domingo, 20 de diciembre de 2009

BRUJAS Y DIABLOS


Tenía el despacho lleno de cuadros, cuadros muy particulares. Él decía que eran de su padre, que si fuese por él no habría puesto ninguno. Cuando nos tocaba la regañina de siempre nos envelesabamos mirandolos, especialmente uno en el cúal una hermosa mujer yacía con un diablo. Nos tirabamos horas y horas debatiendo. A Eddie le parecía un misterio, a Jack algo divertido y a John le parecía bien, le parecía incluso bonito. A mí, a mí me parecía grotesco aunque la verdad nunca he sabido mucho de arte. Así nos pasabamos toda la noche, desde nuestras celdas tratabamos de comunicarnos los unos con los otros. Dabamos patadas a las paredes, si alguno no podía dormir, ninguno iba a dormir...
-Sigo sin entenderlo. ¿Por qué pintarían a una mujer yaciendo con un diablo?, ¿Eso en aquella época no estaba prohibido?
-Ed, ni lo sé y me importa.
-A mí sí, necesito saberlo.
A Eddie le clasificaron como obsesivo-compulsivo. No nos dejaría en paz hasta que le dieramos alguna respuesta que le satisfaciera. Estaba totalmente obsesionado con los enigmas, los puzzles y los misterios de toda clase. Era muy inteligente y educado. Cuando estás aquí, ser educado, inteligente o simplemente astuto, es algo muy positivo para sobrevivir. A Jack, nuestro bromista, le clasificaron como caso perdido. Los medicos discutian, ¿está loco? o ¿es un psicópata loco? Los tenía donde quería siempre. John y yo eramos los psicópatas, yo el encantador psicópata adicto al alcohol. Nuestras celdas estaban muy cercanas, de esa manera nos hicimos colegas. Siempre que se lo cuento a Costello, no se lo cree. A veces tratabamos de encontrarnos con las chicas pero para cuando lo conseguiamos nos pillaban. Pero no todo era malo, uno de los medicos era como nosotros y a veces nos ayudaba. No recuerdo que paso con el cuadro pero nos tuvo todo un mes hablando de él. Satisfacer a Eddie es muy difícil...
-Señor Nigma, ¿aún no sabe por qué la dama mantiene relaciones sexuales con el diablo? Es más sencillo de lo que cree. Es una bruja.
Creo que le vió tan obsesionado y agobiado, que se apiadó y se lo dijo. Nosotros le puteamos así.

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