jueves, 21 de mayo de 2009

BOOGIE-MAN

Sí amigos, hoy historia sin imagenes, todo letras. Espero que os guste de todos modos y bueno, sabed que la imaginación también viene bien de vez en cuando...
¿A quién pretendes fascinar? Se decía mientras se arreglaba mirandose fijamente. Tarde o temprano te atraparan. En efecto, tarde o temprano volvería al maldito loquero pero antes un poco de diversión. La necesitaba, era como una droga, cada vez más y más. Pobre de aquel que tratase de detenerle. Le gustaba actuar de noche pero eso no le hacía un cobarde, le gustaba bacilar a las criaturas nocturnas y le encantaban los críos... Todo un degenerado pero con estilo. Esa noche no era más que otra noche con grandes posibilidades. Salió del lamentable lavabo para caballeros que tenía el nausebundo bar de aquella noche. El camarero le miró con curiosidad, pero no le dijo nada, le daba bastante miedo, además fue el único cliente que tuvo aquella noche. Afuera la luna se veía tan hermosa, tan luminosa, parecía una de esas coristas de mala muerte llevando su mejor vestido, todo lentejuelas, sin embargo las calles eran muy oscuras, con la mitad de farolas rotas. Antes de comenzar el Show se fumó unos cigarrillos, se le acercó un vagabundo, un inofensivo vagabundo, mayor que él y bastante sucio pero siempre de esos que al ser tan buenos se les termina cogiendo cariño.
-Joven, ¿Le importaría dejarme un pitillo?
-Sí, sí me importa. -Contestó dando unas caladas al último de aquella noche.
-Bueno, al menos, ¿Podría quedarme aquí con usted? Estoy tan solo...
El pobre hombre sólo quería un poco de compañia, la noche era fria y oscura y aunque pareciese mentira, tenía mucho miedo a la oscuridad. Le recordó mucho al perro que una vez tuvo de niño, con sus ojitos marrones, siempre con cara de pena. Sonrió y le dijo:
-Verás, ahora tengo cosas que hacer pero sí te sientes solo entra y pide una copa hasta que vuelva.
Aplastó ese último cigarrillo y se fue dejando al vagabundo ilusionado esperandole. Caminó, caminó por muchas calles pero no encontró gran cosa hasta que llegó a una de esas calles prohibidas, la mayoria que transitaba lo eran. Era una de las calles que las prostitutas se habían ganado tras muchos enfrentamientos con la polícia. Todas se lo comían con los ojos, pero allí la que no se lanzaba al cliente no lograría mucho esa noche con que Selina muy experta en eso, fue la primera en abordarle:
-Hola guapo, ¿me buscabas?
-Para nada... Aunque no estaría mal.
Selina era la más guapa, buen cuerpo, exuberante cabellera negra y con unos ojazos verdes rubí, inigualable, toda una gata callejera además pero no él no iba a ceder a sus encantos gatunos y así de claro se lo dejó:
-Preciosa, sin lugar a dudas eres preciosa y yo sé que soy tu primer cliente esta noche pero querida, esta noche no será contigo.
Y siguió andando, Selina se quedó allí realmente sorprendida junto a las demás chicas. La noche cada vez se volvía más y más prometedora pensó, pues acababa de rechazar a todo un bombón, bueno de todos modos no le habría satisfacido mucho. Antes de encontrar el premio gordo, se topó con otro demonio pero este tenía el pelo verde y parecía muy feliz. Jack, le llamaban Jack, el bromista y también había estado varias veces en el loquero, sí, era un loco encantador, que envenenaba y mataba para animar a la gente. Tuvieron una breve charla:
-¡Vaya, vaya! No es ni media noche y ya me encuentro cara a cara con el hombre del saco...
-En efecto.
-Pues sí me echas un buen chiste, quizás te diga algo de mucho interes.
-¿Cuál es la diferencia entre un elefante y una cama? La cama es paqueduermas y el elefante es un paquidermo.
-¡Qué malo!
-¡Jack!
-Ve a la iglesia, El padre recoge todo lo que este cerca y desamparado.
A Jack no le tomaban en cuenta, mal hecho. Jack era muy listo, tanto que según los medicos tenía esquizofrenia. Él sí le tomaba en cuenta, además le gustaba charlar con Jack de vez en cuando. Se dirigió a la Iglesia del Padre Brian, el padre más bueno y liberal de la ciudad y el que estaba en la iglesia más cercana... Pobre Padre Brian y pobre madre. A la mañana siguiente corrió la voz, eso al agente Wayne le dolió mucho. ¿Con cuántos locos asesinos tendría que enfrentarse para proteger a la buena gente? Pero descubrir que la victima fue un niño y no el primero ni el único, pudó con Bruce Wayne.

3 comentarios:

Hellion dijo...

el hombre del miedo , saludoss.

Asilo Arkham dijo...

Buena versión, Mary. Un abrazo gótico muy fuerte.

VonHellstaker dijo...

grande, grande, magnifico es fenomenal; realmente tienes mucho talento