "El Vampiro de Hannover" este alemán asesinó a principios del siglo XX a por lo menos 27 varones adolescentes, a los cuales confesó luego haber seccionado la carótida con un mordisco, antes de ser descubierto en 1925 cuando fue juzgado y ejecutado mediante decapitación.
Bela Kisz
Este húngaro fue descubierto cuando se fue a la guerra y dos años después, en 1916, no volvió. Al entrar las autoridades en sus propiedades descubrieron dos barriles metálicos con los cuerpos de su mujer y su vecina. Posteriormente, encontraron otros diecisiete barriles más con otras tantas mujeres en su interior que habían sido estranguladas; además, presentaban unas heridas en el cuello y no se halló ni una gota de sangre en sus cuerpos. Bela Kisz nunca fue encontrado, y se le consideró un desaparecido de la guerra aunque existe la sospecha que desertó de las filas y luego se alisó en la Legión Extranjera o emigró a América.
Allan Menzies
Es un "vampiro" que surgió recientemente influenciado de forma directa por el cine. Se trata de un joven escocés de 22 años adicto al cine que se obsesionó con la película "Queen of the Dammed" ("
La Reina de los Condenados") de Michael Rymer (2002)basada en la novela homónima de Anne Rice, según declaró posteriormente a su detención tras matar a Thomas McKendrick (un amigo de 21 años que le facilitó la película por primera vez), vio la película más de cien veces durante ese mes y al final hizo un pacto con Akasha, la vampiresa interpretada por la fallecida cantante estadounidense Aaliyah, para que le convirtiera en inmortal si mataba a alguien. Cuando un día su amigo se burló e hizo comentarios sexuales sobre la actriz, Allan se abalanzó sobre él, le asestó 42 puñaladas y le destrozó la cabeza con más de 10 martillazos; finalmente se bebió su sangre y comió parte de su cerebro. Durante el juicio no se mostró arrepentido en ningún momento e insistía en haberse convertido en un vampiro inmortal; el juez dictó la sentencia en 2003 condenándolo a cumplir al menos 18 años en prisión sin posibilidad de salir en libertad condicional, opinando que era "un demonio, violento y altamente peligroso, no apto para estar en libertad". Este individuo apareció muerto en su celda dándose la noticia el 15 de Noviembre de 2004. Se cree que se quitó la vida.
Otros
Diversos asesinos, particularmente los asesinos en serie, han sido descritos como vampiros por sus acciones criminales explicadas así partir de una atracción por la sangre, aunque en el caso de algunos de ellos es difícil clasificarlos dada la diversidad de sus acciones perversas y posiblemente los móviles o causas fueron primordialmente otro tipo de trastornos mentales y la codicia.
Se puede citar a
Enriqueta Martí, proxeneta de pedófilos y bruja, que en la Barcelona de principios del siglo XX fue procesada por secuestró y asesinato de niños para extraerles la grasa y la sangre, con el fin de elaborar menjurjes que vendía con éxito, supuestamente para curar la tuberculosis. También se debe mencionar a Martin Dumollard, quien mató a varias mujeres en Francia en 1861 para robar sus pertenencias; posiblemente las violó pero en el proceso no hubo mención ni suposición de que bebiera su sangre. En Francia en 1878 Joseph Vacher mató a varias personas a lo largo del país, cometiendo actos de canibalismo y necrofilia pero no hay certeza de que practicara específicamente el vampirismo.
En
Italia, Vincenzo Verzenia asesinó a dos mujeres para beber su sangre y Eusebius Pleydagnelle mató a seis mujeres por el mismo motivo. En Polonia, Stanislav Modziellewski y Juan Koltrun, el llamado "Vampiro de Podlaski", obtuvieron fama porque bebieron la sangre de sus víctimas, al igual que el argentino Florencio Roque Fernández. En la década de los 70 fueron descubiertos el milanés Rantao Antonio Cirillo y Richard Trenton Chase, "El Vampiro de Sacramento", que según dijo necesitaba beber sangre para renovar la suya. La californiana Deborah Finch en 1992 que ingirió la sangre de su víctima tras un supuesto pacto suicida. John Crutchley que, entre otros asesinatos sangrientos, mantuvo prisionera a una de sus víctimas en 1985 para poder beber su sangre poco a poco. Marcello de Andrade que mató en 1991 a 14 jóvenes en Río de Janeiro para rejuvenecerse con su sangre. Magdalena Solís, una mujer mexicana que desarrolló una psicosis teológica al creerse una diosa y organizó un culto pseudo religioso y orgiástico con sacrificios humanos que terminaban bebiéndose la sangre de sus víctimas. James Riva, que fascinado por los vampiros desde los 13 años, mató a su abuela en 1980 para beber su sangre como método defensivo, pues creía que era una vampira que se alimentaba de él mientras dormía.
La lista es larga, quizás interminable y continua con
Wayne Boden "El Vampiro Violador", Nicolas Claux "El Vampiro de París", etc. Así como otros que han sido apodados vulgarmente por la gente o mayormente por los medios de comunicación como "vampiros" o "dráculas".
Una parafilia interesantísima, si se ve como tal no como esa criatura inmortal que bebe sangre...

1 comentario:

Hellion dijo...

ya estás en mi liga de los blogs y me encanta la psicología , sigue así , saludoss.