martes, 12 de mayo de 2009

LOLITA´S DESIRE


En efecto. Sea lo que sea que piensen de ella, tendrán razón... ¿Pero es sólo culpa suya o es culpa de alguien más? Sí, toda las asociaciones de buenos padres arremetían contra él y mira que él la crió lo mejor que pudo sin esposa, es decir faltando la figura materna. Según la ley era menor de edad, con que quien debía comerse el marrón era el padre y no se admitían peros. Ella siempre jugaba con esa maravillosa ventaja aunque a menudo le molestaba no ser tomada en serio, sí, era una Lolita con caracter y con las cosas muuuy claras. Su padre la definió muy bien en uno de sus best-sellers. Ella era plenamente cosciente de lo que era el bien y de lo que era el mal, otra ventaja divertida pues podía decidir ser buena o mala. No era mala, simplemente traviesa. ¿Acaso los niños no lo son? Volvía locos a los hombres, tuviesen la edad que tuviesen pero sólo había un hombre que la había vuelto loca a ella... Sí, un hombre tan descarriado como ella, un hombre tan manipulador como ella y tan herido como ella. Almas gemelas. Sus caminos se cruzaron un día normal en un lugar corriente. En la plaza había toda clase de actuaciones pero sin dudas la mejor fue la del violinista, tenía un talento que asustaba y bueno su aspecto era bastante perturbador pero a ella le cautivó. Fue como magía. No podía parar de mirarle y cuando él le guiñó el ojo, lo supó. Tuvo claro que tenía que hablar con él, conocerlo más a fondo y a eso iba cuando llegó una monja, una monja maestra de su escuela que se la llevaba a misa...

-¡Señorita Evans va a llegar tarde a la misa de hoy!


"Aquí cuando las cosas van bien siempre hay algo que las fastidia."

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